domingo, 25 de mayo de 2014

LOS HACHITOS DE ICOD: LA VIVA NOCHE DEL FUEGO.





Josefa Falcón Abreu

En la fiesta de El Amparo,
seña María sentada,
contemplaba Los Hachitos,
que de La Vega bajaban....

El barrio icodense de El Amparo es la cuna de la celebración de los Hachitos, en esta ocasión una fiesta en honor a San Juan Bautista en la noche de su víspera. Y en esta magia Icod se prende fuego en multitud de hogueras, llamas y cientos de hachitos que recorren la localidad desde El Amparo, La Vega y el Lomo de Las Canales hasta Las Charnecas y la Playa de San Marcos.

Los Hachitos: preparativos y el hecho festivo. En la actualidad los hachitos son una especie de estandartes o candelabros de distintas medidas (1, 2 ó 3 metros de altura), según sea el cargador. Igualmente los padres los confeccionan de menor medida para que sus hijos mantengan viva la llama de la tradición. Se hacen de madera y en sus extremos se colocan unas cacharras con trapos o paños empapados en petróleo para hacer las antorchas y mantener el fuego. Los hachitos pueden tener diferentes formas (corazón, pirámide, cruz, círculo…) y se suelen decorar con distintos motivos usando ramas, flores, cintas... La estructura es sujeta por una traviesa que facilita el que se cargue al hombro.

En la oscuridad de la noche los hachitos son transportados, acompañados del ritmo y baile del tajaraste, como decíamos, conformando una romería multicolor. Según el estudioso Estanislao González González, el baile no falta en cualquier alto en el camino, interpretándose ahora sólo el corrido pero las letras del de a cuatro se mantienen vivas, incluso cuando encontrándose con el santo que sale a su encuentro, se entonan delante de éste con toda su carga antirreligiosa. Antiguamente, entre las danzas de acompañamiento se realizaba el conocido como baile de la lanza, ya desaparecido, y que se ejecutaba al son del baile del corrido.

Las Canales. Al mismo tiempo, en otro de los barrios que rodean el casco del municipio icodense en Las Canales, bajo la imagen de San Juan el Chiquito, se confeccionan los hachitos, a modo de mechones, pero de manera fija y con diferentes formas en determinadas zonas altas del lugar. También desde la zona más elevada del barrio se colocan unos alambres por los que bajan las bolas de fuego hechas de estopa o trapo encendidas, lo que dibuja otro escenario de fuego y lava en la noche de San Juan icodense, simulando una erupción volcánica.

Esta tradición en Las Canales es más reciente y se puede concretar sus inicios en torno a los años 20 ó 30 del siglo pasado, en el que los vecinos guardaban a San Juan en la casa de quien tuviera la responsabilidad social de hacer la fiesta ese año. En aquellos años se hacían los hachitos que se encendían cuando los de El Amparo llegaban a la zona de La Caldera, en la montaña de Ruiblás, bajando desde la Cruz del Mirabal hasta Las Canales.

Historia y cultura del fuego. Son muchos los pueblos que celebran la llegada mágica del solsticio de verano con distintas celebraciones al sol, al agua o al fuego. Una noche iluminada por los luceros de los hachitos y las fogaleras de las fiestas icodenses que probablemente tiene sus orígenes en celebraciones antiguas canarias previas a la conquista de Tenerife por la Corona de Castilla. Es la fiesta del Magec aborigen como un rito de mestizaje entre lo cristiano y lo pagano.

Otra hipótesis de esta festividad es la relación de alguna de sus danzas ancestrales (Baile Corrido o Baile Sentado) con rituales brujeriles (Baile del Gorgojo) en la noche de San Juan, o también referentes al efecto purificador del fuego.
Mayo de 2014.

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