Josefa Falcón Abreu
El "Cruz del Mar" era un barco pesquero de 19,20 metros de eslora que se dedicaba a la pesca de la anchoa, atún y bonito, en el entonces Banco Canario-Sahariano. Tenía matricula de Vivero (Lugo), aunque su base estaba en el Puerto de la Luz (Gran Canaria). Y aunque tenía previsto faenar en aguas de Mauritania, su armador José López González había decidido retrasarlo hasta el siguiente año, "por lo caro de las licencias con aquel país". Así que el destino decidió que se hallase faenando la tarde del 28 de noviembre de 1978, a unas 3 millas de la costa continental africana, frente a la Punta del Cabiño.
Eran cerca de las 20 horas, cuando una lancha
Zodiac de unos 9 metros de eslora, con hasta 24 hombres a bordo, se colocó a un
costado del pesquero. Todos ellos iban vestidos de "hombre rana" y portaban
metralletas de cargador curvo y cuchillos en los tobillos. Y tras subir a bordo
la mayor parte de ellos (5 quedaron en la lancha), entablaron conversación con
los asustados pescadores lanzaroteños, "en un perfecto castellano".
Uno de los asaltantes entró en la cocina con un paquete, y luego salió sin el
mismo.
Los supervivientes de aquella terrible noche,
recuerdan como uno de los asaltantes dijo "yo he estado trabajando en
Lanzarote, concretamente en el Hotel San Antonio...". Otro de ellos
entabló conversación con Sebastián Cañada García "Chano", un niño de
14 años que se había embarcado por primera vez. Sus palabras profetizaban lo
que iba a ocurrir: "Es una lástima que tengas que morir tan
joven...".
Los agresores volvieron a su lancha, quedando 5 a
bordo del pesquero. Aunque en un principio desenfundaron sus cuchillos, luego
desistieron de tal forma de desembarazarse de los marineros. Así que dos de los
piratas se dedicaron a saquear la embarcación, llevándose incluso los relojes
de los pescadores. Luego se marcharon con el ¨botín" a la zodiac... Fueron
los 3 restantes los que protagonizaron la matanza: el patrón, José María
Hernández Marrero, fue alcanzado en el pecho por una bala que rebotó en el
encendedor que llevaba en el bolsillo, salpicando con su sangre a los asesinos;
fue rematado en el suelo por una ráfaga disparada al costado; Chano, el niño de
14 años, fue alcanzado por otra ráfaga, quedando colgado sobre la barandilla;
el contramaestre, Agustín Hernández Marrero, se enfrentó al más corpulento de
los criminales, forcejeando con él, pero recibió "más de ocho impactos de
bala en el costado"; Alfredo R. Marrero pudo arrojarse al agua, pero fue
tiroteado igual...; los asesinos dispararon a sangre fría contra el apelotonado
grupo. Luego colocaron artefactos explosivos en el pesquero y lo volaron.
Sólo pudieron sobrevivir 3 de los 10 marineros
lanzaroteños: Eusebio Rodríguez García, fue el primero en arrojarse de espaldas
al mar; su hermano, el maquinista Miguel Angel Rodríguez García, también se
arrojó por la borda; lo mismo que Manuel Hernández Marrero, que se golpeó
fuertemente en la columna, tras dar su cuerpo contra el caparazón del barco.
Los tres sobrevivieron, sujetos a una balsa pinchada, durante seis horas hasta
que los rescató el pesquero "Chico Grande". No tuvieron la misma
suerte: José María y Agustín Hernández Marrero; Amador Hernández
"Sito"; Rafael Salas Fernández; Alfredo R. Marrero; el niño Chano
Cañada; y Juan Suárez Rodríguez. ¡Descansen en paz!
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