sábado, 8 de febrero de 2014

¡PARECE QUE FUE AYER…14



Documentos recopilados por Eduardo Pedro García Rodríguez

1977 diciembre 28.

Explosionan dos petardos en Tenerife

Dos petardos hicieron explosión en la madrugada del pasado lunes en las dependencias del Banco de Bilbao, de Las Galletas, y en el Banco Español de Crédito, de Los Cristianos, localidades turísticas del sur de Tenerife. Los atentados, aunque de momento no han sido reivindicados, se suponen obra de un comando del MPAIAC. Los daños producidos en ambos establecimientos han sido escasos, limitándose a la rotura de cristales y ventanas.Existe cierta intranquilidad. en la isla ante la amenaza de Antonio Cubillo, líder del MPAIAC, de hacer coincidir la entrada del año nuevo con la explosión de doce bombas. Empresarios del sector turístico han expresado su preotupación al gobernador civil. (Enrique Rey Pitti, 1977).

1977 diciembre 30.

Desactivada una bomba en Atocha

El MPAIAC reivindica la acción
Cerca de la medianoche de ayer fue desactivada una bomba colocada en las consignas automáticas de la estación de Atocha. A la una de la madrugada de hoy, en EL PAIS se recibió la llamada de una persona autoidentificada como miembro del MPAIAC que reivindicó para esta organización independentista de las Canarias. El comunicante afirmó, en cambio, que la bomba había hecho explosión, lo que había originado una paralización del tráfico viario de hora y media. Afirmó, asimismo, que ellos mismos avisaron a otros medios informativos cinco minutos antes del momento previsto para la explosión «porque no queremos, en ningún caso, producir víctimas inocentes».Parece ser que el comunicante confundió la causa de la paralización de los trenes. Lo que ocurrió realmente fue que la policía mandó interrumpir el servicio mientras localizaban. (El País, 1977)
1977 diciembre 30.
Reportaje: Resulta fácil robar dinamita en España
Falta vigilancia en polvorines, canteras y depósitos de explosivos
Los últimos robos de explosivos -anteayer novecientos kilos en Galdácano y ayer cerca de trescientos en Gallarta- vuelven a poner de actualidad uno de los temas habituales en la prensa durante el año que termina: la falta de seguridad y vigilancia en canteras, polvorines y en los vehículos dedicados al traslado de armamentos y explosivos. Las sanciones impuestas por la autoridad gubernativa a varias empresas e, incluso, la clausura de numerosos polvorines, la mayoría en la provincia de Santander, no parece que hayan provocado un mayor rigor en el cumplimiento de las medidas de seguridad. La epidemia de robos de dinamita no es, por desgracia, un mal exclusivamente español: en Francia se roban todos los años más de tres toneladas y media de explosivos.
El jueves día 3 de febrero, a media tarde, varios funcionarios de policía se presentaron en la estación madrileña de Chamartín con una orden judicial de registro de una determinada taquilla de consigna automática de equipajes. En su interior se encontró una bolsa con 225 cartuchos de «goma 2». La dinamita «goma 2» especial fue el tipo de explosivo utilizado en el atentado contra el almirante Carrero y en el de la calle del Correo. Es una gelatina explosiva que necesita un cebo o detonador para surtir efecto. Se emplea, sobre todo, en minería. Está compuesta de nitrogricerina, combinada con otras sustancias, una de ellas la arcilla dictonea; esta combinación con determinadas sustancias es imprescindible para convertir en inerte la nitroglicerina. De esta forma la «goma 2» no resulta explosiva por sí misma, aunque se queme, si no se le aplica el detonador. Este tipo de dinamita ha sido uno de los objetivos habituales de los comandos que han protagonizado los diversos robos de armamentos y explosivos durante el presente año.El alijo descubierto en la estación de Chamartín pesaba unos treinta kilos, cantidad aproximada a la que se utilizó en el atentado de la calle del Correo y menos de la mitad de la que hizo volar el automóvil del almirante Carrero. Estos 225 cartuchos de dinamita se han relacionado con el robo del polvorín de La Reigosa (Pontevedra) en mayo de 1976. En aquella ocasión desaparecieron cien kilos de «goma 2». El robo del polvorín de Pontevedra se atribuyó a un comando del GRAPO.
Esta misma organización reivindicó el robo llevado a cabo el 1 de marzo en las instalaciones de la Minero Siderúrgica de Ponferrada, en Villaseca de Lacina (León). El botín fue de trescientos kilos de dinamita, novecientos detonadores eléctricos, catorce rollos de mecha, un aparato de medir resistencias y un explosor. La empresa fue sancionada por la autoridad gubernativa con tres millones de pesetas, por no haber adoptado las debidas medidas de seguridad y vigilancia.
Dos meses después, el 4 de mayo, varios miembros del puesto de la Guardia Civil de Lozoya (Madrid) descubrieron en Canencia de la Sierra, enterrados junto a una pista forestal, 125 kilos de dinamita «goma-2».
De la cantera de Rosaleda, en Oyarzun (Guipúzcoa), desaparecen también cincuenta kilos del mismo explosivo. El robo es descubierto el 24 de agosto. Cinco días más tarde varios individuos asaltan un depósito de explosivos situado en Montaña Pelada, en la localidad grancanaria de Galdar. El botín fue de veinticinco kilos de dinamita. Las primeras sospechas recaen sobre el GRAPO y el MPAIAC. Incluso se llega a pensar en una acción conjunta de los dos grupos. En el vespertino Diario de Las Palmas se publican unas declaraciones de Cubillo el 1 de septiembre. El líder del MPAIAC no precisa la relación de su grupo con el robo, aunque reconoce: «Nosotros, desde hace tiempo, hemos dado orden a todos nuestros grupos de recuperar explosivos donde sea y como sea.»
Ese mismo día publican los medios informativos las sanciones de medio millón de pesetas. impuestas por las respectivas autoridades a los responsables de las canteras de Oyarzun y Galdar por infracción de las normas de seguridad.
En una nota oficial, el Gobierno Civil de Gerona informó que en las últimas horas de la tarde del sábado, 15 de octubre, fuerzas de la Guardia Civil destinadas en Figueras sostuvieron un tiroteo con tres individuo s en las inmediaciones de la frontera francesa. Después de este enfrentamiento sé intensificó la vigilancia en la zona y a las seis de la mañana del día siguiente se pudo observar cómo tres individuos intentaban introducir en territorio español varios bultos en el paraje denominado Coll de Bañols. La Guardia Civil consiguió detener a dos de ellos, mientras el tercero lograba huir a Francia. Se intervinieron 150 kilos de material explosivo de gran potencia y diversos detonadores y mechas. Según informó EL PAIS, se trataba de miembros pertenecientes a grupos anarquistas que preparaban atracos en España, Francia e Italia.
El 1 de noviembre el denominado Partido Comunista (reconstituido), en llamada telefónica a la delegación alicantina del diario La Verdad, reivindica el robo de diversos explosivos cometido el 30 de octubre en una cantera de Novelda (Alicante). En dicha cantera se encontró una nota firmada por los GRAPO. La empresa fue sancionada días después con una multa de 100.000 pesetas.
Durante los primeros días de noviembre son clausurados más de veinte polvorines auxiliares de canteras y minas de la provincia de Santander por infracciones al reglamento de armas y explosivos en lo referente a condiciones de seguridad y vigilancia. También es clausurada la cantera de Galdar, ,de la que habían desaparecido veinticinco kilos de dinamita en el mes de agosto y que ya fue sancionada con una multa de medio millón de pesetas. Según las autoridades, los explosivos continuaban almacenados sin las medidas de seguridad adecuadas. El 10 de noviembre también se sanciona a la empresa «Cementos Especiales, SA», con 300.000 pesetas, por el mismo motivo de falta de seguridad en su polvorín de San Bartolomé de Tirajana (Gran Canaria). La campaña de revisión de las medidas de seguridad en canteras y polvorines continúa y el gobernador civil de Santander dicta el 16 de noviembre la orden de clausura de otros diez polvorines en la provincia y da un plazo de quince días a otras empresas para presentar un proyecto de reforma de sus instalaciones. (El País, 1977).

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