INTRODUCCIÓN
Entre las siete Islas Canarias, Tenerife es la única
que ha tenido la suerte de conservar casi
íntegras sus ejecutorias históricas, esto es, los archivos documentales de sus
instituciones públicas y de sus escribanías, desde la misma conquista e incorporación a Castilla. Salvo los
inevitables menoscabos, debidos más a la incuria que al paso del
tiempo, se conservan los archivos de su Cabildo
o Regimiento, hoy en el Ayuntamiento de La Laguna, su heredero universal; los de protocolos de escribanos de la
isla, en su mayor parte reunidos modernamente
en Santa Cruz de Tenerife, donde en corto plazo serán pasto de los insectos que los habían respetado en los
desvanes de La Laguna y de las
villas del interior, de donde proceden; en fin, muchos parroquiales, y también
privados, ya menos antiguos.
Los archivos de las otras islas han sido menos
afortunados. A accidentes( antiguos y sonados, como los saqueos e incendios de Pie de Palo en
Santa Cruz de La Palma (1553) y de Van der Doez
(1599) en Las Palmas de Oran Canaria, se han
sumado otros acaso más destructores, como el incendio del Ayuntamiento de esta última ciudad en 1842. Debe
unirse a ello que ambas capitales son puertos con clima que favorece
extraordinariamente la propagación de los
insectos destructores del papel... En cuanto a las islas menores, sus archivos
públicos anduvieron siempre confundidos con los particulares de sus señores y sus restos aparecen hoy en manos privadas,
salvo, por fortuna, el archivo de la
Casa Fuerte de Adeje, de los marqueses de este título, señores de la Gomera y
el Hierro, incorporado modernamente, parte al Museo Municipal de Santa Cruz de Tenerife, parte al Museo
Canario de Las Palmas de Oran Canaria.
Pero, como ya apuntábamos arriba, también el tiempo
se ha cebado en los documentos de esta isla privilegiada. De
un lado, la reunión de parte de ellos en la
capital, con los mismos inconvenientes aludidos; de otra, las vicisitudes que
dentro de la casa municipal lagunera sufre un conjunto de papeles que estorban
al común de las gentes y por ello son a veces relegados a lugares in-[…]
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