mi isla, me gustan mis otras islas, me
gusta mi tierra, mi gente, mi acento. Amo nuestras costumbres, me enorgullezco
de nuestra identidad y no me importa lo más mínimo que por ahí nos digan
“aplatanados” ¿y qué? Somos como somos, y a mí que nadie me diga como tengo que
ser porque me gusta ser como soy, porque aquí en Canarias, en todas las islas,
en mi isla, somos así y nos gusta y además no solo yo me siento orgullosa de
ser así, eso me consta. Tenerife es la isla en la que nací, en la que vivo y en
la que quisiera vivir siempre, aunque cualquiera de mis islas me hace sentirme
como en casa pero, siempre es la isla natal la que más nos atrae, la que más
nos ata. Siento orgullo de ser canaria, siento orgullo de todas y cada una de
mis islas, me gusta decirles palabras hermosas pero, permítanme que hoy le
dedique esas palabras a mi isla:
TENERIFE
Tenerife,
tú me evocas tantas cosas…
decirte tanto yo quiero…
se me agolpan las palabras,
sentimientos y deseos,
se me agolpan en el alma,
en mi mente y en mi pecho.
Tenerife, isla querida,
juro que cuando estoy lejos
y no te veo isla mía,
es tan grande mi nostalgia,
tristeza y melancolía
que por ver tus horizontes
yo no sé lo que daría.
Por mirar tu mar azul,
tus verdes montes, tus valles,
por perderme en tus pueblitos
paseando por sus calles.
Y disfrutar tus romerías,
con el timple y la guitarra,
cantando una alegre isa,
tocando con la parranda.
Y beber tus vinos sabrosos,
los que me alegran el alma,
los de Icod, de Tacoronte,
de La Orotava, La Guancha,
los de Güimar, Vilaflor,
La Victoria y La Matanza.
Y levantar altos los ojos
para contemplar al Teide,
esa montaña gigante,
majestuosa, arrogante,
señorial y dominante,
nuestro viejo “Padre Echeyde”.
El que se viste de blanco,
el que guarda fuego y lava
y al que rodean violetas,
tajinastes y retamas.
Extasiarme de belleza
contemplando Las Cañadas,
llenar mis pulmones de aire
para exhalarlo al mirar
el Valle de la Orotava
y decir con un suspiro:
Ay, Tenerife querido,
¿Cómo podría olvidarte
si eres la joya más bella?
¿Cómo no iba a extrañarte? (Josefa Falcón)…
Buen día amigos…
Tenerife,
tú me evocas tantas cosas…
decirte tanto yo quiero…
se me agolpan las palabras,
sentimientos y deseos,
se me agolpan en el alma,
en mi mente y en mi pecho.
Tenerife, isla querida,
juro que cuando estoy lejos
y no te veo isla mía,
es tan grande mi nostalgia,
tristeza y melancolía
que por ver tus horizontes
yo no sé lo que daría.
Por mirar tu mar azul,
tus verdes montes, tus valles,
por perderme en tus pueblitos
paseando por sus calles.
Y disfrutar tus romerías,
con el timple y la guitarra,
cantando una alegre isa,
tocando con la parranda.
Y beber tus vinos sabrosos,
los que me alegran el alma,
los de Icod, de Tacoronte,
de La Orotava, La Guancha,
los de Güimar, Vilaflor,
La Victoria y La Matanza.
Y levantar altos los ojos
para contemplar al Teide,
esa montaña gigante,
majestuosa, arrogante,
señorial y dominante,
nuestro viejo “Padre Echeyde”.
El que se viste de blanco,
el que guarda fuego y lava
y al que rodean violetas,
tajinastes y retamas.
Extasiarme de belleza
contemplando Las Cañadas,
llenar mis pulmones de aire
para exhalarlo al mirar
el Valle de la Orotava
y decir con un suspiro:
Ay, Tenerife querido,
¿Cómo podría olvidarte
si eres la joya más bella?
¿Cómo no iba a extrañarte? (Josefa Falcón)…
Buen día amigos…
Septiembre 28 de 2013.
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