Si nos ponemos a observar la forma de hablar que la mayoría
de nosotros los canarios tenemos hoy en día, y la comparamos con la que
hablaban nuestros padres y abuelos, nos damos cuenta de lo mucho que ha
cambiado nuestra habla canaria, de lo poco que va quedando de nuestro sabor, de
nuestra dulce e inigualable forma de hablar, de todas esas palabras que nos
fueron dadas por nuestros antepasados y que pocos
ya usamos. Se han ido cambiando por otras más comunes en todo el mundo y, sobre
todo, hay muchos americanismos y voces inglesas que se han ido introduciendo
poco a poco y que han ido sustituyendo a nuestra habla, a nuestro léxico
canario, a nuestras palabras de toda la vida, las que usaban nuestros abuelos y
padres. Aún es frecuente escuchar algunas de esas palabras nuestras entre la
juventud, que son quienes más se han decantado por otras expresiones, la más
corriente y que también yo suelo usar mucho es la de: ¡chachooo…! Que es una
expresión que hallo cariñosa, tierna y muy nuestra, exclusivamente nuestra
porque es cien por cien canaria. Si seguimos buscando expresiones en nuestra
forma de hablar, el canario también solía decir refiriéndose a alguien que
hacía algo mal “cacho rebenque” en lugar de “pedazo de inepto” , o “guanajo” en
lugar de “atontado”, o “ machangada” en lugar de “payasada” y el famoso
¡chooosss! Que expresiva puede llegar a ser esa exclamación tan simple,
encierra un mundo de expresiones ante algo sorprendente, o el decir “Ay meria”
cuando nos referimos, por ejemplo, a alguien que presume de hacer algo, pues
eso… son parte de esas palabras, de esas expresiones que solemos decir aquí,
que forman parte de nuestra forma de hablar, y que conste que sabemos que no
son vocablos guanches ¡ojalá lo fueran! ¡ojalá conserváramos muchas más expresiones
de la lengua guanche! ¡ojalá no nos hubieran arrebatado esa preciosa y añorada
lengua! Aunque sabemos que sigue estando ahí porque hubo quienes pudieron
rescatar mucho de ella, solo que ahora, muchos como yo, empezamos a conocerla
más en profundidad gracias a gente excepcional que se esfuerza porque todos
tengamos esa oportunidad, la de conocer como hablaban nuestros antepasados, la
de poder saludarnos como lo hacían ellos… Pero volviendo a la forma de hablar
del canario si que son expresiones antiguas, heredadas de nuestras generaciones
pasadas y nunca las deberíamos perder. Y ya, para rematar la faena, vamos con
este amasijo de palabras que he recogido del libro Natura y Cultura de las
Islas Canarias:
“A dispués que estuve engoruñado junto a la fogalera, cayó un chaparrón que me dejó enchumbado. Pesqué fuerte costipado que me cambó el espinazo, dejándome petudo.
Tenía la voz fañosa, me dolía el payo, no podía escarrancharme y con la tontura que tenía, pisé una bosta y del resbalón fui a parar al entullo, donde de un mal jeito se me esnuncó la cañota”.
Y bueno, así acabamos por hoy…Tifawin amigos…
“A dispués que estuve engoruñado junto a la fogalera, cayó un chaparrón que me dejó enchumbado. Pesqué fuerte costipado que me cambó el espinazo, dejándome petudo.
Tenía la voz fañosa, me dolía el payo, no podía escarrancharme y con la tontura que tenía, pisé una bosta y del resbalón fui a parar al entullo, donde de un mal jeito se me esnuncó la cañota”.
Y bueno, así acabamos por hoy…Tifawin amigos…
Septiembre de 2014.
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