domingo, 3 de febrero de 2013

OBSERVACIONES A UNA SERIE DE ARTÍCULOS DE DON FERNANDO BAÉZ EN TORNO A LA RELIGIÓN DEL PUEBLO GUANCHE.






Viene de la página anterior.
“La mayoría de las vírgenes negras muestran unos rasgos morfológicos comunes: semblante hierático, rasgos orientalizantes aunque nunca negroides, mirada esotérica que cautiva a quien la contempla y actitud pasiva ante el espectador. Su disposición suele variar en función de su época de ejecución; así, las románicas se hallan sedentes, y la mayoría de las góticas de pie, sin que en ellas se refleje el naturalismo propio de otras efigies coetáneas de María.
Varias se hallan labradas en madera o piedra negra, mientras que otras han sido pintadas de negro (en algunos casos, ello no se hacía con el Niño al considerarse un color impropio para representar al Hijo de Dios), incluso las hay que en su origen lucían pintura negra que luego fue eliminada para convertirlas en vírgenes blancas. (Jacques Huynen, 1977)
El catolicismo atribuye legendariamente a San Lucas la inmensa mayoría de las vírgenes negras, con lo que dirige nuestras miradas hacia Asia Menor, sin embargo este hecho sin duda tiene una interpretación simbólica. También Oriente aparece en las menciones de que fueron los cruzados los que las introdujeron en sus países de origen a su regreso.
Históricamente podemos situar su apogeo entre los siglos XI y XII, raramente se las puede enclavar en el XIII. Artísticamente pertenecen al románico. Las talladas durante el gótico posiblemente hagan referencia y sean nuevas representaciones de imágenes anteriores; así como las imágenes cuya leyenda apunta a épocas previas a estos siglos puede que evoquen tallas a su vez cristianizadas, cuando no la misma imagen, de cultos paganos más antiguos, a este estilo corresponden las imágenes de Diosas negras adoradas en el archipiélago. Porque, aunque las vírgenes negras a menudo fueron encontradas por vaqueros o por pastores, lo cierto es que el centro de pleitesía corresponde al enclave donde antaño se veneraba a una deidad pagana de antiquísima tradición y objeto de peregrinación secular. Vinculadas a un entorno de cuevas, montañas, árboles, pozos y cursos de agua y, en el caso de Francia donde se ha comprobado este hecho, a dólmenes y otros monumentos megalíticos, se integran con la Naturaleza y parecen reinar dentro de ella.
Y es eso lo que simboliza a fin de cuentas el icono de la Virgen Negra. El color oscuro, ya lo hemos dicho, es la imagen de lo que no se ha manifestado, de lo que permanece oculto, y en este ámbito corresponde a Prakriti, la Sustancia universal, con la que se identifica también a María madre de Jesús y este color negro se aplica también a fortiori al grado supremo, que es el más oculto. El negro de la materia prima, que es la indistinción potencial, es el reflejo, en este plano inferior, de la no-distinción principial de lo Infinito, de la Mahashakti, el Eterno Femenino divino, el negro de esa «Tiniebla más que luminosa», para emplear la expresión de Dionisio Areopagita. El icono negro es el icono de la Magna Mater, la Maha-Devi de la India, que en este aspecto se llama Kali, «La Negra», a la que se saluda en estos términos:
Tú eres la imagen de Todo... la madre de Todo... Antes del comienzo de las cosas, existías en forma de una oscuridad que está más allá de la palabra y del pensamiento; y por el deseo creador de ese supremo Brahma, de ti nació el universo entero... Tú eres Kali, la forma primera de todas las cosas... Recobrando tras la disolución (maha-pralaya) tu forma tenebrosa y sin forma, sigues siendo la única, la inefable, la inconcebible (Maha Nirvana tantra).
Y para concluir esta aportación digamos con Roland Berman: ”Las leyendas hablan de las Vírgenes Negras como “Vírgenes encontradas” (tronco de un árbol, mata de espinos, subsuelo...). Estas “Vírgenes encontradas” lo son siempre en un lugar natural donde están escondidas desde tiempos desconocidos. Podemos ver a través de las leyendas como ellas no aceptan ser desplazadas, volviendo siempre al lugar de origen.
Este lugar constituye de alguna manera un centro. Es este lugar central el que es ese punto tan particular donde deben tradicionalmente anclarse las cosas, los seres y los acontecimientos. Un lugar tal no podría ser único. Si, para el pensamiento tradicional, existe un centro primordial, de este centro emanan centros secundarios que tienen vocación de permitir una transmisión. Estos centros tradicionales son de orden espiritual pero se figuran, se anclan, en los lugares materiales. Desde siempre esa fue una de las funciones reconocidas de la cripta. Es una imagen de la naturaleza y está enterrada en la tierra madre. Su enterramiento en el seno de la tierra fecunda hace de ella un lugar privilegiado de renacimiento. En la oscuridad de la cripta nos situamos en la frontera del mundo de los vivos y del mundo de los muertos, en la frontera de lo conocido y de lo desconocido. ¿Quién no ha percibido la atmósfera particular que reina en una cripta, y por poco que se haya dejado llevar, deteniendo todo pensamiento parásito, quién no ha sentido la paz que emana de este lugar? ¿Por qué en los monasterios como el de San Benoît sur Loire, por no citar más que uno, las vísperas y las misas de los monjes se desarrollan en la cripta? No es necesario considerar esto como una supervivencia o una transposición de los misterios antiguos, sino como una necesidad ontológica.” (Roland Berman)
Como queda dicho el culto a la virgen María comenzó en la iglesia católica ortodoxa oriental después del Concilio de Éfeso (431 e.a.) que proclamó a María como “Madre de Dios”.  Aunque algunos años antes, el doblemente converso e introductor de la filosofía de Platón en la iglesia católica Agustín, obispo de Hipona, ya había colocado en su oratorio la imagen de una virgen negra que según una tradición, fue  inspirada en la “regla” o reglamento de su comunidad de monjes.

Imágenes: Cap. XIII

Diosa Madre Chaxiraxi, fotografía de Lorenzo Santana Rodríguez
Diosa negra Artemis, tomada de Ana María Vázquez Hoys

Virgen de Monserrat

Representación moderna de Virgen con niño, de etnia africana, imagen de archivo.




OBSERVACIONES A UNA SERIE DE ARTÍCULOS DE DON FERNANDO BAÉZ EN TORNO A LA RELIGIÓN DEL PUEBLO GUANCHE.


Capitulo XIV



El ruido de las carcajadas pasa. La fuerza de los razonamientos queda.
Concepción Arenal (1820-1893)



Chaurero n Eguerew

ELLA NO ES EL. IV.

Diosa Chaxiraxi Diosa negra

Cuando buscamos información relacionada con la Diosa Madre Chaxiraxi nos encontramos que la mayoría de los textos relativos al tema nos dicen que, la Virgen Maria se les “apareció” a los guanches y estos la veneraron con el nombre de Chaxiraxi. Esta es otra de las tantas falacias históricas tejidas por el sistema imperante y sostenido interesadamente por el clero católico usurpador de los atributos de Nuestra Magné y atribuidos a María la madre de Jesús de Nazaret.

La verdad es que fueron los invasores católicos quienes al apoderarse de la imagen de Nuestra Diosa Chaxiraxi, le cambiaron el nombre original por el de nuestra Señora de Candelaria, Santa María de Candelaria y posteriormente como Virgen de Candelaria.
Según expone el Dr. En Biología en la Universidad Mayor de San Marcos en Lima, e investigador de las religiones antigua Guillermo Llerena Cano:
 “En el norte de África, al oeste del valle del Nilo desarrollaron un conjunto de etnias autóctonas del Magreb, los bereberes, amazig  o mazigios; que  fueron conocidos por los antiguos romanos como numidios y por los europeos medievales como moros. En las actuales Islas Canarias, se establecieron como la etnia Guanche, una civilización generada a lo largo de siglos por los primeros pobladores de estos territorios. El nombre guanche de la Diosa madre aborigen es Chaxiraxi, que significa según tergiversada  traducción castellana ”Madre del Sol” o  ”La que carga al Rey del Mundo”. Es en realidad otra visión de Tanit, la Diosa madre del Magreb y del Mediterráneo; es una de las innumerables denominaciones dadas a la gran Diosa de la fertilidad. La fiesta del Beñesmer guanche (la cosecha) estaba consagrada a Chaxiraxi.” (Guillermo Llerena Cano, 2010)                      
Al frente del santuario de la Diosa Madre Chaxiraxi estaba la  orden religiosa guanche encargada del cuidado de la imagen y del culto, el clero de Kankus y Maguadas, los cuales fueron masacrados en Achbinico por el invasor Alonso Fernández de Lugo. Inmediatamente después de acordada las denominadas “paces de Los Realejos” el 29 julio de 1496. Una vez consensuadas dichas “paces”, el siguiente movimiento del invasor consistió en subir  por las cumbres del Realejo con parte de su ejército de mercenarios y bajar al Valle Sagrado de Güímar,  hasta la playa de Igueste lugar donde esta ubicado el santuario Achbinico tomar posesión por la fuerza de la armas de la imagen de Nuestra Señora Chaxiraxi, ordenando cortar el cuello de los Kankus y Maguadas que cuidaban de la misma. Con este acto, los invasores dieron por sometida la isla, pues la Diosa Madre Chaxiraxi era el elemento uniformador y cohesionador de todos los meneceyatos de Chinech (Tenerife), el cuidado de la imagen secuestrada quedó a cargo del anciano capellán francés Pedro Roberto Sablé, conocido por Pedro de  París. (G. Adarguma)

Esta execrable acción es presentada por  algunos “piadosos” cronistas como un acto de acción de gracias por haber sometido la Isla pues los  milites sacaron la imagen en procesión por los arenales de la playa.

Todo ello a pesar de que este menceyato era uno de los denominados de paces por lo que es presumible que en el mencionado tratado se incluyera alguna cláusula de salvaguarda de la imagen a favor de nuestros ancestros, razón por lo que en un principio los invasores dejaron a la Diosa en su santuario de Achbinico, y decimos de momento porque como veremos los católicos andando el tiempo no cejaron en apoderarse de la imagen y con ella toda la teología de la Iglesia del Pueblo Guanche, como tendremos oportunidad ver.
En los primeros tiempos de la usurpación era el clero secular, o diocesano, el que atendía espiritualmente el templo cueva, mientras que un ermitaño guanche se encargaba de su limpieza y de recibir a los peregrinos.
“Del ermitaño podemos aportar algunas noticias, que además nos ilustran sobre uno de los aspectos de su actividad. Así sabemos que el 28 de mayo de 1517 García de Morales, “ermitaño de Nuestra Señora de la Candelaria”, se obligaba a pagar a Antón Martín, arrendador de las abejeras salvajes de la isla de Tenerife: “tres doblas y media de oro. Las cuales son por razón que me arrendasteis todas las abejeras salvajes que hubiere media legua a la redonda de la Casa de Nuestra Señora la Candelaria por dos años”.
La producción de estas abejeras salvajes debía ser bastante crecida en atención a otro documento, fechado el 22 de agosto de 1519, en el que García de Morales, “santero de Nuestra Señora la Candelaria”, para abonar el pago de una ropa se comprometía a entregar cincuenta libras de cera. (Lorenzo Santana Rodríguez, 2010)
La presión ejercida por los dominicos y por el brazo secular para posesionarse del icono de la Diosa fue constante y continuado en el tiempo hasta el extremo de que nuestros ancestros se vieron obligados a defenderse con las mismas armas legales de los invasores,  dando comienzo así  al denominado Pleito de los insulares, en realidad fueron varios los pleitos entablados por el clero y fieles guanches para evitar el ser despojados de la posesión de la imagen de la Diosa. Esta valiosa documentación fue rescatada y conservada por don Manuel de Ossuna y hoy forma parte de los archivos históricos del Ayuntamiento de La Laguna por donación testamentaria de su propietario.

Veamos un ejemplo de esta documentación procesal:

“En el lugar de la Orotava de esta isla de Tenerife, treinta e un días del mes de Diciembre de mil y quinientos y ochenta e ocho años conforme a la cuenta de nuestro Salvador Jesucristo ante el Bachiller Juan Pereira de Lugo, Abogado, y en presencia de mí Juan Benítez Zuazo, Escribano público de dicho lugar y sus términos, por el Rey nuestro Señor, pareció Pedro Hernández, natural de esta Isla, por sí y en nombre de los demás //Folº. 40 vtº.// Naturales della, sus consortes, e presentó una provisión ejecutoria de la Real Audiencia de Canaria según por ella parecía, su tenor de la cual es el que se sigue= Juan Benítez Zuazo, Escribano público=____

El Regente, oidores de la Real Audiencia destas Islas de Canaria, por el Rey Nuestro Señor, en presencia del Bachiller Juan Pereira de Lugo, Abogado, e vecino de la isla de Tenerife en el Lugar de la Orotava, salud e gracia: sepades qué pleito y causa pende ante nos, en esta Real Audiencia, por caso de corte, el cual se intentó criminalmente por parte de Pedro Hernández, Francisco Hernández, Juan Fernández, Luis Rodríguez, Francisco Gon- //Folº. 41 rtº.// zález, el Capitán Pedro Rodríguez, Salvador González, Alonso Rodríguez, Juan Rodríguez, Diego Díaz de Vera, Antón Sánchez, Andrés Hernández, Lázaro Sánchez, Rodrigo Martín, y los demás sus consortes, Naturales de esa Isla en el término de Candelaria, contra Cristóbal Trujillo de la Coba e Gaspar Yanes Delgado, regidores desa Isla, a la qual causa salió la parte del Consejo, Justicia e Regimiento de esa Isla, sobre inquietación de posesión y costumbre en que han estado los dichos naturales de sacar la Imagen de Nuestra Señora de Candelaria en sus andas a los tiempos que se hacen las //Folº. 41 vtº.// procesiones e sobre las demás causas e razones contenidas en el proceso del dicho pleito en el cual parece que ante nos en esta Audiencia, en dos días del mes de Marzo pasado de este año de ochenta y siete, por parte de los dichos Naturales nos fue presentado un escrito de querella del tenor siguiente=___

Muy l1ustrísimos Señores= Diego de Peñafiel en nombre de Pedro Hemández, Diego Díaz de Vera, Francisco Hemández, de los demás vecinos e Naturales de la isla de Tenerife en el término de Nuestra Señora de Candelaria de quien tengo poder que es este que presento en la vía e forma que mejor haya lugar de derecho / /Folº. 42 rtº./ / por caso de corte notorio me querello ante vg.sg., criminalmente, de Cristóbal Trujillo de la Coba e de Gaspar Yanes, Regidores de la dicha Isla e de los que parecieren culpados y contando el caso que estando los dichos Naturales en posesión antiquísima desde que la dicha Isla se ganó de cristianos y es uso e costumbre tan antigua de en todos los años por el día de Nuestra Señora de Candelaria que se hace procesión de la Casa de Nuestra Señora hasta la iglesia de San Blas, y en otras procesiones extraordinarias como en procesión de agua e para salud de otras cosas que la Imagen sale en sus andas y en procesión de llevarla sobre //Folº. 42 vtº.// sus hombros los Naturales que descienden de los Naturales, que eran antes que la Isla se ganase y en contorno y en redondo de la dicha Imagen suelen ir todos los Naturales porque es fiesta suya y la Imagen les pareció a ellos mucho tiempo antes que cristianos ganasen la dicha Isla, los cuales Naturales antes de tener lumbre de fe, reverenciaban y tenían en mucho la Imagen y aunque personas poderosas de estas Islas, e por su voluntad e contra de los dichos Naturales, la quitaron dentre los dichos naturales y la llevaron a la isla de Lanzarote, de donde milagrosamente la Imagen / /Folº. 43 rtº./ / hizo señales de no querer estar en la dicha isla de Lanzarote, y se volvió a la de Tenerife entre los dichos Naturales en el dicho lugar que dicen de Candelaria y en esta devoción los dichos Naturales han estado y están hasta ahora teniendo por particular privilegio la dicha Imagen entre sí, y así como cosa suya él y los propios la sacan en sus andas y han sacádola desde el dicho tiempo a esta parte y estando en este uso antiguo e posesión, el día de Nuestra Señora deste mes pasado de Febrero, continuando los dichos Naturales su posesión e costumbre queriendose hacer / /Folº. 43 vtº./ / la dicha procesión, cuatro de ellos tomaron las andas de la dicha Imagen yendo los demás junto a ella y la sacaron desde su altar, trayéndola a la capilla de la dicha iglesia de donde se recomenzaba a hacer la procesión y trayéndola sobre sus hombros los dichos Naturales, y estando congregada mucha gente, el dicho Cristóbal Trujillo de la Coba, y Gaspar Yanes, Regidores y otros con alboroto y escándalo, diciendo el dicho Trujillo que tenía comisión del gobernador e que venía en su lugar, e con vara de Justicia en las manos, fueron rempujando a los dichos Naturales y llegando / /Folº. 44 rtº./ / a los que tenían las dichas andas por fuerza, y sin reverencia de Nuestra Señora se la quitaron por fuerza y porque los dichos Naturales con modestia e mansedumbre decían e requerían al dicho Trujillo de la Coba que no les quitase de su posesión e que aquello les pertenecía por ser Naturales, el dicho Trujillo y los demás les afrentaron delante de la dicha Imagen llamándoles de bellacos e majaderos e pícaros y en son de quererlos afrentar les decían que eran unos Guanches de baja suerte y porque no pasase adelante el dicho escándalo se hizo que la Imagen se volviése a el altar de donde //Folº. 44 vtº.// los Naturales la habían traído, y el Vicario del Convento de la dicha Imagen viendo la injusticia del dicho Trujillo, e los demás, e porque la procesión no se dejase por hacer, hizo que dos frailes y dos naturales tornásen asacar la dicha Imagen y ansí la sacaron, y llevándola, y saliendo por la puerta de la iglesia, tornó el dicho Trujillo e los demás a hacer el mesmo alboroto, y escándalo, queriendo quitar la dicha Imagen a los dichos Naturales e Frailes y lo hicieran si el Vicario de la isla de Tenerife no lo impidiera con excomuniones que les puso, y prosiguiendo la dicha procesión des- / /Folº. 45 rtº./ / pués que iba la Imagen buen rato de la dicha iglesia e llevándola los dichos Naturales e Frailes, y el dicho Trujillo y los demás ejecutaron su mal propósito, e sin reverencia de la Imagen fueron contra los dichos Naturales que llevaban la dicha Imagen, y los demas que iban junto, y les tornaron a afrentar con las mismas palabras e dar de rempujones apartándolos de la dicha Imagen e rompiéndoles sus capas y herreruelos que llevaban y hubo tanto escándalo, y alboroto que hicieron amotinar toda la gente de la procesión, muchos romeros que haido en romería / /Folº. 45 vtº./ / de las demás Islas, de suerte que yendo los dichos frailes con tan gran alboroto y escándalo y tan poca reverencia a la Madre de Dios y que estaban las andas quebradas por los empellones que los dichos Regidores e Trujillo habían dado a los que la llevaban que un Niño Jesús había caído en tierra e quebrádose un brazo, por causa del dicho Trujillo e los demás volvieron la dicha Imagen a su casa, y ansí no se hizo la dicha procesión que fue gran desconsuelo para los romeros y peregrinos que habían ido a ello, por lo cual cometieron delito digno de punición y castigo / /Folº. 46 rtº./ / porque pido a Vªs.Sªs. me admitan esta querella por caso de corte, por ser contra Juez e Regidores y admitida me reciban información al tenor de ella e dadas les condene a los susodichos en las penas en derecho establecidas e contra los que semejantes alborotos, y escándalos hacen, e pido justicia e costas e incidentes del oficio de Vªs.Sªs. que para ello imploro, y les condenen e manden que de aquí en adelante que en las dichas procesiones no perturben a los dichos Naturales ni les inquieten en la posesión e costumbre que tienen en llevar a la Imagen y andas de Nuestra//Folº. 46 vtº.// Señora y los Naturales ir en contorno de ella, y amparen en la dicha posesión antigua a los dichos Naturales declarando estar en su posesión e uso de sacar ellos la dicha Imagen en sus hombros, e ir junto a ella, e para que los susodichos sean acusados les mande prender e presos les protesto acusar más en forma, e pido ut supra, e juro en forma no ser de malicia= El Licenciado Borrero=____

Con fecha 7 de diciembre de 1587, la Audiencia de Canaria dicta sentencia a favor de nuestros antepasados y en contra del Cabildo de la Isla en las personas de sus regidores Cristóbal Trujillo de la Coba e de Gaspar Yanes.
 
 “…(Al margen: Sentencia) Fallamos los dichos Pedro Hernández, Diego Díaz de Vera, y consortes, haber probado su querella como probarles convino para haber victoria en esta causa en lo que de yuso será contenido, e los dichos Cristóbal Trujillo de la Coba , y el dicho Concejo no haber probado cosa que les excuse de condenación, atento a lo cual debemos de amparar e amparamos a los dichos Naturales en la posesión que han tenido de sacar la dicha Imagen de Nuestra Señora de Candelaria, desde su altar hasta San Blas y volverla a el dicho su altar y lo mismo se entienda en cualquier otra procesión Que se hiciere con su bendita Imagen en la cual/ /Folº. 56 vtº./ / dicha posesión les amparamos y defendemos y mandamos que en ella no sean inquietados, ni perturbados so pena de cada cinquenta mil maravedíes para la Cámara e Fisco de Su Majestad y estrados de esta Audiencia…”.[1]

A pesar de esta y otras sentencias favorables, en el transcurso del tiempo los dominicos consiguieron hacerse con el control de la imagen de la Diosa Madre Chaxiraxi,  con su santuario y con el rebaño sagrado de la Diosa, relegando a sus verdaderos propietarios a la representación anual de una humillante mascarada donde unos supuestos guanches escenifican la supuesta “aparición” de la imagen  de la Diosa, con unos gestos absurdos y un lenguaje ininteligible  como si una de las lengua más ricas de la antigüedad careciera de palabras para dirigirse a una estatua, además el autor de esta farsa el fraile Espinosa  seguramente supuso que estos “buenos salvajes” no sabían distinguir una figura de madera de una persona y, para más escarnio les visten con unas azaleas de ovejas merino, ovejas que fueron introducidas por los colonizadores, calzándoles además con alpargatas fabricadas en Valencia, ¡todo un homenaje a la rigurosidad histórica!

Todas las Diosas negras una vez que son sincretizadas por la iglesia católica son rodeadas de una recurrente leyenda piadosa, se niegan a ser cambiadas del lugar donde “aparecieron”. Especialista la orden dominica en este tipo de fabulas, Fray Alonso de Espinosa crea una ingenuo mito en torno al robo del icono de la Diosa Chaxiraxi por parte de los piratas del colono Sancho de Herrera, dándole como es habitual en el catolicismo un tinte milagrero, cuento que han venido asumiendo ciegamente la mayoría de historiadores posteriores sin someruelo a un mínimo estudio analítico:
“Llevaron los de Lanzarote la santa imagen de Candelaria a su isla, muy gozosos y con­tentos de tener tal huéspeda en ella, y de haber alcanzado tal abogada y ganado tal joya y hecho un tal robo. Y pusié­ronla en el altar mayor en la iglesia de San Salvador; pero los hombres ponen y Dios dispone. ¿Quién creyera que la imagen de Candelaria, que los de Lanzarote para amparo su­yo y regalo llevaban, había de ser cuchillo y disgusto suyo? No era el Señor servido (cuyos secretos son inescrutables y de los juicios humanos muy remotos) de que la santa reliquia estuviese entre ellos; y así lo dio luego a entender con paten­tes señales; porque otro día de mañana, yendo muy gozosos a ver su imagen, la hallaron vuelto el rostro a la pared y las espaldas al pueblo, que no fue poca confusión para él. Por­fían otra y otras veces a volverle el rostro al pueblo, y tantas veces la tornaban por la mañana a hallar vueltas las espaldas. Toman pareceres en el caso, y resuélvense en que se hagan procesiones generales y plegarias y disciplinas a Nuestro Se­ñor, para que tenga por bien dejarles aquella santa reliquia, pues la sabrían ellos mejor venerar y servir que los gentiles guanches donde había aparecido…

…Esto hizo todo el tiempo que la santa imagen estuvo en Lanzarote,[2] para que más testigos hubiese deste milagro; y en todo este tiempo, oían muchas músicas deleitables y so­noras de ángeles, vían grandes resplandores, procesiones y luminarias, y sentían suavísimos olores aquéllos que tenían cargo de la guarda de la imagen.[3] Y por esta razón, cuando los de Lanzarote volvían con la dicha imagen a traérsela y restituírsela, no les querían dar crédito, hasta que desde el navio se la enseñaron; y viéndola, para certificarse, van a la cueva; y no hallándola entonces, quedaron confusos. Y que­riendo el rey hacer justicia de los que la tenían a cargo, fue­ron tantos los que afirmaron haberla siempre visto en su cueva y lugar, que hubo de perdonarles; y así con mucho contento la recibieron y pusieron en su lugar, añadiendo guardas y cuidado. A Sancho de Herrera le dijeron lo que pasaba, y cómo nunca había faltado de la cueva donde solía estar, aunque ellos la hubiesen tenido en Lanzarote; de lo cual admirado él y los suyos, se confirmaron más en la devo­ción desta santa imagen y en que era su voluntad estar en esta isla. Y así encargaron a los naturales la reverencia que a la santa reliquia debían tener.” (A. Espinosa, 1980:72-75)

La realidad más que probable del fondo de  esta ingenua leyenda sería que el colono y pirata Sancho de Herrera en sus habituales correrías por las Islas aún no sometidas,  a la captura de esclavos, ganados y cualquier cosa que tuviese algún valor, desembarcase por las entonces despobladas costas de Igueste y a falta de mejor presa decidiese robar la imagen de la Diosa Chaxiraxi, más que por una cuestión de fe, por el valor crematístico que podía suponerle. De hecho la supuesta devolución no seria otra cosa que el pago de un rescate por parte de los guanches de Güímar para la recuperación de la imagen.

Por otra parte, tal como recoge la investigadora María Jesús Riquelme, en otra oportunidad la imagen mostró su deseo de no ser trasladada de su cueva-santuario al nuevo templo construido por los católicos.

“…Sin embargo, una vez construido el nuevo templo, dicen que  milagrosamente la imagen retornó varias veces a su antigua morada. De forma obligada volvió a usarse la cueva como albergue de la Virgen en el periodo comprendido entre 1789-1803 por incendio del segundo santuario construido por el obispo García Jiménez, obra que databa de 1672.” (M. J. Riquelme, 1990:35).

Esta claro que el clero guanche no estaba dispuesto a permitir que la estatua de la Diosa Chaxiraxi no fuera desplazada de su antiguo santuario de Achbinico para ser colocada en el nuevo templo construido por los colonos, por ello es probable que tomasen la imagen y la restituyesen a su verdadero santuario tantas veces como los frailes la colocaban en la ermita. Esto debió de ser así porque entre otras cuestiones los frailes eran pocos y la mayoría ancianos, lo que les incapacitaba para enfrentarse al clero guanche. Una vez conseguido el pleno dominio de la imagen, prefirieron ocultar estos hechos bajo el ropaje milagrero,  tema en lo que eran unos verdaderos artistas.

Un caso similar tuvo lugar unos años más tarde (en 1555) cuando la imagen fue llevada a La Laguna en rogativa de petición lluvias y por temor a los franceses, colocada en el convento dominico de la ciudad, la afluencias de fieles a visitar a la Diosa fue tal, y las ofrendas económicas de tal magnitud, que los dominicos maquinaron la posibilidad de dejar de manera permanente la imagen en su convento, poniendo toda clase de trabas para su regreso al santuario de Candelaria e incluso oponiéndose abiertamente a tal retorno. Así las cosas, el clero guanche decidió poner las cosas en su sitio y una madrugada entraron en la iglesia del convento “secuestraron” la imagen y sin hacer paradas en el camino la instalaron en su templo de Candelaria, a partir de estos hechos, mucho le costó al Cabildo colonial de la Isla el que le fuera permitido trasladar la imagen a La Laguna cuando era demandada en casos de sequías prolongadas o de otras calamidades públicas.

Posiblemente a partir de estos hechos la iglesia católica astutamente decidió contentar a ambas partes contendientes –como paso previo a la usurpación para sí-creando una doble festividad, la fiesta del 2 de febrero en que la iglesia católica sigue la tradición evangélica de la purificación y presentación de Jesús en el templo, al que corresponde según el dogma católico la imagen de madre portadora del infante y la vela simbólica, a la que concurrían la justicia y regidores del Cabildo colonial, beneficiados de los Remedios y la Concepción, y los curas párrocos de la Isla.

Y la otra más importante, la del 15 de agosto festividad nacional canaria a la que asisten romeros de todas las Islas, durante las cuales se celebra el Beñesmer[4] o fiesta de la cosecha guanche, enmascarada como es habitual por el catolicismo como la Asunción de Nuestra Señora.

A cuatro leguas al sur de Santa Cruz, cerca del mar, hay una cueva con una capilla e iglesia llamada de Nuestra Señora de Candelaria, en la que se encuentra una imagen de la Virgen María muy reverenciada aquí, como la gran Diosa Diana lo era en Efeso. (George Glas, [1764] (1976:69).

Continúa en la entrega siguiente.



[1] Si esta interesado en consultar la totalidad de los documentos de este pleito puede hacerlo en Juan Bethencourt Afonso en su Historia del Pueblo Guanche, tomo dos y en: Guayre Adargumas Anez’ Ram Yghasen, Diosa Chaxiraxi Versus Virgen de Candelaria-Historia de una usurpación. En: www.elguanche,net

[2] La imagen realmente fue trasladada a Fuerteventura no a Lanzarote.
[3] En torno a estas procesiones Marín de Cubas recoge: “Tenían en sus términos muchos ganados sueltos y salvajes, y otros tenían manso, y tenían dedicados a la virgen de Candelaria otros pintados de blanco y varios colores; tenían juegos y fiestas en diversos tiempos del año, y venían de África al trato de carnes, cecina, sebo y cueros, traían cera y hacían procesión y encendían luces a la virgen paseando la playa donde fue hallada, y esto hicieron en secreto aún hasta el tiempo de la conquista; en sus casamientos llevaban luces en la mano.” (Marín de Cubas, [1694]1993:221-223)

[4] Beñesmer m. Tf. ant. Cron. Estación o período del año de mayor insolación. Expr. t.: benismer, beñasmer, venesmer. Err.: begnesmet, bellasmer, benesmen, benezmen, benismen, beñesmen.
*wənna əsmer > beñäsmer, prop. rel. (lexicalizada). (Ignacio Reyes García)


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