miércoles, 13 de noviembre de 2013

SIEMPRE NOS QUEDARÁ LA PALABRA…





Josefa Falcón Abreu

Cuantas veces nos hemos arrepentido de callar aquello que hubiéramos querido decir en determinado momento, eso que luego nos ha acarreado más de un quebradero de cabeza y hasta nos ha quitado el sueño. A veces, nuestra forma de ser nos juega malas pasadas, ya sea por orgullo, por indecisión, por cobardía…todas esas cosas que no nos gustan pero que, sin saber cómo, acabamos haciendo…Una palabra a tiempo puede ser una solución a algo que, de callarnos, puede terminar de forma catastrófica con: una relación de amistad, de pareja, familiar, etc… en cambio, a veces, queremos hablar pero nos vemos obligados a callar por no complicar la vida a otras personas, sentimos la necesidad de decir muchas cosas pero no es posible y duele, duele mucho, es entonces cuando te sientes impotente y desearías no ya hablar sino gritar, gritar a los cuatro vientos eso que quieres decir. Hablar, utilizar las palabras, esa forma tan normal que tenemos para comunicarnos, para entendernos, para decirnos todo lo que pensamos, lo que queremos, lo que deseamos…eso, a veces no es tan fácil como parece porque hay circunstancias que si obligan a callar, y lo haces porque no quieres que por hablar alguien querido tenga problemas y sufra, pero solo en circunstancias especiales como esta es por lo que mi voz a veces no se escucha. Pienso que todos tenemos derecho a expresarnos, a manifestar lo que sentimos por medio de la palabra, están también esos momentos de rabia, de indignación que todos tenemos y nos dejamos llevar por un arrebato y decimos cosas que en ese momento nos sirven de desahogo pero de las que luego terminamos arrepintiéndonos. La voz y las palabras se juntan para decir frases hermosas de amor, de amistad…siempre, siempre nos queda la palabra… mi voz y la palabra ayer fueron, hoy son, y mañana serán las que me ayuden a comunicarme contigo…Buen día amigos…
Noviembre de 2013.

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