viernes, 10 de enero de 2014

TENERIFE






Josefa Falcón Abreu
Tenerife,
tú me evocas tantas cosas…
decirte tanto yo quiero…
se me agolpan las palabras,
sentimientos y deseos,
se me agolpan en el alma,
en mi mente y en mi pecho.
Tenerife, isla querida,
juro que cuando estoy lejos
y no te veo isla mía,
es tan grande mi nostalgia,
tristeza y melancolía
que por ver tus horizontes
yo no sé lo que daría.
Por mirar tu mar azul,
tus verdes montes, tus valles,
por perderme en tus pueblitos
paseando por sus calles.
Disfrutar tus romerías,
con el timple y la guitarra,
cantando una alegre isa,
tocando con la parranda.
Beber tus vinos sabrosos,
los que me alegran el alma,
los de Icod, de Tacoronte,
de La Orotava, La Guancha,
los de Güimar, Vilaflor,
La Victoria y La Matanza.
Y levantar altos los ojos

para contemplar al Teide,
esa montaña gigante,
majestuosa, arrogante,
señorial y dominante,
nuestro viejo “Padre Echeyde”.
El que se viste de blanco,
el que guarda fuego y lava
y al que rodean violetas,
tajinastes y retamas.
Extasiarme de belleza
contemplando Las Cañadas,
llenar mis pulmones de aire
para exhalarlo al mirar
el Valle de la Orotava
y decir con un suspiro:
Ay, Tenerife querido,
¿Cómo podría olvidarte
si eres la joya más bella?
¿Cómo no iba a extrañarte? (Josefa Falcón)
Enero de 2014

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