lunes, 2 de junio de 2014

SALA DE LOS PROCESOS SUMARISIMOS DEL EX CONVENTO DE SAN FRANCISCO (ICOD DE LOS VINOS)




Josefa Falcón Abreu

Se encuentra en los Bajos de la actual Biblioteca Municipal de Icod, en el Ex Convento de San Francisco. Cuentan los que la han visitado, que hasta hoy se pueden observar los impactos de bala en las paredes, de lo que parecen ser ajusticiamiento durante los momentos de la Guerra Civil Española, de quién sabe que personas… También existen comentarios entre susurros que por aquellas estancias del Ex convento, se oyen ruidos y se ven sombras las sombras de los condenados en esos procesos.

•Breve crónica de cómo se vivió en la provincia de s c Tenerife y en particular en Icod, el alzamiento nacional.

- En las Canarias Occidentales -Tenerife, La Palma, La Gomera y El Hierro- hubo unos dos mil desaparecidos, de los que más de mil seiscientos fueron asesinados en Tenerife. los cuerpos de la mayoría, arrojados al mar o enterrados en fosas anónimas, no han sido encontrados

- Acción Ciudadana y Falange Española fueron las organizaciones paramilitares encargadas de la represión, de ellas salió el grueso de los integrantes de las ‘Brigadas del Amanecer’, cuadrillas de asesinos que fueron completadas con miembros del Ejército y de la Guardia Civil

- Los militares rebeldes fueron el principal poder fáctico y oficial en las Islas, sobre todo durante la guerra, por lo que fueron los máximos responsables de lo acaecido. La Iglesia no hizo nada para detener la matanza; al contrario, muchos de sus miembros la justificaron y alentaron

- La postura de la oligarquía canaria no se debe a una mera inercia, ya que reflexionar sobre lo ocurrido durante la guerra civil y la larga posguerra le llevaría a reconocer la ilegitimidad de su poder y de los beneficios que la situación le supuso y le supone.

La actuación del franquismo en Canarias durante la guerra civil y la posguerra fue un genocidio, una guerra de exterminio, unos asesinatos masivos realizados de forma consciente bajo una dirección política y con el objetivo de destruirlas organizaciones populares que ponían en cuestión el poder y los privilegios de las castas gobernantes. Pero estas acciones no las realizaron sólo el Caudillo y sus ministros, sino que contaron con la colaboración de amplios sectores de las clases dirigentes locales, que nunca han reconocido que hubieran cometido nada ilegítimo, ilegal e injusto. A eso se debe en gran parte el hecho de que la memoria histórica de aquellos años terribles sea sistemáticamente silenciada. Ramiro Rivas García es historiador, autor de la obra ‘Tenerife 1936. Sublevación militar, resistencia y represión’

La recuperación de la memoria histórica de los años de la guerra civil y el franquismo en Canarias tropieza con muchos obstáculos. El Archipiélago constituye, a mi juicio, el área más atrasada del Estado español en este sentido, el lugar donde se han producido y se mantienen las mayores resistencias a avanzar y ello obedece, sin duda, a la naturaleza de los acontecimientos a recuperar. Se ha constatado, sin embargo, que existe un ansia popular por conocer lo que pasó. La mejor prueba es que todo lo publicado sobre la guerra civil en Canarias ha sido un éxito de ventas, y a pesar de que el conocimiento que se tiene sobre algunos de estos acontecimientos históricos es disperso, fragmentario, desigual, inclusive confuso y con enormes vacíos, es cierto que hoy se conocen bien muchos de los hechos más importan­tes, su desarrollo, sus consecuencias, sus autores y sus víctimas. Aún así se mantiene un espeso silencio oficial y hay, además, como un cierto manto de temor e incomodi­dad cuando se trata de mencionar los actos más escabrosos del período.
Junio de 2014.

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