fiestas etc, música de
nuestro hermoso y rico folclore que nos llena de alegría y sentimiento, y de
nostalgia a aquellos que están lejos. A mí la palabra música ya de por sí, me
suena a música, si, es como si ya llevara adjunto el sonido de esas siete notas
que la hacen ser tan deseada y tan necesaria en nuestras vidas. Vengo de una
familia muy melómana. Mis padres nos supieron transmitir, a mis hermanos y a
mí, ese amor a la música, a escucharla, a ejecutarla, era y es como una
necesidad en casa, como el comer o el beber. A veces me gusta bromear con ello
y digo que, en mi sangre debe haber, además de hematíes, leucocitos y todas
esas cosas, una mezcla especial de corcheas, sostenidos, bemoles, etc., atados
a siete notas llamadas DO, RE, MI, FA, SOL, LA, SI, y es que, cuando decimos
que los melómanos llevamos la música en la sangre, no estamos exagerando, se
nota cuando al escuchar una hermosa melodía sentimos dentro una emoción
incontrolable, o cuando cogemos en nuestras manos un instrumento musical y
somos capaces de hacerlo sonar al compás de lo que nos marque la partitura o
simplemente haciéndolo de oído y nos sentimos plenamente satisfechos de lo que
somos capaces de hacer sonar, de crear o imitar. Hacer sonar un instrumento y
escuchar cómo sale de él una melodía es casi mágico. Hoy disponemos de una
larga y variada lista de instrumentos que han hecho sonar grandes músicos con
sus grandes composiciones y que han sido como un hermoso regalo para nuestros
sentidos. De entre ellos yo destaco la guitarra porque es mi pasión, porque
crecí a su lado y porque ha sido mi compañera inseparable toda mi vida, con
ella he pasado los mejores momentos, con ella me he alegrado y he alegrado a
otras personas. La música es poesía sin palabras, la música es vida, la música
es Mi Vida, …Tifawin amigos…
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