Estimado
amigo Rogelio: Lamento que mi aseveración de que los Papas jefes máximos de la
iglesia católica se hacen adorar por los cardenales una vez que han sido
elevados a la silla pontificia, haya suscitado tus iras, verás, no acostumbro a
verter aseveraciones e incluso opiniones
que no estén debidamente documentadas o informado. En todo caso, tanto
esta confesión religiosa como otras tantas que existen en el planeta cuenta con
mi respeto, y mucho mas sus fieles los cuales en la mayoría de los casos, no
conocen de su religión más allá de lo que sus predicadores anuncian desde los
púlpitos o catecismos.
Entiendo
que tu enojo es fruto de tu ignorancia, o de tu fe ciega, ten en cuenta que las
religiones están regidas por seres humanos y por tanto, no exentos de
egolatría, ambiciones de poder político y económico, de amoralidades e incluso
de múltiples genocidios, de esto existen demasiados ejemplos en la historia. Me permito
recomendarte que estudies las biografías de los Papas, verás que a pesar del
maquillaje de que están revestidas algunas de ellas apenas que escarbes un poco
en la superficie te encontrarás con hombres que merecen cualquier calificativo
menos el de santo. Otras cuestión muy diferente es la espiritualidad, la que en
su esencia poco tiene que ver con las religiones regladas llamadas
mayoritarias, tema este que tocaré en otra oportunidad.
Por
si te puede merecer algún interés te transcribo algunos apuntes en torno a
determinadas actitudes y dogmas emanados de la santa sede católica en
diferentes épocas históricas, quizás puedan ayudarte a disipar tus nebulosas
mentales y puedas desarrollar tu espiritualidad, alejada de cierta afirmaciones
emitidas por seres humanos ciertamente imperfectos y puedas acercarte a la
verdadera Luz del Universo.
En
el "Dictatus Papae" del Papa Gregorio VII, (1020-1085) se dijo: "El
Papa no puede ser juzgado por nadie en la tierra. La Iglesia Católica nunca
erró ni puede errar hasta el fin de los tiempos. Sólo el Papa puede deponer a
los obispos. Sólo él tiene el derecho a usar las insignias imperiales. Puede
destronar a emperadores y reyes y dispensar a sus súbditos de la obligación de
la obediencia. Sus emisarios, aún cuando no fueran clérigos, tienen precedencia
sobre los obispos. Un Papa legítimamente electo es, sin duda alguna, un santo
por los méritos que le confiere San Pedro".
El
monje Benedictino, autor del "Decretum ó Código de Derecho Canónico",
(finales del siglo XII y principios del XIII) documento apócrifo, haciendo
referencia a lo dicho por el papa Graciano, lo siguiente: "El Papa, es
superior a las fuentes legales sin calificar. Por lo tanto, debe situarse en un
plano de igualdad con el Hijo de Dios".
El
papa Inocencio III (1160-1216) dijo lo siguiente: "El papa es el
Vicario de Cristo, incluso de Dios mismo. No sólo se le ha confiado el dominio
de la iglesia sino el gobierno del mundo entero. Como Melquisedec, es rey y
sacerdote al mismo tiempo…Así ellos también son su Vicario".
El
Papa Gregorio IX, (1143-1241) dijo: "El Pontífice es Señor y dirigente
del universo, de las cosas y de sus gentes".
El
papa Incencio III, citado por Peter de Rosa en Vicarios de Cristo, La Cara Oculta del
Papado, pág. 93, dijo: "Todo clérigo debe obediencia al Papa, incluso
si ordena el mal; porque nadie es susceptible de juzgar al Papa".
El
Papa Bonifacio VIII (1235-1303. Citado por Peter de Rosa en "Vicarios de
Cristo, la Cara Oculta
del Papado, 1989, pág. 193) dijo: "Todo ser humano debe hacer todo lo
que el Papa diga".
El
Papa anterior (Bonifacio VIII) en su Bula "Unan Sanctum" del año
1302, comentó: "Declaramos, anunciamos y determinamos que, en conjunto,
es necesario para la salvación de toda criatura que ésta esté sujeta al
Pontífice Romano".
En
la Bula
"Cum Inter Nonnullos" del 12 de noviembre de 1323, declarado por el
Papa Juan XXII, dice: "Decir que Cristo y los Apóstoles carecieron de
bienes es una tergiversación de las Escrituras".
En
un decreto del Concilio de Trento (1545-1549), citado por Philippe Labbe y
Gabriel Cossart, en "The Most Holy Councils", se dijo: "Especificamos
que la Santa Sede
(el Vaticano), y el Pontífice Romano tienen la supremacía sobre todo el
mundo".
Cristóbal
Marcelo, en su exaltación al Papa Julio II (1443-1513) en ocasión del 5to.
Concilio de Letrán, celebrado en el año 1512, lo exaltó de la siguiente manera:
"Tú eres el Pastor, tú eres el Médico, tú eres el Gobernante, tú eres el Esposo, finalmente, Tú eres otro Dios en la Tierra". El Papa no lo reprendió por ello.
El
Cardenal Bellarminio en su obra: "De Romano Pontífice", del siglo
XVII dijo:
"Si el papa incurriese en el yerro de dar por buenos los pecados y prohibir las virtudes, la Iglesia tendría que seguir considerando los pecados como buenos y las virtudes como vicios, de los contrario pecaría en la conciencia".
El
Papa Inocencio III, refiriéndose al status conferido de papa, dijo:
"Somos los sucesores de Pedro, pero no su Vicario; Tampoco somos de ningún hombre ó apóstol. Somos el Vicario de Jesucristo ante el cual todo el mundo debe inclinarse".
En
el Concilio Vaticano I del 9 de enero de 1870, se dijo: "El Papa es
Cristo en oficio, Cristo en jurisdicción y poder…nos postramos ante tu voz, oh,
Pío, como la voz de Cristo, el Dios de la Verdad. Al afianzarnos en ti, nos afianzamos con
Cristo".
El
papa León XIII (1810-1903) en la
Encíclica del 20 de Junio del 1894 dijo lo siguiente: "Nosotros
ocupamos en esta tierra el lugar del Dios Todopoderoso".
El
Papa León XIII, en su Encíclica titulada "Acerca de los principales
deberes de los cristianos como ciudadanos", fechada el 10 de Enero de
1890, declaró:
"El maestro supremo de la Iglesia es el Romano Pontífice. La unidad de criterio, por lo tanto, requiere…completa sumisión y obediencia a la voluntad de la Iglesia y del Romano Pontífice, como si fuera Dios mismo".
El
papa Pío XII (1876-1958) en la Encíclica Mystici Corporis del año 1942 dijo:
"Cristo y el papa, son uno sólo, como cabeza de la iglesia".
"Cristo y el papa, son uno sólo, como cabeza de la iglesia".
El
periódico The Catholic National de Julio de 1895, registra lo siguiente:
"El papa no es solamente el representante de Jesucristo, sino que él es el propio Jesucristo, escondido bajo un velo de carne".
"El papa no es solamente el representante de Jesucristo, sino que él es el propio Jesucristo, escondido bajo un velo de carne".
El Papa Juan Pablo II…dijo el martes
(11 Diciembre del 1994) (Associated Press) dijo a los católicos romanos que
busquen el perdón a través de la
Iglesia y no directamente de Dios".
Jaime
Ortega, Cardenal Arzobispo de la capital cubana, el 25 de diciembre del 1997 en
la celebración de la misa del gallo, dijo: "Una visita del Papa es como
si Cristo pasara: nada queda igual".
S.D.
Monsa, "Storia della Domenica", 1969, págs. 366, 367: "No el
Creador del Universo, en Gn. 2: 1-3, sino la Iglesia Católica puede reclamar el
honor de haberle otorgado al hombre una pausa en su trabajo cada siete
días".
Juan
Pablo II, (citado por Peter de Rosa en "Vicarios de Cristo, la Cara Oculta
del Papado, 1989, pág. 205) alega que su enseñanza es la moralidad absoluta,
basada en el derecho natural; ni él, ni siquiera Dios puede variarla, puesto
que tiene su raíz y nace en la misma naturaleza del hombre.
En
el Diccionario eclesiástico (Católico Romano), por Lucius Ferraris, titulado
"Prompta Bibliotheca Canónica", Vol. VI págs., 438, 442, artículo,
"Papa": "El Papa es tan exaltado y tiene tanta dignidad que
no es solamente un hombre, pero como si fuese Dios, y el Vicario de Dios.
Por lo tanto el Papa está coronado con
una corona triple, como rey del cielo y de la tierra y de las regiones más
bajas.
Así que si fuera posible que Los
Ángeles erraran en la fe o pudieran pensar contrario a la fe, puede ser
juzgados y excomulgados por el Papa.
El Papa es como si fuera Dios en la
tierra, solo soberano de los fieles de Cristo, supremo rey de reyes, teniendo
la plenitud del poder, a quién le ha sido confiado por el Dios, Omnipotente la
dirección no solo del reino terrenal sino también del reino celestial.
El Papa puede modificar la ley divina,
porque su poder no es el de un hombre, sino de Dios, y obra en lugar de Dios en
la tierra, con plenos poderes para atar y desatar a sus ovejas. El Papa es de
una dignidad tan suprema y elevada que, hablando apropiadamente, él no ha sido
establecido en ninguna orden de dignidad, sino que ha sido puesto sobre la
misma cumbre de todas las divinidades…
Él es de la misma forma el monarca divino emperador supremo y rey de los reyes".
Y
así piensan continuar por los siglos de los siglos hasta el fin de los tiempos…
Sin más por el presente estimado Rogelio recibe un cordial saludo.
Chaurero
n Eguerew. Eduardo Pedro García Rodríguez)
Junio de 2008.
Fuente consultada:
La primera bestia de Apocalipsis 13.
Ramón Romero y Ramón Moreno hijo.
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