jueves, 11 de julio de 2013

DÉCIMAS CUBANAS: IMPROVISACIONES RESCATADAS DEL AIRE Y DEL OLVIDO




PRÓLOGO
La tradición oral es la acción transmisora de la historia a través de la palabra del hombre desde la más remota antigüedad. Vansina1 entiende por tradición oral todos los testimonios orales concernientes al pasado que se han ido transmitiendo de boca en boca y recomienda se realicen otros estudios teóricos que consistan en el tratamiento realmente científico de fuentes ora­les.
No pretendemos alcanzar esa meta en estas breves pala­bras introductorias a un trabajo importante dentro de lo que con­sideramos un aporte a la tradición oral del pueblo cubano.
El estudio que hace el Dr. Jan Vansina de las tradiciones orales de algunos grupos de contemporáneos primitivos no es en su totalidad aplicable al pueblo cubano, que se ha podido valer de conocimientos adquiridos directamente o también por tradi­ción oral como es el estudio de la décima espinela, utilizada como instrumento de comunicación, y de los temas a desarrollar en la misma como contenido directo.
Los pueblos latinoamericanos adoptaron el uso de la déci­ma espinela casi de inmediato de popularizarse en España. La recibieron a través de las obras de teatro de autores de los Siglos de Oro. Fue utilizada primero por poetas cultos -españoles o criollos-, pero ya a principios del siglo XVIII era del dominio popular, se aplicaba por los poetas del pueblo en diferentes usos.

Comenzaron a diferenciarse como décimas "a lo humano" y "a lo divino" como dos amplias categorías donde se agrupaban narraciones históricas relativas a la vida y milagros de los san­tos, rogativas y loas, cantos de difuntos, etc., y los temas relati­vos al ciclo de vida material y espiritual del hombre, abarcando todos los asuntos que pudieran narrarse con un contenido lírico, dramático o humorístico.
Uno de los aspectos que consideramos más valiosos en la tradición oral de la décima es la improvisación. Para ella el can­tor poeta ha tenido que capacitarse en las fórmulas de construc­ción de una espinela y acumular en su memoria miles de palabras que le permitan una rima fácil, inmediata, con lógica y belleza poéticas en los versos.
El estudio de estas reglas preceptivas se realizó en ocasio­nes mediante la tradición oral, en el caso de poetas populares analfabetos o muy jóvenes. Recordamos el Programa Infantil de Colorín en el que Fortún del Sol adiestraba niños como improvisadores y cantadores de punto cubano. Se manejaban también pequeños epítomes de gramática y preceptiva literaria, lecturas de historias, dramas y obras de teatro clásico que luego se decían en décimas aplicando las fórmulas tradicionales.
La décima en la tradición cantada adquiere una forma fija en la que el contenido y la forma poseen un valor estético para la cultura cubana en cuyo pueblo productores y receptores la man­tienen vigente en los sectores donde es transmitida.
Cuando se cantan décimas como instrumento comunican­te -en una canturía, en una transmisión de la radio o la televi­sión-, la décima debe responder a aquellos requerimientos estéticos. Por estos valores estéticos, precisamente, se mantie­nen vigentes en la tradición. Los poetas emisores son especialis­tas, se someten a leyes también tradicionales en su estructura y expresión. El contenido estará acorde con la situación concreta en que se expresen sentimientos subjetivos, personales o des-[…]

1. VANSINA, Jan, 1966. La Tradición Oral. Nueva Colección. Editorial Labor S.A. Barcelona.

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