miércoles, 24 de abril de 2013

EL HABLA RURAL EN GRAN CANARIA



[…],morfosintáctico mien­tras que la segunda se orientó sobre todo hacia el aspecto semántico. Los puntos elegidos para realizar las encuestas han sido los mismos que vienen señalados en el ALEICan para la isla1, aunque sin referirnos a Las Palmas, que, al tratarse de una capital, requeriría una metodología diferente al resto de las localidades (metodología que ya había sido aplicada por Alvar en un interesante estudio donde se tenía en cuenta la estructuración por capas sociales2). El otro punto al que tampoco nos referimos es Arguineguín, locali­zado en el sur grancanario y que no es más que un enclave que se reparten los municipios de San Bartolomé y Mogán.
Paralelamente utilizamos el Cuestionario del ALEICan, de Alvar (La Laguna, 1964), pero no nos limitamos a aplicar cada cuestión tal y como allí se plantea, sino que ante cada pregunta suponíamos todas las posibles formas de contenido a fin de comprobar si se hallaban o no lexicalizadas. Así, no nos conformábamos sólo con preguntar por el nombre de la elevación del terreno alargada, sino que además preguntábamos por el posible nombre de la elevación del terreno que fuera no alargada, o alargada y afilada, o alargada y plana, etc., de manera que cubriéramos, al menos teóricamente, todo ese continuum, sin dejar lagunas estructurales por nuestra parte. Serían los hablantes quienes nos habrían de confirmar si, en efecto, esa zona de la realidad se hallaba lingüísticamente estructurada o no.
Naturalmente, la utilidad del cuestionario, planteado de esta forma, tenía una finalidad puramente semántica. Los datos de tipo fonético e incluso morfosintáctico se obtenían directamente de ahí y de las numerosas conver­saciones (unas setenta horas) que sostuvimos sin utilizar el cuestionario. Bastantes notas fueron tomadas, sin embargo, una vez concluidas las graba­ciones, de la observación directa. De esta manera, los datos obtenidos nos han parecido abundantes y, por tanto, suficientes para describir las distintas variedades funcionales que operan en la isla y representar, finalmente, el diasistema que las explique a todas, estableciendo sus puntos de contacto y divergencias. Al mismo tiempo explicamos las diferencias individuales y las particulares de las distintas zonas. Pero al tratarse del análisis del habla de ocho localidades no nos interesaba tanto explicar cada lengua funcional en sí misma (aunque éste fue el primer paso que hubimos de dar) sino establecer los lazos que unieran determinados fenómenos, así como anotar sus variantes y la vigencia de las mismas, por lo que, grosso modo, llegamos a anotar algunos datos de frecuencias. Estas diferencias se refieren principalmente al plano fonético-fonológico y semántico. De todas maneras, el espacio estu­diado (el de una isla) no es tan grande como para encontrar «rarezas» de tipo funcional o hechos excepcionales. No era eso, de todas maneras, lo que nos preocupaba, sino la descripción estructural de los hechos.
El trabajo pretende dar una visión general de la lengua en cada una de estas localidades y, por consecuencia, de la isla. Hemos analizado los tres planos, el fonético-fonológico, el morfosintáctico y el semántico.-En el pri­mero nos ha preocupado el análisis de las distintas tendencias existentes dentro de la isla, tratar de comprobar cuales son las más fuertes y vislumbrar algunos de los caminos por los que puede seguir el sistema. También es interesante la representación del diasistema en el sentido de que nos puede arrojar cierta luz acerca de la cronología de determinados fenómenos.
El análisis articulatorio de los fenómenos va acompañado de un análisis acústico que, aparte de completarlo, es capaz de proporcionarnos datos de interés que el mero análisis articulatorio no alcanza3. Todos los inconvenien[…]


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