jueves, 6 de septiembre de 2012

La Matanza según el boticario español Cipriano de Arribas y Sanchez


La Matanza según el boticario español establecido en Los Realejos Cipriano de Arribas y Sánchez en su obra “A través de Las Islas Canarias”, redactada sobre 1899.


“Partiendo de El Sauzal encuentrase a 3 kilometros y 24 de Santa Cruz en la misma carretera el pueblo de La Matanza con 2. 200 habitantes, con buenos campos y paraderos para los coches de hora, donde se almuerza o come en dos buenas fondas que existen una muy próxima a la otra y en cuyo espacio de tiempo  de media hora mudan de caballos del coche. El pueblo se haya a una altura sobre el mar de 471 metros y según Manrique 483. Su clima aunque frío y húmedo no deja de ser sano. Pues el término medio de vida es de 35 años. Su iglesia fue construida en 1614 y hoy es de tres naves, parte edificado por la piedad de los fieles y su curato es de entrada, La Parroquia es del Salvador.

Es patria del Teniente general del reino D. Antonio Benavides González de Molina nacido en 8 de diciembre de 1678. Fue militar lleno de méritos de guerra y sumamente caritativo. Salvó en una batalla al Rey de España y este en sus cartas le llamaba “mi padre”. Fue así mismo gobernador de Florida y Campeche.

Según informes existe en la población un morral con el escudo de armas del Rey, bordado en oro y plata y sedas, que le regaló al venirse a islas. Murió en Santa Cruz de Tenerife donde está enterrado el 9 de Enero de 1762.

Mi cicerone después de andar a la caza de médicos empíricos vuelve aconsejándome que hagamos noche, pues habrá con seguridad clínica médico-popular. En efecto no había perdido el tiempo. Por la mañana nos dirigimos a una casa algo lejana donde  el doctor iba a ejercer sus funciones; examinó con la mayor escrupulosidad a un paciente despeñado de un risco, sólo le halla un molimiento general y a fin de que no críe ninguna postema dentro de su cuerpo, pues al año moriría reventándose el interior, le propina la siguiente fórmula:

T. de aguardiente puro de parra           300 gramos.
Sangre de drago en polvo                       3       “
Bolo de Armenia en polvo                      3      “
Pez griega pulverizada                            2      “
Semillas de mastuerzo en polvo              4      “
Dosis para tomar una cucharada en ayunas agitando el líquido.

Es llamado a otra parte donde una pobre mujer se queja de padecer de un hechizo que le han hecho (sin duda por ser tan fea) la mujer se coloca boca arriba en una estera, con los ojos fijos en el techo y el curandero la examina todo el pecho y el vientre frotándola bien con un ungüento especial acompañando de palabra el rezado siguiente: Rosa, Jesús tres mil veces Jesús, en cruz murió mi Dios, en cruz te curo y ensalmo yo; nombrándose a Jesús todo mal se quitó; Rosa yo te curo y ensalmo santiguándote con la misa del Domingo  y los evangelios de San Juan, San Lucas y San Marcos, Santa Ana parió a la virgen María y Santa Isabel a San Juan y es primo hermano de Dios. Preguntó Dios a San Juan en el río Jordan ¿Cuál de vosotros está mejor bautizado? Responde San Juan. Señor yo que lo estoy de vuestra sacratisimas manos; y así como estas palabras son santas y verdaderas, hagan por bien de quitar del cuerpo de Rosa (la enferma); mal aire, mal impuesto, hechizo, quebranto, mal de ojos, neglimiento, pasmo, cortamente, orquetilla, fuego salvaje, calores, picadas, tabardillo, resfriados, comezones, daño hecho por  endemoniados, como así mismo de otro cualquiera accidente o enfermedad que tenga en su cuerpo, en su cabeza, en su tuétano, sangre, corazón, asadura, coyunturas y huesos y el hechizo sea votado y quemado y además arrojado a la mar cuajada, huye perro maldito del cuerpo de Rosa. Se reza tres credos para que Dios aplique el remedio. Estos tres credos que hé rezado se los ofrezco a la llagas del Señor, a mi madre la virgen de La Luz, de La Esperanza, del Carmen, de La Caridad y de la Candelaria, al Señor San del gran poder y de Tacoronte, a mis abogados y protectores, San Roque y San Lázaro, para que tengan a bien pedir por la curación de mi enferma Rosa. Se dice tres días seguidos sin dejar pasar un viernes pues, así sucede, el rezo será seis días.

El remedio que por separado la suministró fue la fórmula siguiente: 
T. del vino blanco de malvasía 1 litro o cuartillo.
Clara de huevo puesto del día, una.
Bátase bien en el vino y añadase; té 2 gramos, cinco hojas de limonero, siete de naranjo dulce, tres gajitos de albahaca y cinco hojas de parra.

Pongase todo a hervir hasta que el liquido quede reducido a la mitad, cuélese después de frío, y tómese una pequeña taza al acostarse todas las noches hasta concluirlo, tomandose hora y media después de la cena. El daño saldrá por la orina generalmente en la de la mañana…” (Cipriano de Arribas y Sánchez, 1993)


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