viernes, 28 de marzo de 2014

LA COLONIZACION DE NUESTRA HABLA ANCESTRAL







Josefa Falcón Abreu

Si nos ponemos a observar la forma de hablar que la mayoría de nosotros los canarios tenemos hoy en día, y la comparamos con la que hablaban nuestros padres y abuelos, nos damos cuenta de lo mucho que ha cambiado nuestra habla canaria, de lo poco que va quedando de nuestro sabor, de nuestra dulce e inigualable forma de hablar, de todas esa palabras que nos fueron dadas por nuestros antepasados y que pocos ya usamos. Se han ido cambiando por otras más comunes en todo el mundo y, sobre todo, hay muchos americanismos y voces inglesas que se han ido introduciendo poco a poco y que han ido sustituyendo a nuestra habla, a nuestro léxico canario, a nuestras palabras de toda la vida, las que usaban nuestros abuelos y padres. Aún es frecuente escuchar algunas de esas palabras nuestras entre la juventud, que son quienes más se han decantado por otras expresiones, la más corriente y que también yo suelo usar mucho es la de: ¡chachooo…! Que es una expresión que hallo cariñosa, tierna y muy nuestra, exclusivamente nuestra porque es cien por cien canaria. Si seguimos buscando expresiones en nuestra forma de hablar, el canario también solía decir refiriéndose a alguien que hacía algo mal “cacho rebenque” en lugar de “pedazo de inepto”, o “guanajo” en lugar de “atontado”, o “ machangada” en lugar de “payasada” y el famoso ¡chooosss! Que expresiva puede llegar a ser esa exclamación tan simple, encierra un mundo de expresiones ante algo sorprendente, o el decir “Ay meria” cuando nos referimos, por ejemplo, a alguien que presume de hacer algo, pues eso… son parte de esas palabras, de esas expresiones que solemos decir aquí, que forman parte de nuestra forma de hablar, y que conste que sabemos que no son vocablos guanches ¡ojalá lo fueran! ¡ojalá conserváramos muchas más expresiones de la lengua guanche! ¡ojalá no nos hubieran arrebatado esa preciosa y añorada lengua! Aunque sabemos que sigue estando ahí porque hubo quienes pudieron rescatar mucho de ella, solo que ahora, muchos como yo, empezamos a conocerla más en profundidad gracias a gente excepcional que se esfuerza porque todos tengamos esa oportunidad, la de conocer como hablaban nuestros antepasados, la de poder saludarnos como lo hacían ellos… Pero volviendo a la forma de hablar del canario si que son expresiones antiguas, heredadas de nuestras generaciones pasadas y nunca las deberíamos perder. Y ya, para rematar la faena, vamos con este amasijo de palabras que he recogido del libro Natura y Cultura de las Islas Canarias:

“A dispués que estuve engoruñado junto a la fogalera, cayó un chaparrón que me dejó enchumbado. Pesqué fuerte costipado que me cambó el espinazo, dejándome petudo.

Tenía la voz fañosa, me dolía el payo, no podía escarrancharme y con la tontura que tenía, pisé una bosta y del resbalón fui a parar al entullo, donde de un mal jeito se me esnuncó la cañota”.

Y bueno, así acabamos por hoy…Tamaragua amigos…
Marzo de 2014.

No hay comentarios:

Publicar un comentario