in poderlo hacer es bastante
deprimente. Los más preocupantes: los padres de familia, pero también está toda
esta gente que con casi 30 años aún no saben lo que es tener un trabajo y que
con esa edad aún tienen que pedir dinero a sus padres- si es que estos pueden-
para sus pequeños gastos. No es nada halagüeño el futuro que espera a nuestros jóvenes,
después de prepararse con ilusión para un día acceder al mercado laboral,
después de hincar los codos en horas y horas de estudio, de pasar nervios ante
los exámenes, de sacrificar diversiones, de que la mayoría de padres
sacrificaran a su vez muchas cosas estirando de aquí y allá para poder darles
esos estudios, después de todo eso, ahora no tienen nada más que un título
colgado de la pared. Les vemos desesperados, deambulando de un lado a otro
llevando curriculums que van a parar…quién sabe dónde… Puede que al tocho de
los curriculums o quizás a la papelera…es demencial la situación. En nuestras
islas tenemos un altísimo índice de paro, alto índice de paro que no lo sería
tanto si los puestos de trabajo que hay aquí estuvieran ocupados por gente de aquí,
solo que no es así, que las cosas tienen que cambiar para que eso ocurra y ya
sabemos cómo, haciendo que Canarias sea dueña de sí misma y así libremente
poder dar a los suyos lo que les corresponde. Lo cierto es que es sorprendente
lo que vemos cuando vamos a cualquier oficina de la administración, el personal
es casi todo de fuera, en los hospitales un alto porcentaje de médicos y
enfermeros tampoco son de aquí, de cada diez sanitarios la mitad son foráneos,
tremendo…Nuestra gente quiere trabajar, necesita trabajar, necesita tener un
medio de vida aquí, en su tierra, todos los que ahora mismo están parados, los
jóvenes y los no tan jóvenes merecen trabajar porque es un derecho. Pero no hay
manera de que esto cambie, vivimos rodeados de corruptos y esos son los únicos
a los que parece sonreírles la vida, corruptos que la hacen una y otra vez y
tienen la suerte de que no se les cierran puertas, al contrario, y mientras,
aquí, nuestra gente está empezando a irse a trabajar al extranjero, volviendo
así a la emigración, aquella de los años también difíciles, la que tuvo lugar
en los 50-60, cuando también nuestra gente tuvo que emigrar unos a Venezuela,
otros a Cuba y en condiciones poco legales. Hasta hace solo unos pocos años, 3
o 4, estas islas tenían el atrayente de ser un lugar en el que se podía aspirar
a una vida mejor, para muchos inmigrantes africanos y sudamericanos Canarias
era como una especie de tierra prometida y en apenas esos pocos años
transcurridos todo se ha vuelto del revés y ahora hasta los nuestros se ven
obligados a hacer lo que esas personas hicieron en su día. Triste panorama,
incierto futuro, ojalá pudiéramos ser optimistas y ver las cosas de otra manera
pero tenemos los pies en el suelo, somos realistas y la realidad es la que es y
así tenemos que afrontarla, pero no pasivamente sino haciendo que nuestra voz
se escuche, protestando, reclamando, exigiendo y nunca ¡NUNCA callándonos…!
Tamarawa amigos…
Julio
de 2014.
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