Honorio
Marichal Reyes
Director
de: El Guanche.net
No
caben mimetismos
¡Qué más quisieran Euskadi y
Cataluña que tener las alternativas de Kanaria en sus relaciones con la Unión Europea (UE)!.
Para las citadas naciones ocupadas por España es imprescindible su integración
en la Unión Europea
y así lo reconocen las organizaciones vascas y catalanas que defienden la
independencia. Pero su separación de España implica automáticamente la salida
de la UE y
engrosar la lista de Estados aspirantes a la integración, para la que
necesitarían además el imprescindible voto favorable de España.
Si Euskadi y Cataluña quieren ser
Estados Independientes para integrarse inmediatamente en la UE , están en un callejón sin
salida. Sin embargo, Kanaria es inmune a este chantaje por no necesitar la
integración en la UE
para desarrollarse como Nación, es más, sólo puede lograrlo si modifica sus
relaciones con la UE
y establece un Acuerdo o Tratado de Asociación. Tampoco necesita integrar la Zona Euro ya que puede
tener su propia política monetaria, moneda y Banco Central, compatible con el
euro y otras divisas internacionales.
El
mareo de los “instrumentos de Estado” o la “ampliación interna”
Por eso los
dirigentes políticos catalanes hablan de “instrumentos de Estado” refiriéndose
realmente a un Estado federal español, todo lo asimétrico que se quiera, con
más o menos café para todos, pero Estado español al fin, como lo son Alemania,
EE.UU o, tal vez, la Bélgica
federal y monárquica. Mientras, en Euskadi, se apuntan a la llamada “ampliación
interna” de la UE
para tratar de superar la contradicción.
Su tesis se basa
en que al tener los vascos actualmente la Ciudadanía de la Unión , la seguirían teniendo automáticamente al
configurarse en un nuevo Estado europeo. Esta “ampliación interna” se promueve
ya desde otras naciones europeas sin Estado, como Iniciativa Ciudadana Europea,
un invento ideado para dar ciertas esperanzas a sus seguidores y mantener viva
la llama de la independencia sin tener que salir de la UE , aunque sí les puede servir
para copar el máximo de poder político atribuido a sus instituciones
autonómicas o federales, que es lo que en el fondo están buscando las
organizaciones políticas “independentistas” de Euskadi y Cataluña, por mucho
que en la calle sus pueblos pidan otra cosa.
Porque en la Europa de los Estados la
“ampliación interna” no tiene ninguna posibilidad de prosperar y ellos lo
saben. La actual legislación europea es clara: el Art. 49 del Tratado de la Unión Europea (TUE)
establece que la admisión de nuevos Estados miembros debe ser aprobada, una vez
el aspirante solicite el ingreso, por unanimidad (los Estados miembros tienen
Derecho de Veto) del Consejo Europeo, máxima autoridad de la UE , previa consulta a la Comisión Europea
y aprobación del Parlamento Europeo, que sí puede ser por mayoría. Además, la
aprobación del Consejo debe ser ratificada por todos los parlamentos
nacionales, con lo que el expediente termina en el Congreso de los Diputados de
España.
Los estados
europeos no van a hacerse el harakiri permitiendo la pretendida “ampliación
interna”, ya que casi todos tienen sus propios “esqueletos nacionales”
escondidos en sus armarios. Argumentar que la Ciudadanía de la Unión , por ser los
ciudadanos los titulares de la misma, es una “pasarela” para que un nuevo
Estado constituido por dichos ciudadanos se integre automáticamente en la UE , sin el acuerdo unánime del
Consejo Europeo, es totalmente irreal y sólo puede servir como “consumo
interno” para retro alimentar determinadas posiciones políticas, por muy
legítimas que estas sean.
Euskadi y
Cataluña sólo tendrían una hoja de ruta, constituirse en estados independientes
y ponerse en la cola tras Croacia, Serbia, Kosovo, etc… para solicitar su
ingreso en la UE y
la Zona Euro ,
sorteando todos los obstáculos que España le pondría en el proceso negociador
del nuevo Tratado de adhesión. Otra cosa es que en Vitoria y Barcelona no
interese contarlo así, sino seguir mareando con los “instrumentos de Estado” y
las “ampliaciones internas”.
Adelanto
político, fueros e independencia
Lo que sí
quisiéramos en Kanaria es tener el adelanto político de Euskadi y Cataluña,
porque a nosotros sí que nos ayudaría para llegar a ser un Estado
independiente, no integrado sino asociado a la UE. Pero los niveles de
conciencia nacional en estas naciones sin Estado se corresponden con su
evolución histórica, muy diferente de la nuestra, basada en fueros históricos
también muy diferentes, aunque de mayor fundamento y legitimidad internacional
en nuestro caso.
Los condados
catalanes se incorporaron a la
Corona de Aragón en el Siglo XII mediante una unión
dinástica, formando parte así de la unión de los reinos de Aragón y Castilla a
finales del Siglo XV. Por aquéllos tiempos también se incorporan libremente a
Castilla los feudos y hermandades de Euskal Herría. Mientras Kanaria era
sometida militarmente a la fuerza por la Corona de Castilla, tras una larga guerra contra
los antiguos canarios que resistieron la invasión castellana hasta 1496.
Nuestros fueros históricos no
provienen de regímenes preexistentes similares a los antiguos feudos o reinos
peninsulares incorporados a la
Corona española, porque la ocupación militar castellana y
posterior pacificación produjo la destrucción de la
organización social pre-colonial, su aculturación y asimilación forzada, de forma
similar a las sociedades precolombinas americanas.
No caben por
tanto mimetismos, ni paralelismos, entre nuestros fueros históricos y los de
Euskadi o Cataluña, al no partir de circunstancias históricas homologables. Ni
siquiera a la luz del Derecho Internacional, que reconoce a Kanaria como valor
añadido, en tanto que antigua colonia de ultramar, su estatus de territorio no
autónomo y Derecho de autodeterminación, si una mayoría de la población así lo
solicitara, mientras que las naciones sin Estado europeas deben constituirse
primero como Estados independientes para aspirar después a cualquier
reconocimiento internacional.
Kanaria, al no
interesarle ser Estado miembro de la
UE , no sólo es inmune al chantaje europeista que sufren
Euskadi y Cataluña, sino que cualquier reivindicación soberanista desde las
Islas contaría con suficiente cobertura política y jurídica internacional, sólo
debemos demostrar nuestra voluntad de querer ser independientes. Y a la vista
está que para vascos y catalanes o escoceses tal voluntad acreditada no
significa reconocimiento internacional alguno.
Ya Kanaria
intentó en 1978 su reconocimiento como Territorio No Autónomo en la ONU , a través del MPAIAC y con
el apoyo de bastantes países soberanos, lo que pudo haberse producido si el
Estado español no hubiera cometido un execrable atentado de terrorismo de
Estado contra Antonio Cubillo en Argel, un día antes de que viajara a Nueva
York acompañado del Secretario General de la OUA. Crimen de Estado
que España no hubiera perpetrado si no existiera para Kanaria la cobertura
jurídica internacional mencionada, en tanto que territorio colonial no europeo.
Cuando las mareas humanas de Cataluña o Euskadi
en favor de su independencia tengan lugar en Kanaria, no habrá lugar a debates,
tertulias, ni amenazas constitucionalistas. Será entonces el Gobierno español
quien nos ofrezca pactos fiscales e instrumentos de Estado federado, como ya
hicieron en todas sus colonias de ultramar cuando la independencia era ya
inevitable. Cuando sobrevengan las mareas soberanistas canarias, en Madrid ya
saben que sólo cabe sentarse a negociar sobre un calendario de descolonización.
Y a los nostálgicos del imperio colonial español sólo les cabría el consuelo de exclamar: “Fue bonito mientras duró”…
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