Documentos recopilados por Eduardo Pedro García Rodríguez
1977 diciembre 22.
Lo que está en juego es la estrategia imperialista
"El Moudjahid", Argel, 19-12-77
La
protesta del Gobierno español al de Argelia, notificada en la referencia del
Consejo de Ministros de ayer, se debe a la publicación de un artículo en El
Mudjahid, órgano oficioso del FLN argelino. Ofrecemos a continuación el texto
íntegro de dicho artículo, para una correcta información de nuestros lectores.
Director«Las Afortunadas», antiguas colonias
españolas desde el siglo XV, valor extremadamente bien cotizado y rentable en
la bolsa de las agencias turísticas modernas, el archipiélago de las Canarias,
a 2.000 kilómetros de Europa, pero a 115 solamente de las costas africanas, ya
no es desde hace algún tiempo ese fondeadero para unas vacaciones de lujo.
Era evidente, por lo demás, que con relación a su
posición estratégica para el bloque occidental (en el camino de los grandes
petroleros) y a su gran rentabilidad económica para la metrópoli ibérica
(Madrid saca de él unos 235.000 millones de pesetas al año), el archipiélago
canario no podía escapar a las múltiples mutaciones políticas que se operan
desde hace dos decenios en el continente africano del que la OUA estima que forma parte
integrante.
Verdadera plataforma entre Europa y Africa, las
islas Canarias constituyen una encrucijada de confluencia mundialmente
estimada: de 350 a cuatrocientos aviones aterrizan diariamente sobre los
aeropuertos canarios, unos 20.000 barcos de todas las nacionalidades fondean
anualmente en sus puertos; a título de ejemplo, cuando el cierre del canal de
Suez la casi totalidad del petróleo con destino a Occidente transitaba por las
Canarias. Por otra parte, el cable submarino que une Africa del Sur con Europa
pasa por Tenerife con una desviación hacia Brasil. Es superfluo subrayar sobre
ese particular que el que controla el cable tiene vara alta sobre las
comunicaciones entre Africa austral, Europa y América Latina.
No es por nada que Estados Unidos posee en ellas
dos bases de sonar en Las Palmas y en Peno, que unidas a la base norteamericana
de Kenitra en Marruecos forman un triángulo de escucha muy útil y un apoyo
capital para el eje OTAN-OTASE, del que lo menos que puede decirse es que
constituye una amenaza permanente para Africa occidental sobre todo. Los
recientes acontecimientos de¡ conflicto del Sahara están ahí para
demostrárnoslo, al mismo tiempo. que atestiguan que, si para la estrategia
imperialista las Canarias permiten controlar aficazmente la entrada del
Mediterráneo y la vigilancia de Europa, forman un eslabón no desdeñable en los
intentos de desestabilización del Magreb y del sur magrebí.
Es notorio que los «Transall» franceses que
transportan contingentes y material militar para Nuakchott y Dakar transitan
por Las Palmas con el consentimiento del Gobierno español.
Este no está, por tanto, dispuesto a abandonar su
última colonia africana, sobre todo si se tiene en cuenta que considera, dentro
de las perspectivas de su eventual admisión al pacto agresivo de la OTAN, ceder a esta última una
importante base militar ya preparada para ese uso.
El alquiler de esta base sería una aportacion
apreciable en divisas para Madrid, qué ya percibe beneficios sustanciales por
la explotación intensiva del archipiélago. Las Canarias son importantes
productoras de plátanos (400.000 toneladas al año), de tomates (400.000
toneladas), de patatas (350.000 toneladas), de tabaco y de verduras primerizas.
La industria turística es floreciente: dos millones de turistas pasan en ellas
temporadas todos los años.
Ese cuadro idílico daría a pensar que los
canarios son los seres más felices en el mejor de los mundos capitalistas; sin
embargo, la verdad es muy distinta. Hay 60.000 parados en las Canarias, donde
el 40 % de la población tiene menos de veinticuatro años. En el curso de los
últimos veinte años la emigración ha sido particularmente intensa, con la
explotación de los trabajadores y las malas condiciones sociales. Por ello es
que, unos 500.000 canarios han emigrado a Iberoamérica, principalmente
Venezuela, donde Caracas es actualmente la segunda ciudad canaria con 300.000
emigrados.
La emigración es, por otra parte, apreciada, por
no decir suscitada, por las autoridades españolas que, táctica clásica, esperan
así acallar las aspiraciones autonomistas o independentistas con la exhaustiva
sangría de la poiblación.
No obstante, los numerosos conflictos sociales
que envenenan el clima de la isla desde hace varios meses culminaron la semana
pasada en violentos enfrentamientos entre las fuerzas del orden y los
estudiantes, apoyados por los militantes independentistas del MPAIAC.
En el curso de esos choques, el lunes pasado, un
estudiante resultó muerto por bala en la zona universitaria de La Laguna (Tenerife) y al día
siguiente dos policías resultaron gravemente heridos en un atentado de las
Fuerzas Armadas Guanches (FAG), rama militar del MPAIAC.
En la apuesta que representan las Canarias en la
partida que se juega la estrategia imperialista, esos acontecimientos
minimizados por razones evidentes por España adquieren un singular relieve.
Nadie resultó engañado y cada uno, a su manera,
intenta encontrar una explicación a esos enfrentamientos, nacidos de una huelga
general decidida por el MPAIC.
Todos los partidos políticos españoles
legalizados, desde el PSOE al UND, pasando por el Partido Comunista y las
grandes centrales sindicales, si bien han condenado unánimemente la represión y
la violencia de las fuerzas del orden, rechazan, sin embargo, la legítima
aspiración a la independencia de una gran fracción de la población.
Para los parlamentarios de las Canarias «la
independencia es una opción como otra cualquiera», pero todos prefieren la
autonomía.
Según José Carlos Mauricio, responsable del
Partido Comunista de las Canarias, un Gobierno regional podría resolver el
problema que el Gobierno central ha dejado corromperse desde hace demasiado
tiempo. Rubén Henríquez, diputado de la Unión de Centro Democrático (partido del
Gobierno) coincide con la opinión de los partidos de la oposición, pidiendo
rápidamente un estatuto de preautonomía para desactivar lo que el diputado de
Aremas ha calificado como «la bomba de reloj que constituye el archipiélago
canario».
El Movimiento para la Autodeterminación
y la Independencia
del Archipiélago Canario, creado en 1964 y que desde el 1 de noviembre de 1976
pasó a la fase de guerrilla urbana armada (numerosos atentados acaecidos tanto
en las Canarias como en España atestiguan la determinación de las FAG), con la
fuerza que le prestan los pueblos, los Gobiernos y las grandes instituciones
del continente africano, rechaza categóricamente la autonomía que concede
rápidamente la España
posfranquista a sus provincias continentales, con el deseo evidente de
presentar una nueva imagen democrática a sus «partenaires» europeos. «Nuestro
problema es un problema africano que debe ser resuelto en el marco de las
instancias africanas», nos asegura el señor Cubillo, secretario general del
MPAIAC. «Sólo aceptamos la independencia política, económica y cultural
arrancada por las armas.»
«Si España quiere que el problema se solucione
rápida y pacíficamente tiene el medio de hacerlo: reconocer nuestras legítimas
aspiraciones a la independencia, reconocer al MPAIAC como el único
representante legítimo del pueblo guanche y que acepte un encuentro con
nosotros en el territorio africano, bajo los auspicios africanos, para fijar un
calendario que nos permitiría recuperar nuestra soberanía.»
La puerta queda abierta a unas negociaciones, y
parece que la pelota está aparentemente en el campo español. (Ali Habid, 1977).
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