Uno de los elementos que
definen la cultura de un pueblo, es sin duda alguna los materiales que
conforman su vestimenta. Estos materiales suelen ser los que proporciona el
entorno donde desarrolla sus actividades la comunidad, especialmente cuando no
se mantiene comercio con otros pueblos que puedan aportar materias primas más
selectas, diferentes o de más lujo. En el caso del pueblo guanche, es
indudable que las apreciaciones que los conquistadores tuvieron sobre la
vestimenta de los antiguos canarios estaban influenciadas por los perjuicios
propios de una sociedad que recién salida de la edad media, que trataba
con desprecio a todo aquello que fuera ajeno o extraño al entorno en que solían
desenvolverse. Así al observar que los guanches se despojaban de sus tamarcos
momentos antes de entrar en combate, al objeto de quedar más desembarazados y
poder moverse con más agilidad en el campo de batalla, al tiempo que utilizaban
el tamarco enrollado al brazo como elemento protector ante los ataques del
enemigo, esta costumbre fue narrada por algunos cronistas de manera peyorativa
como que los guanches <<iban las mas de las veces desnudos>>.
No deja de ser significativo
el hecho de un historiador canario, al que algunos intelectuales con más ánimo
de adular que con conocimiento de causa no dudan en calificar como el “fénix de
las letras Canarias” entre los muchos errores de bulto que recoge en su obra“Antigüedades
de las islas Canarias”, tiene el siguiente<<Visto ya el modo
que tenían de alimentarse los antiguos isleños, pasaremos a examinar su manera
de vestirse, seguros de que también hallaremos en esa parte nuevas pruebas del
remoto y común origen que les suponemos. Porque, si sus rebaños de ovejas les
ofrecían largas cantidades de lana, ¿de donde provino que jamás se aplicasen a
hilarla y a tejerla y sólo se cubriesen de pieles, juncos y hojas de palma?...
>>. Está claro que tan insigne historiador desconocía que las
ovejas que tenían los guanches es la oveja africana, de pelo corto como el de
las cabras, y por tanto, no apto para hilaturas.
Inexactitudes como esta nos
ha sido trasmitida machaconamente durante centurias con el firme propósito de
hacernos creer que nuestros antepasados eran unos pobres brutos que sólo se
cubrían con taparrabos, y es de lamentar que aún hoy en pleno siglo XXI, se
continúe sosteniendo este tipo de falacia desde determinados medios de
comunicación social e incluso en los colegios de educación primaria, donde
imparten la enseñanza maestros españoles y lamentablemente, muchos
canarios carentes del más elemental conocimiento de la historia de Canarias.
Con esta actitud de
desprecio hacía nuestros ancestros, estos enseñantes foráneos inducen en
nuestros jóvenes un sentimiento de rechazo hacía nuestros antepasados, los
cuales les son presentados como algo extraño o lejano, pertenecientes a
una etnia diferente, y no como a los abuelos de sus abuelos, consiguiendo así,
ir eliminando de las mentes jóvenes el concepto de pueblo diferenciado y
autóctono, a cambio de imbuirlos de una serie de conceptos europeos
(perfectamente orquestados) que son totalmente ajenos a nuestras raíces
culturales, haciéndoles despreciar a sus antepasados ignorando por imposición,
que éstos fueron portadores de una cultura milenaria que llegó incluso a
enriquecer con aportes civilizadores a la incipiente sociedad europea de la
baja edad media, cuyos descendientes hoy nos dominan y culturizan gracias a una
conquista armada que fue harto sangrienta y cruel.
Otra de las imágenes que de
nuestros ancestros frecuentemente pretenden trasmitirnos estos bárbaros,
consiste en decirnos de manera peyorativa que vestían de pieles, como si el
vestir de pieles finamente gamuzadas fuese sinónimo de atraso cultural.
Curiosamente, en la
“civilizada Europa” cuna de estos bárbaros, el uso de pieles estaba restringido
a la realeza a la nobleza y a algunos altos miembros del clero, estando
su uso vedado bajo severas penas a las clases populares, éstas debían
conformarse con el uso de fibras de esparto o cáñamo, lino y burdo paño para
sus vestidos, siendo el lino el tejido más fino que llegaron a usar hasta que
el algodón importado de las colonias americanas les liberó de las fibras
tradicionales, pues los paños importados de Holanda o Inglaterra a costa
de un derroche de oro era privilegio de unos pocos potentados. Esto era así
hasta el extremo de que, los abordajes de los piratas españoles, éstos
valoraban en la presa tanto el oro o la plata como los cofres conteniendo
vestidos o piezas de telas.
Vestimenta de una familia
burguesa castellana del siglo XV. Obsérvese lo burdo de los tejidos.
En tierra, los salteadores
de caminos asaltaban y mataban a los viandantes en ocasiones sólo por el
vestido que llevaban puestos. Por otra parte, el cuidado que los europeos de la
época prestaban a su persona no era más exquisito del que prestaban a su
vestimenta, como ejemplo podemos citar las referencias que sobre el particular
nos proporcionan algunos historiadores españoles, éstos, afirman que la reina
Isabel la católica solamente cambió de saya y se bañó dos veces en su vida
adulta.
Es lamentable que, el
desconocimiento a que se ha sometido a la población canaria sobre la vestimenta
de nuestros antepasados, por parte de los poderes políticos imperantes y sobre
todo por el clero, induzca a algunos canarios guiados de la mejor voluntad,
pero aceptado por ignorancia, imposiciones más o menos solapadas de los
estamentos dominantes, el que nuestros antepasados
vestían con azaleas, es decir, con unas pieles de ovejas apenas tratadas y que para más escarnio son pieles de ovejas Merinas, las cuales fueron introducidas en nuestro país después de la conquista. Da pena ver como en determinados actos religiosos participan algunas personas disfrazadas y que creen de buena fe, que van “vestidos” de guanches.
Grupo de guanches con la
vestimenta tradicional.
Vamos por partes: Las ovejas
que tenían nuestros antepasados, eran la africana, una oveja relativamente
pequeña y de pelo corto y liso similar al de las cabras, esta raza autóctona
hoy en día está siendo recuperada gracias a los desvelos de un matrimonio
cubano afincado el Sur de Tenerife, aunque éstos, le dan el nombre de oveja
“Pelibuey”. La oveja Merina, como hemos dicho fue introducida por los
conquistadores precisamente porque precisaban de su lana no sólo para la
obtención de materia prima para sus tejidos, sino que además, era un producto
altamente cotizado para la exportación, por consiguiente, si la oveja Merino
fue introducida por los españoles después de la conquista, no era posible que
los guanches vistiesen las pieles de las mismas. No deja de ser un insulto a
nuestros antepasados, el creer y hacer creer que la capacidad intelectual de
éstos era tan limitada que se dedicaban a danzar en honor de una imagen
cubiertos con zaleas de ovejas Merina con todo su pelo y ¡en plena canícula!.
Dejemos que sean los
historiadores más próximos a las postrimerías de la conquista, quienes nos
describan la vestimenta de nuestros ancestros, historiadores que por lo visto y
oído, no son conocidos por quienes dicen defender nuestra cultura “popular”, y
mucho menos por los que “enseñan y educan” a nuestros hijos y nietos. Para
éstos, y para los que sienten verdadera inquietud por las cosas del pasado de
Canarias, incluimos al final de este modesto trabajo una lista de títulos que
consideramos de interés para un mejor conocimiento de la historia de Canarias.
Dama guanche
<<Su traje era (porque
no tenían género alguno de lino, ni de algodón) un vestido hecho de pieles
de cordero o de ovejas gamuzadas, a manera de un camisón sin pliegues, ni
collar, ni mangas, cosido con correas del mismo cuero, con mucha
sutileza y primor tanto, que no hay pellejero que tan bien adobe los
cueros, ni que tan sutil costura haga, que casi no se divisa, y
esto sin tener agujas ni leznas sino con espinas de pescado o púas de
palmas o de otros árboles. Este vestido era abrochado por delante o por
el lado, para poder sacar los brazos, con correas de los mismos. Este
género de vestidura era común llamaron tamarco y era común a hombres y mujeres:
salvo que las mujeres, por honestidad, traían debajo del tamarco una como saya
de cuero gamuzado que les cubría los píes, de que tenían mucho cuidado, porque
era cosa deshonesta a las mujeres descubrir pechos y píes. Este sólo era su
traje de grandes y menores, y éste les servía de cobertura para la vida y de
mortaja para la muerte. >> (Fray Alonso de Espinosa.).
<<El vestido de los
canarios eran unos toneletes hechos de juncos majados muy juntos al cuerpo y
tejidos que llegaban a la rodilla; y ceñíanlo por la cintura, y después se
echaban encima unos pellejos cosidos muy
primamente, que llamaban tamarco, en verano el pelo afuera, y en
invierno adentro, muy galanos y pulidos; Y en las cabezas,
tocados de pellejos de cabritos, que desollaban enteros, y las garras caían por
las orejas, amarrados al pescuezo; y algunos trían unos como sombreros con
plumas en ellos; y los tamarcos y toneletes y los demás vestidos eran pintados
de diversas colores de tintas, que hacían de flores y erbas. Y del mismo
hábito usaban las mujeres de pellejos como refajos altos del suelo.
Noble guanche
Criaban cabello y cojíanlo
atrás como trenzados con juncos majados. Hacía las costuras de los
tamarcos y cueros con tanto primor y delicadeza, que no hubiera persona que su
vista no engañara, para afirmar que se hicieron con agujas muy delgadas y
hilo preciado portugués, y los repulgos de muy pulidas labraderas. Traían
calzados unos pedazos de cuero de cabras, atados con correas del mismo cuero
crudo. >> (Fr. J. de Abreu Galindo.)
<<Las pieles adobaban
a modo de gamuzas de que hacían su vestido. El primero y más pulido una
tuniceta con medias mangas cerradas hasta la sangradera y por bajo de la
cintura, era en hombres y mujeres principales. En las mujeres ponían encima
como enaguas de faldellón otro atado a la cintura y después otra ropa que las
cubría todas como casacón o sobretodo. En los hombres eran tres, el primero del
modo que dijimos a modo de justa cor[... roto] la rodilla el último pieles más
gruesas y largo hasta los píes.
Tenían calzado a modo de
sandalias y medias de borceguíes. Los plebeyos andaban descalzos de píe y
pierna y trasquilados barba y cabello y Tenían calzado a modo de sandalias y
medias de borceguíes. Los plebeyos andaban descalzos de píe y pierna y
trasquilados barba y cabello y con un zumarrón de pieles sin costura por los
hombros, los brazos de fuera y algunas veces con media manguilla y en lo
interior tenían por la cintura cubiertas sus partes. Los nobles tenían cabellos
largos, mayormente en lo alto de la cabeza le dejaban bien crecidos, y
alrededor lo quitaban. La barba era larga y el bigote sobre la boca era quito.
Vestimenta de un Kanku
(Sacerdote Guanche).
El vestido le cosían con
nervios y correítas hechas de tripas de animales, y con espinas de pescado y
agujones de palo y tenían por leznas y eran costuras muy finas y excelentes las
gamuzas eran muy buenas adobaban [... roto]... tenían mujeres dedicadas para
sastre. >> (Antonio Sedeño.).
<<Los canarios vestían
telas de hojas de palmera tejidas junto con juncos, con admirable labor y
artificio. Con éstas hacían ciertas faldillas, más o menos como las
romanas, y se las ceñían por encima del talle, para cubrirse honestamente las
carnes. Después con algunas pieles de cabras blancas, muy bien preparadas y
cosidas, se vestían el busto; y encima, a manera de capa llevaban en invierno
dos más, con su lana, abiertas por un lado, como si fuese una hopalanda, a la
cual llamaban tamarco. En lugar de sombrero llevaban una piel de cabrito
doblada, a manera de escofia alemana, atada arriba, donde está el cuello,
dejando colgar las pieles de las patas. Este traje, como sé a dicho en el
capítulo precedente, se acompaña en los nobles con pelo largo, y en los
villanos con la cabeza afeitada. Las mujeres vestían pieles preparadas como los
trajes de piel que se usan en Lombardía y en otros lugares fríos; y con ellas,
como con un traje talar, se cubrían desde el cuello hasta los píes. Los pelos
los trenzaban con juncos en lugar de cintas y los dejaban caer libremente cosido,
como más diestramente se podría hacer entre nosotros. La tela tejida
con hojas de palmera fue tan admirada por aquellos que la vieron, que su
inventora (que según dicen ellos, fue una mujer) merecía ser celebrada entre
ellos, como si fuese una Aracne, famosa entre los poetas>>.
(Leonardo Torriani.).
(Leonardo Torriani.).
Guerrero guanche Consejero capitán a guerra
Quizás uno de los autores que con más detalles han descrito los vestidos de los
antiguos canarios sea el historiador canario don Tomás Marín de Cubas, cuando
nos narra la entrega de la reina Arminda al masacrador de pueblos Pedro de
Vera, con cuya entrega se dio por totalmente conquistada y sometida la isla de
Tamarant. (Gran Canaria) Veamos como nos cuenta el suceso don Tomás:
<<Después del mes de
junio envió Pedro de Vera recado a D. Fernando Guanartheme, que hiciese
venir á su sobrina (Arminda) con los demás nobles sus parientes, al Real, á
entregarse como estaba pactado; y luego dieron orden de traerla desde Tirajana
por Telde, sin que viniese con ella ningún cristiano español,traíanla
en hombros cuatro capitanes nobles, de cabello largo rubio, en unas andas de
palo a modo de parihuelas, sentada, vestida de gamuza á modo de badana ó pieles
adobadas, de color acanelado; venían delante de las andas cuatro capitanes con
capotillo de badana llamados tamarcos, braguillas de junco, majos en los píes y
guapiletes en la cabeza, y lo demás desnudo; al lado de las andas, algo hacía
atrás, dos tíos suyos Faisajes, y después se seguía un grande acompañamiento de
hombres todos que servían de traer las andas á remuda. Salió Pedro de
Vera con mucha gente al recibimiento, y ellos hicieron su entrega por medio de
la lengua ó interprete, diciendo que allí venía la Señora de toda la tierra,
heredera única y legítima hija de su señor Guanarthemy Guanachy Semidan,
legítimo dueño y señor de la verdadera línea y sucesión de dominio y señorío de
la tierra; y que ella entrega voluntaria, y todos sus tíos y parientes
que allí venían, gobernadores de la tierra, en nombre y debajo de la palabra de
su señor el muy poderoso y católico Rey D. Fernando entregaba su persona y
personas al Capitán Mayor de los cristianos que allí presente se halla que es
Pedro de Vera, del Rey de Castilla y León. Pedro de Vera y demás caballeros la
recibieron á píe, fue abrazando á todos con mucho cariño; Traían todos los
canarios el cabello suelto por las espaldas, y la Señora Arminda , que
los españoles llamaba Almendravella.
Creemos que con lo expuesto queda suficientemente aclarado que nuestros
antepasados no vestían unas ridículas saleas cuero de ovejas merinas, tal como se nos ha venido
exponiendo, por el contrario, sabían aprovechar al máximo los vegetales y
pieles de animales que el entorno les ofrecía.
Guaire Adarguma Anez’ Ram n Yghasen
Eguerew, 15 n Tanit, n 5º akano.
Un Pueblo afianza sus raíces en su pasado
Un pueblo sin Raíces es un pueblo sin Historia.
El Pueblo que no conoce su Historia, es un pueblo
Condenado a la dependencia.
Un pueblo sin Raíces es un pueblo sin Historia.
El Pueblo que no conoce su Historia, es un pueblo
Condenado a la dependencia.
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