miércoles, 14 de agosto de 2013

PRACTICAS Y CREENCIAS DE UNA SANTIGUADORA CANARIA




PROLOGO
Debido al escaso conocimiento que aún exis­te acerca del campesinado canario -sobre el que se han realizado muy pocos estudios, casi todos breves y de índole, básicamente, folklórico etno­gráfica- el Departamento de Ciencias Humanas de la Escuela de Magisterio de La Laguna, ha querido contribuir a rellenar esa parcela desde el Curso escolar 1973-74. Desde entonces hasta hoy, los alumnos de dicha especialidad, en equi­pos de trabajo constituidos por un número limita­do de miembros, han colaborado en la tarea aportando documentados e ilustrados trabajos de campo sobre diversos temas: Pastoreo, agricultura de secano, de regadío, pesca artesanal, trabajo en pozos y galerías, fiestas populares, artesanía (alfarería, cestería, trabajo de la madera...) y so­bre: Bendiceras, plantas medicinales y brujería. El propósito de dichos estudios -llevados a cabo en las diferentes Islas del Archipiélago Canario- ha tenido dos objetivos esenciales: el que los futuros maestros conocieran, de forma directa, el medio rural donde, algún día, muchos de ellos podrán ejercer, y contribuir, tras la inmediata labor de síntesis en cada una de aquellas áreas, a la re­dacción y publicación de una ambiciosa obra: La Etnografía del Archipiélago Canario. Cada curso, dentro del Ciclo Cultural dedicado al «Campo Ca­nario» (En 1980 se celebró el IV), se han ido ex­poniendo por sus autores -bajo la forma de po­nencias o de mesas redondas en las que han in­tervenido, igualmente, especialistas y campesi-nos-el conjunto de valoraciones obtenidas.
En el marco de dicha Escuela -que ha sido más Etnográfica que Antropológica- se inició la personalidad investigadora del autor de la obra que hemos tenido el grato placer de prologar, Domingo García Barbuzano, quien por entonces -y tras indicación nuestra- llevó a cabo, en cola­boración con María del Carmen Amador González, un interesante trabajo -de tipo global- sobre el recóndito pueblecito de Chinamada, en las crestas de la cordillera de Anaga. Allí, sus escasos habi­tantes le hablaron de la curandera seña Lug/na, a la que en ocasiones iban a visitar en su domici­lio de La Laguna y otras veces recibían con apre­cio y respeto en el caserío.
Ante el desencanto que suele producir un País como el Canario -plagado de maestros y li­cenciados en paro, con tantas deficiencias educa­tivas, niños sin escolarizar, adultos totalmente analfabetos, educadores venidos de otras tierras con intenciones de escalada y veraniegas..., Do­mingo García Barbuzano ha prolongado sus in­quietudes investigadoras, matizadas por su honda preocupación por la Cultura Canaria y buena[…]

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