“Partiendo
de El Sauzal encuentrase a 3 kilometros y 24 de Santa Cruz en la misma
carretera el pueblo de La
Matanza con 2. 200 habitantes, con buenos campos y paraderos
para los coches de hora, donde se almuerza o come en dos buenas fondas que
existen una muy próxima a la otra y en cuyo espacio de tiempo de media hora mudan de caballos del coche. El
pueblo se haya a una altura sobre el mar de 471 metros y según Manrique 483. Su
clima aunque frío y húmedo no deja de ser sano. Pues el término medio de vida
es de 35 años. Su iglesia fue construida en 1614 y hoy es de tres naves, parte
edificado por la piedad de los fieles y su curato es de entrada, La Parroquia es del
Salvador.
Es
patria del Teniente general del reino D. Antonio Benavides González de Molina
nacido en 8 de diciembre de 1678. Fue militar lleno de méritos de guerra y
sumamente caritativo. Salvó en una batalla al Rey de España y este en sus
cartas le llamaba “mi padre”. Fue así mismo gobernador de Florida y Campeche.
Según
informes existe en la población un morral con el escudo de armas del Rey,
bordado en oro y plata y sedas, que le regaló al venirse a islas. Murió en
Santa Cruz de Tenerife donde está enterrado el 9 de Enero de 1762.
Mi
cicerone después de andar a la caza de médicos empíricos vuelve aconsejándome
que hagamos noche, pues habrá con seguridad clínica médico-popular. En efecto
no había perdido el tiempo. Por la mañana nos dirigimos a una casa algo lejana
donde el doctor iba a ejercer sus
funciones; examinó con la mayor escrupulosidad a un paciente despeñado de un
risco, sólo le halla un molimiento general y a fin de que no críe ninguna
postema dentro de su cuerpo, pues al año moriría reventándose el interior, le
propina la siguiente fórmula:
T.
de aguardiente puro de parra
300 gramos.
Sangre
de drago en polvo
3 “
Bolo
de Armenia en polvo
3 “
Pez
griega pulverizada
2 “
Semillas
de mastuerzo en polvo 4 “
Dosis
para tomar una cucharada en ayunas agitando el líquido.
Es
llamado a otra parte donde una pobre mujer se queja de padecer de un hechizo
que le han hecho (sin duda por ser tan fea) la mujer se coloca boca arriba en
una estera, con los ojos fijos en el techo y el curandero la examina todo el
pecho y el vientre frotándola bien con un ungüento especial acompañando de
palabra el rezado siguiente: Rosa, Jesús tres mil veces Jesús, en cruz murió mi
Dios, en cruz te curo y ensalmo yo; nombrándose a Jesús todo mal se quitó; Rosa
yo te curo y ensalmo santiguándote con la misa del Domingo y los evangelios de San Juan, San Lucas y San
Marcos, Santa Ana parió a la virgen María y Santa Isabel a San Juan y es primo
hermano de Dios. Preguntó Dios a San Juan en el río Jordan ¿Cuál de vosotros
está mejor bautizado? Responde San Juan. Señor yo que lo estoy de vuestra
sacratisimas manos; y así como estas palabras son santas y verdaderas, hagan
por bien de quitar del cuerpo de Rosa (la enferma); mal aire, mal impuesto,
hechizo, quebranto, mal de ojos, neglimiento, pasmo, cortamente, orquetilla,
fuego salvaje, calores, picadas, tabardillo, resfriados, comezones, daño hecho
por endemoniados, como así mismo de otro
cualquiera accidente o enfermedad que tenga en su cuerpo, en su cabeza, en su
tuétano, sangre, corazón, asadura, coyunturas y huesos y el hechizo sea votado
y quemado y además arrojado a la mar cuajada, huye perro maldito del cuerpo de
Rosa. Se reza tres credos para que Dios aplique el remedio. Estos tres credos
que hé rezado se los ofrezco a la llagas del Señor, a mi madre la virgen de La Luz , de La Esperanza , del Carmen, de
La Caridad y
de la Candelaria ,
al Señor San del gran poder y de Tacoronte, a mis abogados y protectores, San
Roque y San Lázaro, para que tengan a bien pedir por la curación de mi enferma
Rosa. Se dice tres días seguidos sin dejar pasar un viernes pues, así sucede,
el rezo será seis días.
El
remedio que por separado la suministró fue la fórmula siguiente:
T.
del vino blanco de malvasía 1 litro o cuartillo.
Clara
de huevo puesto del día, una.
Bátase
bien en el vino y añadase; té 2 gramos, cinco hojas de limonero, siete de
naranjo dulce, tres gajitos de albahaca y cinco hojas de parra.
Pongase
todo a hervir hasta que el liquido quede reducido a la mitad, cuélese después
de frío, y tómese una pequeña taza al acostarse todas las noches hasta
concluirlo, tomandose hora y media después de la cena. El daño saldrá por la
orina generalmente en la de la mañana…” (Cipriano de Arribas y Sánchez, 1993)
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