Hemos venido manteniendo
que la capacidad intelectual del guanche medio siempre ha sido superior a la de
los europeos de la época y más que posiblemente en la actual, si el sistema
imperante nos permitiera desarrollar plenamente nuestras capacidades.
Sobre lo dicho el
historiador Lepoldo de la Rosa Olivera
nos aporta algunos ejemplos en la familia del Mencey de Adeje Pelinor.
“Al leer en el número 21 de
este «Anuario», en el interesante trabajo del P. Luís Fernández, S P., Aspectos
económicos, administrativas y humanos de la díócesis de Canarias en la
segunda mitad del siglo XVI,
la relación de las dignidades del Cabildo catedral de Las Palmas, tomada de
los informes personales y reservados que el obispo don Fernando Suárez de
Figueroa envió a la Corte
en los años 1590 y 1592 y conocer lo que decía del arcediano de Tenerife doctor
don Hernando Díaz que era «guanche de padre y madre», así como los elogios que
al mismo dedicaba el prelado, sentimos curiosidad por identificarlo y, por su
apellido, presumimos que debía descender del último rey indígena de Adexe.
Los hijos del Rey Don Diego
En nuestro trabajo
publicado en 1956 citábamos como hijos de don Diego a los siguientes: Alonso,
Fernando, Diego, Inés y María.
Debemos rectificar y si
bien confirmamos los nombres y filiación de los tres primeros y el de María,
hemos de añadir el de Pedro y aclarar que la que entonces llamamos Inés ni
parece que fuera hija del rey de Adexe, ni se llamó Inés, sino Isabel. Por otra
parte no sabemos quién ni qué fuera de la hija de don Diego a la que forzó
Jerónimo de Valdés.
Debemos advertir que así
como a los hijos varones del rey de Adexe
se les da en algunos documentos el «Don», en todo caso a don Pedro; no así a
María, salvo, en cuanto a ésta, en una Cédula Real que suponemos se refiere a
la misma.
Vamos a ver lo que sabemos
de don Alonso y don Fernando, para hablar luego de los restantes.
A
don Alonso y a su hermana María
parece referirse, como acabamos de decir, una cédula de emplazamiento de 9 de
diciembre de 1508, que aparece en el Registro del Sello, para que «don Alonso y
doña María, vecinos de Tenerife, se personaran ante el Consejo Real, en
apelación que había interpuesto el Adelantado de sentencia dictada por Lope de
Sosa, por la que lo había condenado al pago de 40.000 maravedís por ciertas
cabras que le había tomado. Posiblemente se refería al mismo pleito que antes
mencionamos. Don Alonso estuvo casado con otra indígena, bautizada con
el nombre de Catalina Fernández, como resulta de escritura que figura en los Libros
de Datas, de 1 de enero de 1518, que comienza: «Digo yo, Alonso
Dias, vecino de Tenerife, hijo del Rey de Adexe,
que por quanto yo vos so en cargos a vos Juan Delgado, vecino della isla
de Tenerife, mi primo, de
ciertos mrs. y ansimesmo por otros cargos que de vos tengo de buenas hobras que
de vos e recibido, avemos por bien e nos plaze a mi y a mi muger Catalina
Fernández y nos plaza de vos dar a vos el dicho Juan Delgado seis fanegas de
tierra ... en el barranco de Maca (por Masca) ... » (núm.1.214).
En unión de su hermano
Diego y de otros guanches, dio poder a Antón Azate, el 5 de enero de 1514, para
que los representase en la defensa de sus derechos, poder que fue presentado en
Cabildo de 21 de mayo siguiente, El 31 de julio
del año anterior, se había
constituido en fiador de su
hermana María, como tutora y curadora de los hijos del primer matrimonio de
ésta; en Buenavista y ante Benito Sánchez dio poder, el 8 de marzo de 1518, a
favor de su primo Juan Delgado y por escritura ante Alonso de Llerena,
de 26 de noviembre de 1521, consta que la tercera parte de las cien fanegas de
tierra en Taxo (Valle de Santiago)
que heredara de su padre, las había vendido a Gonzalo de Guadalcanal. No
tenemos de este hijo de don Diego otra noticia documentada.
De don Fernando Díaz, su
hermano, ya dijimos en el anterior trabajo que había sido instituido heredero
por su primo y homónimo Fernando Díaz.
Casado con otra indígena, Bárbara González, cuando ésta, ya viuda, iba a contraer
segundo matrimonio con un Juan de Adexe, fue nombrado tutor de su hija María su
hermano don Diego, en el 1514. En el testamento que este don Diego otorgó el 20
de agosto de 1519 declara que aún era tutor de su citada sobrina y seguía
siéndolo el 31 de agosto de 1520, fecha en la que un Juan del Hierro, ante
Alonso Gutiérrez, reconoce que debía 30 cabrillas a
Diego Díaz, como tutor de
María, la hija de don Fernando.
Con Leandro Serra dice que
«parece» que don Fernando murió en Berbería, lo que es posible.
Su nombre es de tiempo
conocido. En cuantos documentos se le cita, y son varios, se le da siempre el
«Don», prueba indudable de su muy
cercano parentesco con el rey de este bando, pero ¿quién era don Pedro de Adexe
y qué relación familiar tenía con don Diego?
A Don Buenaventura Bonnet, en su trabajo El Mencey de Adeje y
sus descendientes, hace un resumen de las diversas opiniones de los
historiadores y genealogistas, que interesa reproducir en buena parte. Dice
así. <Si todos los autores están conformes en que el Mencey de Adeje se llamara Don Diego. Ya hemos
visto que ese es el nombre que le da Nuñez de la Peña...».
<<Viera y Clavijo, en
el prólogo del tomo III, escribe: «Don Pedro de Adexe, de los Menceyes de la Isla, estaba preso por el
Alcalde mayor en 1502. Y
por nota añade: «Quieren algunos que este Don Pedro, llamado de Llerena, fuese
el verdadero Rey de Adexe, padre de
Don Diego, el que siempre se ha tenido por tal ... » <El Dr. Chil y Naranjo
(tomo III, pág. 600) afirma que Pelinor, Mencey de Adeje, se Ilamó Pedro y no
Diego y con aquel nombre lo hemos encontrado, dice Torres Campos, designado
varias veces.» «Otros autores aseguran que Don Pedro era hijo de Don Diego.
Berthelot dice "Non seulement les menceyes participerent a cer
faveurs, mais elles rejaillerent aussi leurs fils et leurs proches. Les ancien actes de 'datas' mentionnent a ce sujet:
Don Cristóbal, mencey de Taoro; Don
Diego, mencey d'Adeje, et Pedro son
fils, ainsi que Juan Delgado, son cousin ..." (Antiquités Canariennes,
l." parte, pág. 66).» «El Sr. Millares escribe al hablar de Don Diego:
"Su hijo primogénito Don Pedro casó con María de Adeje o de Lugo, la cual
contrajo segundas nupcias con Andrés Llerena (guanche)". El Sr. Díaz Dorta
abunda también en esta opinión (pág. 73).»
Pero mas cierto es que Don
Pedro fuera hermano de Don Diego. Don Leandro Serra, en un concienzudo articulo
titulado Los Adeje, dice: "Según documentos antiguos, Pelinor, el
último mencey de Adeje, después del
bautismo se llamó Diego y un hermano de padre, cuyo nombre indígena se ignora,
Pedro... Don Pedro pasó a Berbería, donde murió, dejando varios hijos.» «El Dr.
D. J. Wolfel (en conferencia leída por su autor en el "Instituto de
Estudios Canarios", el 13 de enero de 1933, bajo el título Los
indigenas canarios después de la conquista), afirma que el último rey
mencey de Adeje se llamó don
Enrique, como ahora sabemos por documentos nuevamente hallados en Simancas.
Dice este autor que
seguramente don Enrique fue vendido como esclavo y que conoce dos documentos
sobre la libertad de aquél dándole el tratarriimte de Don, siendo rectificado
derecho., según Real Cédula de 4 de diciembre de 1500, y la
de 4 de junio de 1501, y otra de febrero de 1502, en Sevilla.»
Comencemos por descartar el
nombre de don Enrique, ya que las Reales Cédulas de 1500 y 1501 que cita Wolfel
corresponden, como hemos dicho, al último rey de Icod,
Este esta probado documentalmente,
sin género de dudas, que en el bautismo se le puso por nombre Diego.
Queda, por lo tanto,
preguntarnos: ¿quién era don Pedro de Adexe?
Millares, Berthelot y Díaz Dorta lo consideran hijo (e1 primero de estos
autores primogénito) de don Diego y dicen que casó con María de Adexe o de Lugo, la que, viuda,
contrajo segundo matrimonio con otro guanche, Andrés de Guímar, también
apellidado de Llerena.
Nosotros mismos, en el
trabajo que varias veces hemos citado, ante lo incierto del parentesco de María
de Lugo con don Pedro, supusimos que éste sería «hermano o pariente muy cercano
de su padre[1]».
Pero al leer el testamento
de don Diego Díaz, otro de los hijos del rey de Adexe, no ha podido por menos
de llamar nuestra atención el que dos veces que menciona a don Pedro lo llama
«mi hermano»: «Yten digo que yo soy tutor de mis sobrinos hijos de mi
hermano don Pedro..
>> e «Yten mando que paguen a Fernand López, cuñado que fue de mi hermano
don Pedro ..». Este testamento que otorgó el 20 de agosto de 1519 y cerca de
cinco años después, en 3 de
febrero de 1524, Diego Díaz hizo que varios deudores de los hijos menores de su
“hermano don Pedro” reconocieran lo que le debían.
De don Pedro de Adexe sabemos que estaba preso en la
capital de la isla en noviembre de 1502, «por ciertas querellas que dé1 dieron,
de las quales el dicho alcalde ha querido saber la verdad y no ha hallado por
do pueda proceder contra él por ningún rigor de jus- ticia». En Cabildo de 25
de aquel noviembre los guanches Ximón, Fernando de Tacoronte, Gaspar y
Francisco de Tacoronte, por lengua de Guillén Castellano, requirieron al
alcalde mayor Pero Mexía que por cuanto «por el señor governador Alonso de Lugo
e por la señora Bovadilla e regidores les ha sydo mandado que tomen los
guanches alçados ladrones», añaden que están prestos a hacerlo para lo que
solicitan la libertad de don Pedro de Adexe, «el qual sabe la tierra del reyno
de Adexe do andan los alcados».
Los citadas guanches
respondían de la libertad de don Pedro con su persona y bienes, lo que aceptó
el alcalde mayor, «para que cada e quando se lo pidiese el alcalde o otro juez
lo pornán en la cárcel..».
Don Pedro era tutor de doña
Constanza, hija del rey de Abona, el 21 de enero de 1508 y el último documento
que conocemos que parece referirse al mismo es el poder, que ya hemos citado,
que otorgaron a favor de Antón Azate, el 2 de agosto de 1512, que encabezas
<Don Pedro»
Don Pedro de Adexe debió
morir, es posible, en Berbería, como pensó don Leandro Serra, a mediados del
1513, ya que el 31 de
julio de dicho año se dio la tutela y curatela de sus hijos a su viuda María de
Adexe, ante Sebastián Páez.
Los hijos que quedaron de
este matrimonio fueron:
1. Marcos Pérez, que vendió
por sí y en nombre de sus hermanos Fernán Pérez y Juan de Regla tierras
heredadas del rey don Diego, en Buenavista, ante Benito Sánchez, el 13 de junio
de 1532. Díaz Dorta afirma que dejó descendencia en aquel lugar.
2. Hernán Pérez, casado con
Antonia Hernández, «natural». Otorgó escritura Gaspar de Nenas, y dejó hija, e hijos y ofreció como
fiador a don Alonso, hijo del rey de Adexe Tenia ganado y cuatro fanegas de
tierra de riego, Isabel Pérez, con
descendencia de su matrimonio con Pedro de Vargas, natural de La Gomera.
3.
Diego Pérez, que debió morir joven.
4. Juan de Regla que,
seguramente, tomó el nombre de otro Juan de Regla, extremeño, alcalde que fue
de Garachico y suegro de Fabián
Viña. Juan de Regla, el «natural», casó con Luisa Delgado, se establecieron en Adexe, donde vivían en 1555, cuando
Juan dio poder para la partición de los bienes de su madre, ante el citado
Gaspar de Xexas. Su hija, María de Regla, casó con Alonso González de Adexe y tuvieron cuatro hijos: Marcos
González, Luisa, Catalina y Agueda Delgado, que otorgaron escritura en Chasna, ante Andrés Hernández Pinto, en
1629. En las informaciones que hizo Martín Cosme de Armas, en 1568, Juan de
Regla declaró que tenía setenta y siete años "'. De ser cierto, debió
nacer hacia 1491.
5. Isabel Pérez, casada con
Juan Doramas, hijo del conquistador Juan Doramas, natural de Gran Canaria, y de
Mariana Hernández.
Según Díaz Dorta sólo
tuvieron una hija, llamada Leonarda de Oramas o Doramas.
Para concluir, creemos que
hay razones para afirmar que don Pedro de Adexe,
posiblemente primogénito de don Diego, estuvo casado con su hermana María. Las
citas reiteradas de su hermano parecen confirmarlo y, por otra parte, está
documentado que María de Adexe o de
Lugo, era también hija del rey de Adexe.
La primera noticia que
tenemos de este hijo del rey don Diego la da el pliego de descargos que
presentó el Adelantado en el juicio de residencia que le tomó Lope de Sosa y lleva
fecha del 30 de enero de 1509. Al responder a la acusación de que había vendido
a Diego Copado, que era cristiano, hecho que habían denunciado el fiel Ejecutor Alonso de las Hijas y don Diego, el
procurador de don Alonso de Lugo dice que «Don Diego, que se dice hijo del Rey
de Adexe ... es guanche e henemigo
del dicho mi parte, por lo que dicho tengo de los dichos guanches», de los que
afirmaba en apartados anteriores que todos ellos eran enemigos suyos.
En el interrogatorio de
testigos, la pregunta CXXXII dice: si
conoscen a Don Diego e a Sabastián guanches e si saben que los dichos Don Diego
e Sabastián an movido al dicho Señor Adelantado muchos pleitos en esta
residencia e son sus enemigos e le tenían la dicha henemistad antes e al tienpo
que vino la residencia, porque ganó la isla e les captivó e les mató sus
padres, hermanos e parientes». Tres testigos responden a esta pregunta: Alonso
de Alcaraz afirma que «es cierto que los susodichos no quieren bien al dicho
Adelantado; el vicario Fernán García que conocía a Sebastián «e que no se
acuerda del dicho Don Diego» y Bartolomé Benítez «conoce a los contenidos en la
dicha pregunta y save y vido este testigo que movieron pleito en residencia al
dicho A delantado, por lo qual y por razón del catiberio de sus padres e
muertes de sus debdos que en la conquista desta isla se hizo cree que lo
quieren al dicho Adelantado mal».
No puede dudarse, pues, de
cuál fuera la actitud de este hijo del rey de Adexe para con el Adelantado.
Casó don Diego Díaz con
Luisa de Vera, a la que hizo escritura de dote su padrastro Francisco de Tacoronte, ante Hernán Guerra, el 14 de
diciembre de 1513, el que dice que, «por quanto vos, Diego Dias,
hijo del Rey de Adexe, vos vais a
casar con Luisa de Vera, hija de mi mujer Leonor Alonso», le da cantidad de
ropa, ganado y doce fanegas de tierra en El Peñón. Finalizado el documento, en
que firmó como testigo y a ruego del otorgante Hernando Esteban Guerra,
Francisco de Tacoronte añade nuevos
bienes a la dote de su hijastra, lo que justifica «por quanto Luysa de Vera es
doncella honesta e de buen linaje [y] en razón de su virginidad ...» La
preocupación de la sociedad indígena de castas, que también se daba en los
castellanos, se refleja en este documento.
Ignoramos quien fuera el padre
de Luisa de Vera, posiblemente algún guanche que adoptó el apellido por Pedro
de Vera o por alguno de sus familiares. Francisco de Tacoronte era, desde el 1508, al menos, tutor de los hijos de un
«natural» llamado Juan de Vera;Sería éste el padre de Luisa, la que casó con
Diego Díaz?
En la villa de San
Cristóbal, la capital de la isla, el 20 de agosto de 1519, Diego Díaz, sin
decir que se hallase enfermo, ni que iba de cabalgada a Berbería, ni dar otra
razón, otorgó testamento en el escritorio de Antón de Vallejo, en el que
declara que tenía tres hijos: <<Perico, Juanico e Fernandico», a los que
instituía herederos por iguales partes, nombra tutor para después de su muerte
a su esposa y si ésta volviera a casarse, a su suegro Francisco de Tacoronte y a su sobrino Marcos, el
hijo mayor de su hermano Pedro.
Pero don Diego Díaz no
murió por entonces, pues hay constancia a de que, además de los tres
hijos que cita en su testamento, tuvo,
por lo menos, dos más: Diego y Catalina, de los que hablaremos y que, en febrero de 1524, como hemos dicho,
seguía siendo tutor de sus sobrinos.
Juan Díaz, el Juanico del
testamento, casó con María Delgado,
seguramente también «natural», de la que tuvo varios hijos: Juan -Luís
Delgado, Juana Díaz, casada con Melchor de Torres de la Sierra y Gaspar Díaz
Delgado, que fue alcalde de Vilaflor y alférez de las partes de Abona. Este último, en el año 1602 y con autorización del Licenciado Estrada, teniente de
gobernador de la isla, practicó pruebas
de pertenecer a la «Casa del Rey de Adexe».
Las declaraciones testificales comenzaron en Vilaflor, el 14 de septiembre,
para terminarlas en La Laguna,
el 28 de noviembre del 1602. Un testimonio autorizado de estas pruebas fue
protocolizado en 1760, a petición de Francisco Díaz Delgado, vecino de Icod,
ante el escribano Juan José Sopranis de Montes de Oca.
De los hijos de don Diego
Díaz y Luisa de Vera nacidos después del testamento de aquel de 1519, a Diego
dedicaremos el párrafo siguiente y de Catalina sólo sabemos lo que de ella dice
su sobrino el doctor don Hernando Díaz en sus últimas voluntades.
No creemos que se refiera a
don Diego Díaz un documento otorgado el 2 de noviembre de 1509 por «Diego
Guanimence y su sobrino don Diego». Pudiera referirse al hijo del
rey de Anaga de este nombre o a otro
familiar de alguno de los antiguos menceyes.
Este hijo de don Diego Díaz
y Luisa de Vera casó dos veces, la una con otra indígena, Inés González, hija
de Gonzalo Hernández y de Constanza Rodríguez; la otra con Catalina Esperanza,
seguramente también «natural».
De su matrimonio con Inés
González, de creer lo que dicen las pruebas de Gaspar Díaz, sólo tuvo al doctor
don Hernando Díaz y de quien contrajo
con Catalina Esperanza a María Díaz y a Luisa de Vera. Esta última casó con
Francisco González y tuvieron los siguientes hijos: Catalina Esperanza, Diego
Díaz de Vera, con seguridad el que actuó decididamente en el «Pleito de los
naturales» sobre su derecho a cargar procesionalmente a la Virgen de Candelaria a
Salvador de Vera y a Ana
de Vera, casada con Francisco de Cáceres[2].
María, la hija de Diego
Díaz de Vera y Catalina Esperanza, casó con Miguel de Figueredo, posiblemente
portugués, que ejercía algún cargo, como el de alcalde, cuando su hermano don
Hernando otorgó testamento, que le daba derecho a ser llamado «señor», como así
le dice. A la hija mayor de este matrimonio legaba don Hernando unas
tierras, extinguido que fuera el usufructo que sobre las mismas dejaba
a su hermana Luisa.
Una de las hijas de María
Díaz y Miguel de Figueredo se llamó María Díaz de Vera. Estuvo casada con Luís
de Armas y ya viuda otorgó testamento en Vilaflor, ante Lorenzo Díaz Delgado en
el 1656, en que se le da los apellidos de Díaz Bencomo.
Nacido en la comarca de Abona o Adexe, entre los años 1554 a 1556 (el P. Luís Fernández no precisa
si los informes del obispo en los que dice que don Hernando tenía treinta y
seis años, eran los de 1590 o de 1592), recibió el bautismo en la iglesia de
San Pedro de Chasna o Vilaflor, como
así lo declara en su testamento; debió comenzar sus estudios en alguno de los
conventos de la isla, para pasar a la Universidad de Sevilla, en cuyos registros figura
matriculado. Firma del Lcdo. Hernando Díaz de Vera en el expediente de
oposición a beneficio de la parroquia de los Remedios de La Laguna. de tercero de
Artes en 1572. Ya se había licenciado en Teología el beneficio de La Orotava, que no obtuvo. El 27 de junio de 1580
solicitó tomar parte en la que se convocó para uno de los beneficios de los
Remedios, en La Laguna,
que tampoco lo obtuvo y para el que resultó elegido el doctor Francisco Lucena.
El 1 de octubre siguiente
Hernando Díaz dio poder, ante Lucas Rodríguez Sarmiento, a favor de Martín
Cabeza y de Mateo Suárez, el primero de los cuales, el 31 de julio del siguiente año 1581, presentó escrito en el
que denunciaba la falta de posesión de Lucena en el plazo de seis meses que se
le había señalado, pero nada consiguió.”
(Leopoldo de la Rosa Olivera, 1997)
[1] La realidad es que a Viera y
Clavijo, a don Leandro Serra y a nosotros mismos, no nos pasó por la
imaginación tal posibilidad, olvidando lo que, tanto Torriani, como fray Alonso
de Espmosa, dicen: «ponían mucho cuidado en casarse, si faltaban mujeres de
igual sangre y grandeza les era permitido tomar por mujer a sus hermanas», dice
el primero y el dommico: «El rey no casaba con gente baja y, a falta de no
haber con quien casar, por no ensuciar el linaje, se casaban hermanos con
hermanas». Costumbre ésta que no puede extrañar pues, es sabido, se dio
en pueblos de la antigüedad, como en Egipto.
[2] Protocolos del Escribano Hernan Gerra, «Fontes Rerum Cananarum»,
W, por Emma González Yanes y Manuela Marrero, La Laguna, 1958, documento simero 107. A Diego Guanimence se
refiere el proceso de residencia que siguió al Adelantado Lope de Sosa
(descargo XXXM), una Cedula de emplazamiento para que comparezca en apelación
que había interpuesto Alonso de Lugo contra la sentencia que le condenó al pago
de cantidad a Guanimence, de 9 de
diciembre de 1508, etc.
Diego Guanimence otorgó testamento ante Hernán Guerra, el 16 de septiembre de 1511, en el que declara que
estaba casado con Catalina, que no tenía hijos e instituye herederos a sus
sobrinos Bassin y Juan sobrinos, hijos de una hermana suya. Una Catalina
Guanimenca otorgó documento ante Alonso Gutiérrez, el 4 de julio de 1521.
La voz, aquí apellido,
Guanimence, debe estar relacionada con la de mencey y significar cierto
parentesco con un rey guanche. De ser así, mencey parece que debe acentuarse en
la primera sílaba, no en la segunda.
En El Museo Canario,
Inquisición CMM<-S, están un
proceso seguido a don Diego,
guanche, preso por el S. O. y multado con una dobla, por estar amancebado con Catalina,
guanohe, 12 de agosto de 1510. Tampoco sabemos a cual don Diego se refiera.
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