Pedro González
Cánovas
Cuatro años de impunidad política,
garantiza al partido en el poder hacer lo que le viene en gana, donde se
incluye el incumplimiento de las promesas electorales, al tiempo que deja mudos
a los votantes hasta las siguientes elecciones. Así es la democracia española.
La
Constitución española
prevé la iniciativa popular en su artículo 87.3 y siguientes y en la ley
reglamentaria (Ley Nº 3 Orgánica de 1984). Se
requiere en mínimo de 500.000 firmas acreditadas de ciudadanos. Las
firmas tienen que recogerse en un periodo de nueve meses. El proceso se inicia
mediante la presentación de la documentación en la Mesa del Congreso de los
Diputados, que examina la documentación y se pronuncia en el plazo de 15 días
sobre su admisibilidad. Sin embargo, cabe la posibilidad de que todo el
esfuerzo sea nulo, al no ser aceptado por un partido que gobierne en mayoría,
como es el caso del PP, partido nacionalista español en su máximo exponente,
que ya, sin contemplar otra posibilidad, ha anunciado que no admitirá a trámite
la Iniciativa
Legislativa Popular (ILP) que presenta la Plataforma de Afectados
por las Hipotecas (PAH) pretendiendo implantar la "dación de pago",
sustentada en 750.000 firmas de ciudadanos que pasarán a la ignorancia del
gobierno de españa irremediablemente.
En
el citado infierno del sur de Europa, lo peor es que la deuda
hipotecaria hay que saldarla puntualmente hasta el final, porque en caso
contrario, la legislación actual se convierte en cómplice del poder financiero
hasta embargar la vida de quién no pueda hacer frente a los pagos. No se
considera suficiente con que el prestamista robe la propiedad inmobiliaria,
sino que la legislación obliga a seguir afrontando el pago a pesar de perder la
titularidad de la propiedad. Con la propuesta llamada "dación de
pago" una vez la entidad financiera se hace con la propiedad, el deudor
queda absuelto de deuda alguna, aunque la PAH haya intentado ir más allá, aportando
propuestas de soluciones sociales que podían haber sido impugnadas parcialmente
de haberse aceptado la ILP.
De
todas formas, la derecha española que representa el PP le ha cortado la lengua
a esas 750.000 personas firmantes y a quienes podamos adherirnos a la ILP. Todo cubierto por
la legislación que nos cuenta cómo es la democracia española y su Constitución.
Por
lo que no me queda más que valerme de aquel dicho canario, que dice lo de
"guárdeme un cachorro, pero que sea macho y capado..." a lo que yo
añado "y que no venga más al sur de Gibraltar".
·
Miembro de Alternativa Nacionalista Canaria
· Tomado de: Elcanario.net
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