domingo, 4 de diciembre de 2011

AGRESIONES SUFRIDAS EN CANARIAS POR SU CONDICION DE COLONIA.




                                                                   CAPITULO  I
 Chaurero n Eguerew*

Históricamente la política exterior de los reinos de España o las Españas (recordemos que el ente denominado España, como tal no tuvo cohesión política y territorial hasta 1812) ha sido nefasta para sus colonias, como consecuencia de las múltiples guerras iniciadas o en que se ha visto envuelta la metrópoli, las colonias hemos sido victimas propiciatorias e inocentes ofrendadas al dios de la guerra por la potencia colonizadora.
La Historia esta repleta de hechos bélicos desarrollados contra las colonias españolas, especialmente en esta de Canarias, situada en el noroeste de nuestro continente africano.
El Archipiélago Canario dada su situación geoestratégica ha sido presa apetecida por los reinos europeos, especialmente a partir de la invasión de América. Así desde los tiempos precoloniales hemos sufrido incursiones depredatorias por parte de aragoneses, mallorquines, catalanes, normandos, castellanos y portugueses, a los cuales hemos hecho frente durante casi un siglo, siendo finalmente sometidos por  la superioridad armamentística y métodos deshumanizados y criminales de las huestes mercenarias de Castilla.
Las acciones bélicas digamos regladas llevadas a cabo contra el Archipiélago Canario por potencias extranjeras no española, ha sido sistemáticamente tratada por la historiografía oficial con desfachatez como “ataques piráticos”, con ánimo de restar importancia a la actitud política seguida por las potencias europeas con imperios coloniales respecto a las colonias del adversario.
Vamos a dar un somero repaso a algunos de estos ataques que hemos sufrido los canarios como resultado de la nefasta política de los reinos españoles y por el entreguismo de colonos y criollos a los dictados de la metrópoli, de la misma excluiremos los apresamientos y encuentros navales que han sido múltiples, centrándonos únicamente en los desembarcos hostiles.
Las continuas luchas sostenidas por los reinos de España con Alemania, contra ingleses, holandeses, o franceses, así como las razias esclavistas en el continente, producían siempre en el Archipiélago un triste resultado.
Ataques franceses
El 29 de Octubre de 1543, unos de los más famosos Marinos franceses del siglo XVI, Jean Alfonse de Saintonge ataca Winiwuada n Tamarant (las Palmas de Gran Canaria).
Desembarca y toma la Fortaleza de la Isleta y de paso 3 navíos cargados de azúcar. Las Milicias de la Isla lo obligan a reembarcar.
En noviembre de 1551.Dos navíos Franceses atacan Titoreygatra (Lanzarote,) siendo rechazados al desembarcar. El mismo mes se presenta ante las Palmas, donde se había refugiado la Flota de Indias, una Flotilla Francesa al mando de un Capitán apodado “El Clérigo”.

Este Corsario se había apoderado de varias naves en el Puerto de Santa Maria con la ayuda de Pilotos Portugueses al servicio de Francia. En Winiwuada (las Palmas) asaltan un Galeón de la Flota de Indias capturando la carga y a más de cien personas. Atacan después Titoreygatra (Lanzarote) desembarcando más de 700 hombres y saqueando la Villa de Teguise, capital de la Isla.
La guerra entre el monarca español Carlos V (1500-1558) y Enrique II  de  Francia durante el transcurso de la Campaña de Lorena, hace que sean franceses los primeros en atacar las islas mediante la guerra a las colonias. Los galos que más destacaron fueron  Juan Florín y François Leclerc, (Sombreuil) este último apodado "pie de Palo" (Jambe de bois), el cual al frente de 11 buques y unos 500 hombres saqueó e incendió el puerto de Tedote (Santa Cruz de La Palma) en  1553. Otras acciones similares se sucedieron en Tazacorte.
En julio de 1552, Antoine Alfonse de Saintonge intenta atacar el Puerto de Añazu n Chinech (Santa Cruz de Tenerife) para vengar la muerte de su padre a manos de un navío Español. Perseguido por un navío Canario al mando de López de Cepeda, es cañoneado y hundido ante el Puerto Tinerfeño, teniendo el mismo final que su progenitor.
1552 En noviembre se presenta ante Winiwuada n Tamarant (las Palmas de Gran Canaria) una Flota Francesa de 34 navíos, siendo rechazados por las Fortalezas y Milicias Canarias. Al día siguiente logran desembarcar 1.300 hombres en Arinaga, al sur de la Isla, e intentan avanzar hacia las Palmas arrasando con todo lo que encuentran a su paso. La falta de agua y lo duro de la orografía los hace desistir cuando habían ya avanzado 3 leguas.
En Diciembre de 1552, una  Flota Francesa ataca Titoreygatra (Lanzarote) y saquea la Villa de Teguise no sin antes asaltar por el camino a dos Galeones de la Flota de Indias.
El 1 de Septiembre de 1556, se presenta ante el Puerto de Añazu  n Chinech (Santa Cruz de Tenerife) una Escuadra Francesa al mando del Almirante Nicolas Durand de Villegaigon, siendo rechazado por la artillería del Castillo de San Cristóbal.

Diciembre de 1556. Estando la metrópoli  en paz con Francia, se presenta ante Añazu n Chinech (Santa Cruz de Tenerife,) la Flota del Almirante Legendere. A la vista del Puerto, capturan una carabela e intentan durante 3 días desembarcar, siendo mantenidos a raya por la artillería de los fuertes.
El 24 de agosto de 1571 Jean de Capdeville se presenta ante la Villa de Ipalam (San Sebastián) y después de cañonearla y vencer la débil resistencia, la saqueo y la prendió fuego. Todos los Isleños que fueron hechos prisioneros con las armas en la mano, incluso el Párroco, Fray Antonio de Santa Maria, fueron conducidos a bordo y tras un simulacro de juicio, condenados a muerte arrojándolos al mar con una gruesa piedra colgada del cuello.
En Abril de 1572, un contingente Hugonote compuesto por 70 hombres desembarca  en la Isla Titeroygatra (Lanzarote) y se enfrenta a las Milicias de la Isla al mando del colono Don Agustín de Herrera. El atacante lleva la peor parte, y 20 hombres son capturados, siendo los demás puestos en fuga, huyendo hacia su barco.

En el mes de mayo de 1572, 4 Naos Franceses desembarcan 300 hombres en la misma Isla con el objeto de liberar a sus camaradas, que mientras tanto habían logrado fugarse apoderándose de una embarcación.

En Marzo de 1581, una Flotilla Francesa compuesta de dos navíos al mando de los Capitanes Le Testu y la Motte, ataca la Isla Titoreygatra (Lanzarote.) Capturan 3 navíos anclados en el Puerto de Arrecife y desembarcan en el, saqueando de paso los caseríos proximos. Al intentar avanzar hacia la Villa de Teguise son rechazados por las Milicias  de la isla.
La Isla de La Gomera Ipalam (San Sebastián). En 1762 llega, para combatir a los ingleses, el buque Le Rubis, al mando del Capitán  François Desseaux; algo más tarde, en 1797, la corbeta La Mutine, cuya tripulación contribuyó a la defensa de la ciudad de Santa Cruz frente al ataque de Nelson, fue saqueada en el puerto santacrucero por los ingleses.
Ataques ingleses    
Bajo el reinado en la metrópoli de Felipe II se desata una vez más la rivalidad entre esta corona y la inglesa. Como consecuencia, la colonia canaria se convierte en blanco de las incursiones de los navíos ingleses. Los ataques y saqueos son tan frecuentes que el Rey se ve obligado a fortalecer el aparato defensivo del archipiélago.
Entre los marinos  ingleses más conocidos y temidos sobresalen John Poole, Cooke, John Hawkins, más conocido en las islas como Aquines, Drake (1585) y Blake (1656).
El ataque de este último a Santa Cruz de Tenerife podemos considerarlo como un intento más de Inglaterra por apoderarse de la isla.
1583 el jefe de las Milicias de Achbuna (Abona) en la isla Chinech (Tenerife) rechaza un ataque de ingleses.
En 1586, un navío ingles, arriba al Puerto de Arinaga en Gran Canaria. Desembarcan y capturan a un pescador, este les informa de la presencia de una gran flota Española en el Puerto de las Palmas. Logran apoderarse con mucho sigilo de uno de los barcos cargados de mercancías, al que desvalijan. Este mismo año un grupo de 40 ingleses desembarcan en Adeje, Chinech (Tenerife,) saqueando el pueblo y el ingenio de Azúcar de los Ponte.
En 1590 desembarcan en Erbania (Fuerteventura) 40 soldados ingleses con la intención de saquear la Villa de Bethancuria, siendo rechazados. En ese mismo año, un corsario Ingles apresa una carabela Portuguesa frente a las costas de Lanzarote. El Marques de la Isla se ve obligado a pagar rescate para liberar a la tripulación.

En Agosto de 1592, un navío Ingles pretende atacar el Puerto de Santa Cruz de Tenerife, siendo rechazado. Lo intenta en la Gomera, capturando una nave Flamenca, y en Benahuare (La Palma,) donde es rechazado por la artillería de la plaza.
En marzo de 1593, dos navíos ingleses al mando del Capitán Harper atacan el Puerto de Arrecife de Titoreygatra (Lanzarote,) siendo rechazados. En julio, se produce un nuevo ataque de 3 navíos ingleses al mismo puerto y con la misma suerte.
1595 febrero 6.
Desde el puerto de Plymouth inicia su singladura una flota Inglesa al mando de Sir Walter Raleigh.El objetivo de esta Flota era las colonias  españolas en América, pero antes de dar el salto al Caribe, Raleigh se entretuvo merodeando por aguas Canarias.

El 20 de Febrero desembarco en la Isla Erbania (Fuerteventura) para hacer aguada y de camino robo el ganado suficiente para abastecer su flota. En una de las caletas de la Isla capturo a dos navíos, uno español cargado de armas de fuego que enviaba el Rey de la metrópoli para las Milicias de las Islas y el otro flamenco con un gran cargamento de vinos de Canarias. Ambas presas fueron de gran valor para Raleigh. Iniciando a continuación su periplo americano.

El 7 de Septiembre de 1595 parte del puerto inglés de Plymouth una nueva flota, con intención atacar los Galeones de la Flota de Indias. La mandan al alimon Drake, con insignia en el buque  Defiance y Hawkins, en el  Garland. Las Tropas de desembarco las manda Sir Thomas Baskerville, en total el contingente de tropas está compuesto de  2.800 hombres.

El 6 de octubre de 1595, se avisto en las costas de Tamarant (Gran Canaria) la Flota de 28 navíos. El objetivo era atacar la ciudad de Winiwuada (las Palmas) y para tal fin preparan una fuerza de desembarco de 1.400 hombres al mando del Capitán Baskerville a bordo de 30 lanchas y embarcaciones ligeras.

El primer intento de Barkerville en la playa de Santa Catalina acaba en fracaso, la Fortaleza de la Luz responde con su artillería al fuego Ingles y las Milicias Isleñas, bien atrincheradas, repelen la ofensiva. Drake ordena un segundo ataque más al sur, fuera del alcance de la artillería del Castillo. Observada la maniobra por las fuerzas canarias, el Gobernador Alvarado desplaza sus fuerzas, en el momento de efectuar el segundo desembarco ya están esperando las Milicias en las playas. Tras dos horas de combate, los ingleses se retiran con más de 200 bajas y 4 naves maltrechas sin haber conseguido infligir graves daños ni a las Milicias ni a la Ciudad.

George Clifford, Conde de Cumberland, en abril de 1598 ataca la isla Titoreygatra (Lanzarote) de paso hacia América. Desembarca 600 hombres comandados por  John Barkley y se dirige a la Villa de Teguise, que encuentra abandonada, la población ha huido hacia los refugios de las cuevas volcánicas. Lo mismo ocurre con la Fortaleza de Guanapay, abandonada por sus 100 defensores. Barkley saquea la Villa pero no la prende fuego como era habitual.

Cumberland se hace con un importante botín consistente en los doce cañones de la fortaleza de Guanapay, las campanas de la iglesia católica y un importante cargamento de vinos, que envía a Inglaterra. El día 22  Cumberland continua su derrotero hacía América.

El 12 de 1617 parte del puerto de Plymouth (Inglaterra) una escuadra de 17 buques y 2.000 soldados al mando de Raleigh.

La flota de Raleigh se adentra en el Atlántico y después de dar rumbos inciertos llega a aguas Canarias a finales de agosto. En la costa de África capturan una embarcación Canaria y después intentan un ataque frustrado sobre Winiwuada (las Palmas.)

Raleigh se ve obligado a avituallar sus navíos y se presenta en el Puerto de Arrecife en Titorygatra (Lanzarote) el 16 de Septiembre. Desembarca 600 hombres en actitud claramente hostil y se adentra en la Isla. Son atacados por las Milicias isleñas teniendo en la refriega 15 muertos.

Necesitado sobre todo de agua, Raleigh desembarca en otro punto de la Isla. Uno de sus Capitanes, John Bailey, aprovecha la ocasión, abandona la flota y regresa a Inglaterra con la intención de informar de la violación de las órdenes de Jacobo I. Los hombres de Raleigh son sorprendidos por las fuerzas locales mientras efectuaban la aguada y cargaban los toneles en los botes, deben de salir a la carrera y abandonar Titoreygatra (Lanzarote) el 22 de Septiembre.

No habiendo completado la aguada para sus barcos, Raleigh no se atreve a presentarse en las Islas mayores, ya avisadas de su presencia y sobre las armas sus Milicias y Castillos. Se presenta pues en la Gomera, donde lo reciben las Milicias a pie de Playa impidiéndole el desembarco. Raleigh adopta entonces una postura pacifica, solicita al Conde permiso para avituallarse de agua. El conde se lo concede, se cargan en los barcos 240 pipas de agua y algunas reses, pero a cambio Raleigh se ve obligado a devolver la nave capturada en la costa del continente y a pagar por los daños causados.

El día 30 abandona la Isla rumbo a la Guayana.

En julio de 1656, se recibe en las Islas Canarias la noticia del bloqueo de Cádiz (España)  por la Escuadra inglesa del Almirante Blake. Esto forzaba a todos los navíos españoles procedentes de las colonias de América a acogerse a los Puertos Canarios como único refugio posible. Se esperaba a la Flota de Nueva España en los próximos meses.

El 28 de Diciembre llegaba a Santa Cruz de Tenerife el buque Madama de Brasil, procedente de Puerto Rico y transportando medio millón de Pesos. El 18 de Febrero llegaba a Tedote n Benahuare (Santa Cruz de la Palma) la Flota de Mejico al mando de Don Diego de Egues. La Flota, cargada con Plata Mejicana por importe de 10 millones de Pesos y otras mercancías valiosas, había partido en Diciembre del Puerto de la Habana. Egues, partio de la Palma con la intención de llegar como fuera a Cádiz, pero después de unos días de navegación se supo que Blake lo estaba esperando por el camino. De acuerdo con el Capitán General de la colonia, Alonso de Dávila, decidió dar media vuelta y resguardarse en el Puerto de Añazu n Chinech (Santa Cruz de Tenerife) al amparo de sus fortificaciones el 2 de Marzo. La Flota de Diego de Egues se componía de 9 navíos mercantes y 2 buques de guerra como escolta.

Ante tal estado de cosas, se reforzaron las defensas de Santa Cruz. Se construyeron dos nuevas baterías al norte de la Bahía, para Abril de 1657, Santa Cruz estaba defendida por 99 bocas de fuego. Egues decidió desembarcar la plata y guardarla en el interior de la Isla para mayor seguridad. Enterado Sir Robert Blake de la llegada de la Flota de Egues a Tenerife decidió atacar Santa Cruz y apoderarse de naves, cargamento y del propio Puerto.

El 29 de Abril, se divisa a la Flota de Blake, compuesta por 36 buques. Se preparan Flota, Castillos y Milicias para la defensa. El 30 Blake se acerca a la plaza con 28 naves y comienza a bombardear a la Flota y las Fortificaciones canarias. Durante varias horas se sucede el cañoneo por ambas partes.

Los ingleses intentar abordar con lanchas a los mercantes y apoderarse de ellos. Mientras los dos Galeones de Guerra con que cuenta Egues, el Jesus Maria, y el Concepcion, son acribillados durante mas de 4 horas por el fuego ingles. Imposibilitado de seguir defendiéndose y en total inferioridad, Egues ordena abandonarlos y para no darlos como trofeo al enemigo da orden de volarlos, causando la explosión muchas bajas a los atacantes. Los buques mercantes son incendiados, unos por el fuego ingles y otros por el propio Egues. Egues tenia como orden principal dada por el propio Felipe IV el defender a toda costa el Tesoro de Nueva España a un a costa de perder sus barcos.

La Escuadra de Don Diego de Egues quedo reducida a cenizas. Blake siguió batiendo la Plaza con saña todo el día sin poder quebrantar la resistencia ni poder intentar el desembarco. Al llegar la noche se retiro sin poder obtener ninguna presa ni beneficio.

Los Españoles habían perdido la Flota de Mejico, pero no el Tesoro que era lo importante, aun así las bajas inglesas fueron cuantiosas. Entre muertos y heridos las bajas pasaron de las 400 y muchos navíos sufrieron serios desperfectos, el Insignia de Blake, el  Speaker, quedo fuera de combate. En Tierra se contaron 3 muertos por las Milicias Canarias. La flota de Egues si tuvo mas bajas, sobre todo murieron algunos destacados Oficiales.

El 5 de Noviembre 1706, se divisa una Flota de 13 buques de Guerra con Bandera Francesa que pretenden penetrar en el Puerto de Santa Cruz.

La Flota cambia de bandera y se descubre que es inglesa y esta al mando del Almirante Jennings. Se decreta alarma general y se movilizan las Milicias de la Isla, hasta 4.000 hombres ocupan las playas y fortalezas. El fuego lo inicia el Castillo de San Cristóbal, principal fortaleza de la Isla, mientras los ingleses intentan desembarcar en las Playas una fuerza de infantería por medio de 37 lanchas.

La Fuerza Inglesa es descubierta a tiempo y rechazada con muchas perdidas. Al cabo de unas horas se presenta otra lancha, pero con Bandera de Parlamento. El Almirante ingles se disculpa por el ataque e informa a las autoridades coloniales de lo mal que le van las cosas de la Guerra a Felipe V, invitándolas a cambiar de bando y proclamar al Archiduque Carlos.

Esta fue la repuesta de las autoridades coloniales españolas:

”Por lo que toca a las noticias acerca del estado de la Guerra, aquí sabemos y estamos muy satisfechos de las gloriosas Armas de nuestro Rey Don Felipe V, restituido a su Corte y arrojados sus enemigos de los Reinos de Castilla. Cuando, Dios no lo quiera, se halle S.M. en diferente estado, siempre esta Tierra se conservara en el fiel cumplimiento de sus obligaciones como fielísimos vasallos de S.M. Felipe V, a quien Dios Guarde, hasta el ultimo espíritu”

La contestación y el resultado del combate obligo a Jenning a retirarse dando por terminada su aventura en aguas Canarias.

El 21 de Octubre de 1740 apareció frente a las costas de Erbania (Fuerteventura) un navío Ingles de 12 cañones que desembarco 50 hombres bien armados con intención de dirigirse al pueblo de Tuineje y saquearlo. El buque  se había apoderado en fechas anteriores de 3 buques mercantes españoles.

Al enterarse de la noticia, el Gobernador de la Isla, José Sánchez de Umpierrez, reunió a toda prisa como pudo a un grupo de Milicianos para hacerles frente. Al final eran 37 hombres, pero muy mal armados ya que solo disponían de 5 armas de fuego.

Umpierrez salio al encuentro de la Fuerza Inglesa con la intención de contenerlos hasta que llegaran más refuerzos. Los ingleses se hicieron fuertes en una loma, y a Umpierrez no se le ocurre otra cosa que lanzarse al asalto, pero mandando en vanguardia una recua de 40 Camellos. La descarga de los ingleses cayo sobre los animales, sin darles tiempo a volver a cargar los Milicianos los atacaron al arma blanca, matando a 30 hombres y quedando los otros 20 prisioneros.

1749 29 de octubre un navío Británico queriendo vengar la derrota, desembarco en el mismo lugar 55 hombres y se encamino al mismo pueblo. Enterado de esta segunda irrupción, el Capitán de Milicias Melchor Cabrera Bethencourt reunió a algunos Milicianos y empleo la misma táctica, lanzarles los camellos por delante y a degüello. No quedo un solo ingles con vida. Cabrera por su parte contó 6 muertos.

En 1741, el Capitán Ingles Joseph Stocker de la Corbeta Resolution, pierde la vida junto con alguno de sus hombres al intentar desembarcar en la isla Benahuare (La Palma.)

1743, se presenta ante Ipalam (San Sebastián) en la Gomera un escuadrilla Inglesa de 3 buques al mando del Comodoro Charles Windon, que cañoneo la Villa y sus dos Castillos todo un día. A la mañana siguiente intentaron desembarcar siendo rechazados en la misma Playa. Windon también apareció ante Benahuare (La Palma,) pero desistió si intentar nada a las pocas horas al ver el estado de las Defensas.

En Junio de1743, otra flotilla de 5 naves Inglesas se presenta en Winiwuada n Tamarant (Las Palmas de Gran Canaria). Se toca a alarma General y las Milicias ocupan las playas. Los ingleses desisten al cabo de 3 días de amenazar la población.
El ataque de Horacio Nelson, el famoso almirante inglés, al Puerto de Santa Cruz de Tenerife el 25 de Julio de 1797 debemos enmarcarlo en este apartado de ataques navales; aunque tuvo fuertes implicaciones políticas, pues España, como aliada de Francia, estaba en guerra con Inglaterra.
Holandeses y Mazigios
Son también los holandeses los que protagonizan episodios de ataques en Canarias; sus objetivos, aparte del móvil del botín, son políticos, bélicos y sobre todo religiosos.
El 26 de Junio de 1599, apareció ante Winiwuada n Tamarant (las Palmas de Gran Canaria,) una potente Escuadra de 73 buques y 9.000 hombres de desembarco al mando del Almirante holandés Van der Doez.

Nada mas avistada se puso la ciudad en estado de alarma, se dirigieron hacia las playas todas las fuerzas disponibles, 5 compañías de Infantería, 1 de Caballería y 11 piezas de artillería. En la playa de Santa Catalina se situaron 9 de las piezas y las otras dos en la playa del puerto al amparo del Castillo de la Luz.

La Escuadra holandesa empezó a bombardear las fortalezas de la plaza al tiempo que 27 compañías de Infantería en 150 lanchas desembarcaron en las playas al frente del propio Almirante, que por poco no muere al desembarcar, el Capitán Cipriano de Torres se abalanzo solo sobre Van der Doez con una alabarda en la mano y el agua por el cuello y cogiéndolo por la armadura lo arrojo de la lancha, el bravo Capitán Torres murió acribillado por los Mosquetes Holandeses.

La rendición del Castillo de la Luz fue casi definitiva para que los Holandeses pudieran tomar la ciudad, sus buques se pudieron acercar sin peligro y cañonear a placer las posiciones canarias.

Van der Doez ofrece retirarse a cambio de 400.000 Ducados, oferta que es rechazada por la isla.

Ante la fuerte resistencia canaria en el Monte del Lentiscal, y la imposibilidad de hacerse con los caudales de la isla, Van der Doez decide retirarse y abandonar la ciudad el 4 de Julio, no sin antes dejarla convertida en una hoguera. Los daños fueron importantes pero nada del otro mundo, entre el incendio, las 32 piezas de artillería y los daños de las Fortalezas, las campanas de la catedral, 150 pipas de vino y 20 cargas de azúcar, ascendió la suma de pérdidas a 93.000 Ducados
Los muertos Holandeses fueron en total unos 800, 650 en el ataque a la ciudad y 150 en el Monte Lentiscal y unos 300 heridos. Los canarios unos 60 muertos y heridos sin cuantificar.
Tras abandonar Tamarant (Gran Canaria,) la Escuadra de Van der Doez puso rumbo a la Isla de la Gomera, a donde llego el 13 de Julio de 1599. Al día siguiente desembarco una fuerza de 800 hombres en la Villa de Ipalam (San Sebastián,) pero no cogió por sorpresa al Conde Don Diego de Ayala, Señor feudal de la Isla.

La Villa había sido evacuada por sus habitantes, que por si acaso se habían llevado al interior los cañones, objetos de valor y hasta las campanas de la Iglesia.

El Conde con las Milicias gomeras  se habían atrincherado en la Playa y nada mas desembarcar los holandeses los recibieron con tiros de arcabuz y unas buenas rociadas de piedras con tan buena puntería que descalabraron a varios holandeses. Ante esto, Van der Doez corto por lo sano, ordeno a los buques cañonear la Villa hasta que los Isleños abandonaran sus posiciones. Se retiraron el Conde y sus hombres al interior de la Isla, de orografía escarpada como pocas en el mundo, y Van der Doez desembarco en Ipalam (San Sebastián.)

Los Holandeses, 7 compañías, unos 800 hombres, avanzaron por el barranco de la Villa, con una vanguardia de 120 hombres, cuando les salio al paso una partida de solo 11 hombres, de ellos 7 eran Milicianos, siendo el resto paisanos.
Según recoge el Acta del Escribano Publico que dio cuenta del suceso:
”Los cuales siete soldados, favorecidos con la ayuda de otros cuatro naturales, les acometieron con lanzas y los fueron matando, como en efecto hicieron con ciento siete de ellos, ganándoles sus armas sin haber peligrado ni muerto ninguno de los once soldados, mas solo cinco salieron heridos y no de heridas peligrosas, que hoy en día todos andan en pie con sus armas”.  Van der Doez decidió partir de la Gomera después de dividir en dos su Escuadra, el partió con rumbo al Golfo de Guinea el 21 de Julio de 1599 con 37 naves y Jan Gerbrantz regreso a los Países Bajos con las restantes 35.
Los imazighen continentales asaltaban las islas especialmente las orientales desde los tiempos inmediatamente posteriores a la invasión y  conquista castellana, como réplica a las incursiones punitivas que los colonos y mercenarios españoles asentados en  Canarias hacían en las costas del continente.
El 22 de Septiembre de 1569 se avistan frente a las costas de Titeroygatra (Lanzarote) un Flotilla de 10 Galeras de  mazigios procedentes de Sale, Marruecos. Las manda el Xerife Calafat con unos 600 hombres distribuidos en siete banderas.

Siete de los buques atacan el Puerto de Arrecife y se apoderan de el, mientras las otras tres embarcaciones permanecen en la mar cubriendo la retirada. En auxilio de las Milicias Lanzaroteñas acuden 300 Grancanarios al mando del Capitán Juan Civerio y 500 Tinerfeños mandados por el Alférez Mayor Francisco de Valcarcel.

Con la ayuda de estas tropas se logra expulsar a los atacantes mazigios el 20 de Octubre, no sin poder impedir que saqueen la Isla y se llevan cautivos a 200 personas. En justa represalia de las continuas razias que los colonos señores de la isla efectuaban en el continente. Calafat continuo sus correrías por aguas Canarias se dice que perseguido por Juan de Civerio.

 En 1571 el Capitán Dogali, apodado el “Turquillo” zarpa de Sale con 7 galeras y 400 hombres. El 21 de Septiembre ocupa la Villa de Teguise sin encontrar resistencia. El Conde de Lanzarote se había encerrado en el Castillo de Guanapay, situado en una montaña que domina la población, con lo más destacado de sus habitantes. Los imazighen saquean e incendian la Villa y ponen sitio al Castillo sin conseguir tomarlo.

Reembarcan el 7 de Octubre llevando más de 100 cautivos. Muchas familias de Lanzarote emigran a Tenerife y Gran Canaria después de estas incursiones, la Isla queda casi despoblada.

En el verano de 1586, Morato Arraez, famoso Capitán de origen Albanes, parte de Argel con 11 galeras y 1.200 hombres. Pasa el estrecho y se presenta ante Titoreygatra (Lanzarote.) En lugar de desembarcar en el Puerto de Arrecife, donde lo esperaba el Marques de la Isla, El esclavista Agustín de Herrera, con sus tropas, lo hacen en otro lugar y avanzan hasta la Villa de Teguise, quemándola por enésima vez en pocos años.

Parte de la población busca refugio en la cueva de los Verdes, tubo volcánico de considerable longitud y el resto, unas 1.000 personas, se encierra en la Fortaleza de Guanapay con las Milicias de la Isla. El dos de Agosto rinden los mazigios el Castillo del Puerto de Arrecife y ponen sitio al de Guanapay, defendido por el Capitán Diego Cabrera de Lemes.

En 1593 una Flotilla de  argelinos al mando de Xaban Arraez se presenta ante el Puerto de Arrecife y lo reduce a cenizas. Desembarcan posteriormente  con 230 hombres en Erbania (Fuerteventura) y queman la Villa de Batancuria, capital de la Isla. Al saberse estas noticias en Gran Canaria, Don Luís de la Cueva, Capitán General de la colonia, envía 240 soldados españoles del presidio con la orden de arrojar al mar a los atacantes.

Los argelinos, no más de 40 según las Crónicas, tendieron una emboscada a las Tropas españolas en el lugar conocido como Siete fuentes. Toda la fuerza fue muerta o hecha prisionera al intentar huir ante un enemigo al que superaban 6 a 1, los argelinos se retiraron llevando sus barcos cargados de botín y prisioneros.

El 1 de mayo de 1618 una Flota de 36 Bajeles Argelinos con 4.000 hombres a bordo al mando de los Arraez Tabac y Soliman, se presentan ante el Puerto de Arrecife en la isla Titerogatra (Lanzarote). 

Saquean la Villa de Teguise mientras el Marques Don Agustín de Herrera y la población colona se esconden en cuevas, en especial en la de los Verdes. Los asaltantes argelinos rastrean toda da Isla en busca de cautivos, todo el que puede huye en barcas hacia la cercana Isla de Erbania (Fuerteventura.)

Más de 1000 personas se habían refugiado en la Cueva de los Verdes. Todos los esfuerzos de los argelinos de ocuparla son inútiles, hasta que capturan al Escribano de la Isla, Francisco de Amado. Gracias a su traición tienen conocimiento de la entrada secreta a la Cueva. Entran los argelinos en la cueva, laberinto volcánico de varios kilómetros y capturan a 900 personas, la mayor cantidad en el Archipiélago durante toda su historia colonial. Lanzarote queda prácticamente despoblada, los cautivos pasan de 1.000.

Cuando llegan los refuerzos desde Chinech (Tenerife) y Tamarant (Gran Canaria,) ya la Flota mazigia ha partido llevándose a los cautivos. No contentos aun, se presentan los argelinos en la Gomera el 20 de Mayo. Tras capturar a algunos de sus habitantes, saquean la Villa, desmantelan la Torre del Conde y destruyen el templo parroquial católico.

El Conde huye en una embarcación hacia Benahuare (La Palma.) Los argelinos lo persiguen en busca de capturarlo y pedir un elevado rescate hasta el Puerto de Tazacorte. La defensa que hacen las Milicias awuaras (palmeras), con las compañías desplegadas en la Playa y la artillería de la torre vomitando metralla, hacen que Solimán y Tabac desistan de capturar a Don Gaspar de Castilla, Conde de la Gomera y Señor feudal de la Isla Esero (El Hierro).


CAPITULO II


Brisas de Libertad

En épocas más modernas hubo planes para la invasión de Canarias por parte de potencias americanas y europeas, las cuales fueron abortadas por las negociaciones o ardides de la diplomacia del reino de España, potencia administradora.
En las colonias americanas el vacío de poder en la metrópoli como consecuencia de la ocupación napoleónica, será utilizado por las clases criollas dirigentes americanas para iniciar el proceso de emancipación. Surgiendo la proclamación de La República de Colombia, fundada, a instancia de Simón Bolívar, el 17 de diciembre de 1819, la influencia canaria entre los líderes de la independencia fue muy importante.
Según recoge el historiador Felipe Martín Santiago: “Desde 1825 existió el rumor de la existencia de un convenio firmado en Colombia consistente en atacar o apoderarse militarmente de alguna de las Islas Canarias y de hecho se llevaron a cabo algunos intentos. El General Pedro Briceño, el día 12 de abril de 1826, manifestaba por carta a Simón Bolívar: “es indudable que en el momento en que podamos destruir los restos de la escuadra española que cubre a Cuba, damos la libertad a aquella isla, a Puerto Rico y a las Canarias, que desean ser también americanas”.
El Congreso Anfictiónico de Panamá
El Congreso se celebra en la sala capitular del Convento de San Francisco de la Ciudad de Panamá entre el 22 de junio y el 15 de julio de 1826. La Asamblea se estructura en diez sesiones que presiden de manera rotativa los representantes de Colombia, Centroamérica, Perú y México.
La agenda para el Congreso consta de los siguientes puntos: la renovación de los tratados de unión, liga y confederación; la publicación de un manifiesto en que se denuncia la actitud de España y el daño que ha causado al Nuevo Mundo;  decidir sobre el apoyo a la independencia de Cuba y Puerto Rico, así como de las islas Canarias y Filipinas; celebrar tratados de comercio y de navegación entre los Estados confederados; involucrar a Estados Unidos para hacer efectiva la Doctrina Monroe en contra de las tentativas españolas de reconquista; organizar un cuerpo de normas de derecho internacional; abolir la esclavitud en el conjunto del territorio confederado; establecer la contribución de cada país para mantener los contingentes comunes; adoptar medidas de presión para obligar a España al reconocimiento de las nuevas repúblicas; y establecer las fronteras nacionales con base en el principio de uti possidetis, tomando como base el año 1810.
La colonia de Canarias en los planes del reparto de África por el imperialismo europeo
La derrota del imperialismo español  en Cuba trajo la intranquilidad a los españoles y criollos dependientes de la colonia de Canarias, donde se tenía por cierto un desembarco de los norteamericanos en cualquier momento.
Perdidas o vendidas las colonias españolas en América, el gobierno de la metrópoli ante la posibilidad del recrudecimiento de los deseos emancipadores de la colonia de Canarias, desarrolla y pone en práctica un proceso de política maquiavélica fomentando y dirigiendo  las rivalidades políticas caciquéeles entre Tenerife y Gran Canaria llevándolas proporciones alarmantes. Perturbado por completo el equilibrio moral del Archipiélago a consecuencia de las luchas políticas locales distrayendo así la atención la atención popular al tiempo que se ganaba la fidelidad de la oligarquía local mediante dádivas y prebendas a las que no fueron ajenas las concesiones de grandes latifundios y la permisión de la usurpación de tierras comunales por parte de los caciques dependientes, los cuales que con el apoyo de los representantes  del poder central, cometen con la más cínica impunidad todo género de abusos.
Estado de guerra en la colonia
Por otra parte, lo poderes coloniales en Canarias vivían una psicosis de posible invasión norteamericana. Así el 2 de Abril de 1898, la prensa dependiente daba la noticia de la próxima llegada a Santa Cruz de fuerzas del Ejército español procedentes de la metrópoli, para reforzar la defensa de las islas. A Las Palmas llegaban los refuerzos el 10 de Abril de 1898. Eran fuerzas de artillería e infantería.
En vista de la situación el Capitán General de la colonia, teniente general Montero, hizo público, el 9 de mayo de 1898, un bando en el que expresaba que a la vista de las graves circunstancias por las que atravesaba el país, y autorizado por el gobierno de S.M., declaraba el estado de guerra en toda la “provincia” de Canarias.
El teniente general Montero,  cesó en agosto de 1898, le sustituyó en el mando de la colonia el teniente general Manuel Delgado y Zuleta, un sevillano  que había combatido en el continente y logrado ascender a comandante y coronel por méritos de guerra en las operaciones contra los carlistas.
Por su parte la prensa local recogía la noticia en 5 de mayo de 1898 de que el Consejo Naval de los Estados Unidos, presidido por Mackinley, había acordado preparar expediciones para ocupar Canarias y Baleares.
En París el 10 de diciembre de 1898 se firma el Tratado de Paz entre los Estados Unidos de América y la Reina Regente de España, en el nombre de su hijo  Alfonso XIII, se ha ultimado y firmado por sus respectivos plenipotenciarios.

Entre los puntos recogidos en dicho Tratado destacamos los siguientes:
España renuncia todo derecho de soberanía y propiedad sobre Cuba.
En atención a que dicha isla, cuando sea evacuada por España, va a ser ocupada por los Estados Unidos, los Estados Unidos mientras dure su ocupación, tomarán sobre sí y cumplirán las obligaciones que por el hecho de ocuparla, les impone el Derecho Internacional, para la protección de vidas y haciendas.
España cede a los Estados Unidos la Isla de Puerto Rico y las demás que están ahora bajo su soberanía en las Indias Occidentales, y la Isla de Guam en el Archipiélago de las Marianas o Ladrones.
España cede a los Estados Unidos el archipiélago conocido por las Islas Filipinas…,
Los Estados Unidos pagarán a España la suma de veinte millones de dólares ($20,000,000) dentro de los tres meses después del canje de ratificaciones del presente tratado.
España al ser firmado el presente tratado, pondrá en libertad a todos los prisioneros de guerra y a todos los detenidos o presos por delitos políticos a consecuencia de las insurrecciones en Cuba y en Filipinas y de la guerra con los Estados Unidos.
En cumplimiento de lo convenido en los artículos I, II y 111 de este tratado, España renuncia en Cuba y cede en Puerto Rico y en las otras islas de las Indias Occidentales, la Isla de Guam y en el Archipiélago de las Filipinas, todos los edificios, muelles, cuarteles, fortalezas, establecimientos, vías públicas y demás bienes inmuebles que con arreglo a derecho son del dominio público, y como tal corresponden a la Corona de España.
España había perdido dos escuadras enteras, incluida la del Pacífico, en la Batalla de Cavite en 1898, ante la imposibilidad de continuar manteniendo por la fuerza los restos de sus colonias en el pacifico, como es habitual en ella optó por el lema de: “Del agua derramada aprovecha la que puedas”, cediendo ante las pretensiones alemanas le vendió el 12 de febrero de 1889 los Archipiélagos de las islas Carolinas y Marianas por 17 millones de marcos alemanes, 25 millones de pesetas.
Apetencias de otros imperios coloniales europeos sobre Canarias
Dada la tradicional política mercantilista y mercenaria del reino de España para con sus colonias, otros países europeos inician maniobras diplomáticas tendentes a sustituir al debilitado y siempre en banca rota reino español en el dominio de la colonia de Canarias bien mediante ofertas de compra o bien mediante planes de invasión del archipiélago perfectamente estructurados, planes que las garras imperialistas del estado español supo ladear ladinamente y mediante determinadas concesiones sobre la colonia cedidas a los pretendientes usándonos como históricamente ha sido habitual como moneda de cambio y como carne de cañón.
En 1885 se producen momentos de gran tensión en las relaciones hispano-alemanas, en los cuales la Cancillería germana siguiendo la Weltpolitik de Herbert von Bismarck contempló la posibilidad de iniciar hostilidades con España y sustituirla en sus colonias archipiélagicas, incluidas las Islas Canarias.
Finalmente el conflicto se resolvió por la vía diplomática y la Cancillería alemana aceptó el arbitraje pontificio, que emitió un laudo favorable a las tesis españolas. Con ello obtenía España el mantenimiento de sus colonias, pero ya había quedado claro que sus colonias insulares, y entre ellas las Islas Canarias, iban a sufrir el asedio al que la creciente presión ejercida por el imperialismo alemán sometería todas las posesiones de ultramar cuyo reparto se disputarían las grandes potencias.
“El noroeste del continente africano, en cuyo espacio se encuentran las Islas Canarias, desempeñaba el papel de cabeza de puente para los propósitos colonialistas que las potencias se reservaban para este continente. Prueba de ello son los varios intentos que hicieron para desarrollar enclaves comerciales de distinto tipo tanto en las islas como en la costa del continente situada enfrente, destacando especialmente diferentes proyectos de explotación del banco pesquero canario-sahariano con base de operaciones en el archipiélago y en la costa sahariana.
En l896  la Cancillería alemana tiene conocimiento de que España estaba planeando vender las Islas Canarias a Francia. El Emperador envió un cañonero a Gibraltar para que, en caso de confirmarse la venta, pusiese rumbo hacia algún puerto de la costa marroquí y lo tomase para Alemania, en la seguridad de que ésa era la mejor manera de oponerse a la creciente influencia francesa en la costa noroeste de África, que se vería consolidada con la posesión de Canarias. La confirmación de la venta del archipiélago no llegó y el entonces Canciller, el Príncipe Chlodwig zu Hohenlohe, ordenó la retirada del cañonero.
El 12 de agosto de 1899 el Subsecretario de Estado del Auswärtiges Amt, el Barón von Richthofen, le envió un telegrama al Embajador alemán en Madrid, Joseph von Radowitz, en el que le solicitaba no perder de vista e informar de todo lo referente a la reiterada cuestión del proyecto de venta de las colonias que aún conservaba España, tanto si se ofrecían sus colonias del Pacifico como de África, incluyendo entre estas últimas a Fernando Póo y las Islas Canarias. ” (Javier Ponce Marrero).
Las Islas Canarias fueron el único de los archipiélagos coloniales españoles que, habiendo entrado en el juego de intereses de las grandes potencias emergentes e imperialistas europeas, no fue vendido continuando bajo el dominio y la administración  del reino de España.
La guerra civil de los españoles,  consecuencias en la colonia de Canarias
Francisco Franco Bahamonde, como general de división comandante militar de la colonia de  las Islas Canarias, después de declarar el Estado de Guerra en todo el archipiélago partió el 18 de julio de 1936  desde Las Palmas de Gran Canaria hacia el continente, en lo que representó el comienzo de la sublevación que condujo a la Guerra Civil de los españoles. (1). Una vez que el golpe de Estado se inicia, Franco se retira a Tetuán y cede el mando de la colonia al general Luís Orgaz para que prosiga con la rebelión en canarias, para lo que contaba con el incondicional apoyo de los antiguos caciques y dirigentes políticos   derechistas.

En la colonia de Canarias durante la guerra civil de los españoles no hubo frentes de batalla, no se desarrollo una guerra propiamente dicha, sino una persecución y masacre  en toda regla llevada a cabo por el sector caciquil y la burguesía dependiente criolla reaccionaria amparadas por los estamentos militares coloniales, la guardia civil, la iglesia católica y los grupos paramilitares de Falange española y sus tristemente famosas brigadas del amanecer. Entre todos sumieron a la colonia en un clima de terror inconcebible a pesar de la guerra civil que tenía lugar en la metrópoli.
En la colonia: “Los primeros núcleos falangistas surgieron a finales de 1933 y durante la primera mitad de 1934 en las Islas de La Palma y Tenerife, siendo también el año 1934 el que da inicio a la organización en Gran Canaria. Desde los primeros momentos la isla que tuvo una mayor implantación del falangismo fue La Palma, donde las características de la lucha de clases caracterizada por la influencia comunista en el movimiento obrero condujeron a una radicalización en clave fascista de las derechas muy superior a la experimentada en el resto de las Islas. Hasta el inicio de la Guerra Civil la Falange no tuvo un papel relevante en la política canaria, siendo a partir de ese momento cuando se inicia su crecimiento e importancia.” (Ricardo A. Guerra Palmero).
En la guerra civil de los españoles,  Canarias se convierte en la retaguardia del frente fascista, que hay que consolidar y asegurar a toda costa. De ahí la especial crudeza de la represión, que buscaba principalmente dos objetivos: descabezar cualquier intento de resistencia organizada e implantar el terror social y político entre la población. La segunda etapa represiva tuvo lugar en 1940, el primer año de la posguerra. Aunque en ambas etapas el elemento de la venganza social y política tuvo importancia, en esta segunda podríamos considerar que éste prevaleció sobre cualquier otra consideración, en la actualidad muchos de sus herederos físicos e ideológicos continúan aferrados al poder político y económico bajo el disfraz de demócratas.
Acción Ciudadana y Falange fueron las organizaciones paramilitares encargadas de la represión, que confluyeron en abril de 1937 en el partido único Falange Española Tradicionalista y de las Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalista (Fet-Jons). Entre sus militantes salió el grueso de los integrantes de las infaustas 'Brigadas del Amanecer',  también conocidos popularmente como los “falanges”. Estas cuadrillas de asesinos se completa­ron con miembros del Ejército y de la Guardia Civil.
“La brutalidad empleada contra la población, el exterminio físico de los republicanos y sobre todo de los miembros de organizaciones de izquierda, incluso el racismo de los "nacionales" hacia los "rojos" tienen mucho más de política colonial que de política fascista. El fascismo intenta construir un consenso nacional y, si bien reprime a sus enemigos políticos, no tiene por objetivo exterminarlos sino someterlos; el franquismo, con su ideología colonial y racista y su estrategia de exterminio sistemático y de terror generalizado fue -como afirma el historiador Ismael Saz- mucho más lejos que los regimenes italiano y alemán.” (John Brown).

El 25 de julio de 1936 arriba a la ciudad de Santa Cruz de La Palma con ordenes de reducir la ciudad el cañonero Canalejas, el delegado del Gobierno y sus principales colaboradores, incluida toda la dirección de Izquierda Republicana, fueron detenidos, encarcelados y sometidos a consejo de guerra sumarísimo por el delito de “rebelión militar”, incluyendo también a otros socialistas, comunistas o personas no adscritas a partido alguno.
Los militares rebeldes fueron el principal poder fáctico y oficial en las Islas, sobre todo durante la guerra, por lo que fueron los máximos responsables de lo acaecido. La Iglesia Católica no hizo nada para detener la matanza; al contrario, muchos de sus miembros la justificaron y alentaron
“El universo carcelario de Tenerife fue muy profuso. No estuvo formado solamente por los salones del empaquetado de plátanos de la compañía británica Fyffes, en los que se hacinaban más de 2.000 presos políticos; o por las “Prisiónes Flotan­tes” -unos pequeños mercantes situados en medio de la bahía propiedad de la naviera Álvaro Rodríguez López-, en los que intentaban sobrevivir 600 detenidos. A ellos hay que añadir los 400 presos  que estaban encerrados en la Prisión Provincial de San Miguel, entre ellos 150 mujeres, y otros cientos de presos en cuartelillos, depósitos municipa­les, cines como el Atlante, en el Puerto de la Cruz, o teatros, como el Power en La Orotava, de donde varios centenares fueron sacados para ser asesina­dos, unos margullados o apotala­dos en el mar (en muchos casos arrojados vivos a las aguas dentro de un saco con un peso), otros arrojados a simas volcánicas o enterrados en montes y descampados.” (Ramiro Rivas García).
Los salones de  Fyffes (Fyffes, Ltd-S.L.) o “Faifes”  como el público la denominaba, también conocida por Prisión militar Costa Sur fueron cedidos por los propietarios, utilizándose como campo de concentración.
Eran los almacenes que la Casa African Eastern, Spain, tenía en la Avenida de Las Asuncionistas, que a su vez había pertenecido a la exportadora de plátanos, Fyffes. El representante de la casa Elder en Tenerife, cónsul de Suecia donó veintitrés rollos de alambre de espino para cercar el recinto. A principio de diciembre 1936, figuraban 1500 reclusos, de los que en febrero de 1937 figuraban 1000 como desaparecidos. Este campo de concentración estuvo operativo hasta 1950.
“Conocemos suficientemente los hechos del período de los que se puede recordar algunos datos con el fin de arrojar un poco más de luz sobre el asunto. Los hechos más evidentes de la violenta contrarrevo­lución en las Canarias Occidentales -Tenerife, La Palma, La Gomera y El Hierro- constatan de manera nada exagerada que hubo unos 2.000 desaparecidos de los que 1.650 fueron asesina­dos en Tenerife y en su inmensa mayoría sus cuerpos aún hoy no han sido encontra­dos y sus familias nunca han tenido noticia de cómo transcu­rrieron los últimos momentos de su vida y las circunstancias de su muerte. Además, hubo más de 4.000 presos, la gran mayoría gubernativos que nunca se molestaron en encausar y que pasaron  los años de su encierro en las cárceles sometidos a toda clase de torturas y sevicias, viéndose obligados una buena parte de ellos  a realizar trabajos forzados.” (Ramiro Rivas García).

Los fascistas asesinaron en canaria a 1.200 personas, 20,000 canarios fueron detenidos en las cárceles coloniales o en los campos de concentración que se abrieron durante la guerra civil de los españoles en el periodo 1936-1950.

En Gran Canaria los primeros asesinatos de los fascistas en el Llano de las Brujas (Arucas) se realizaron con extremada brutalidad y ensañamiento", en "una especie de fiesta de la sangre”. Los antifascistas canarios recibieron dos o más disparos en la frente, en la nuca o en la parte superior del cráneo. Los asesinados en el mismo lugar posteriormente 10 personas, siguieron un patrón diferente: un solo disparo en el lateral del cráneo. El estudio de los huesos también evidencia que hubo torturas y golpes antes de la ejecución, algunos estaban atados en el momento de ser arrojados al pozo.
Los asesinatos de Arucas fueron una operación conjunta entre la Guardia Civil, la policía de investigación de Las Palmas y la Falange, pero todos los testimonios apuntan al industrial tabaquero Eufemiano Fuentes como responsable máximo de las brigadas del amanecer.
Las autoridades militares coloniales crearon un campo de concentración junto al cuartel de Artillería de La Isleta al quedarse pequeña la recién estrenada cárcel de Barranco Seco, abre sus puertas este campo con 315 prisioneros. Allí, apiñados en tiendas de campaña y sin duchas, ni baños y constantemente apuntados por una ametralladora malvivieron hasta febrero de 1937 un total de 1.145 detenidos. Muchos de ellos sólo salieron de allí para ser fusilados o “desaparecidos” en alguna sima.
A partir de mediados de febrero de 1937, los aproximadamente 1.100 presos del campo de concentración de La Isleta fueron trasladados al Lazareto de Gando. Con toda probabilidad las razones del cambio de ubicación tuvieron que ver con la excesiva cercanía de La Isleta a un barrio obrero, desde donde las actividades y movimientos de los presos del campo estaban a la vista de los vecinos. Además, en diciembre de 1936 había habido un intento fracasado de asaltar el campo y liberar a los prisioneros.
Los presos desde el primer momento tuvieron que dedicarse a la restauración y adecuación de los terrenos y de los diferentes pabellones que los albergarían. Uno de los primeros trabajos fue sacar la grandísima cantidad de arena que se había metido en el Lazareto. Los odiosos cabos de vara golpeaban repetidamente a los presos en esta dura tarea.
Al poco tiempo del traslado desde La Isleta, se declaró una grave epidemia de fiebres tifoideas, probablemente como consecuencia del mal estado del agua, por lo que tuvieron que evacuar a unos 34 presos al hospital, falleciendo un número indeterminado de ellos. Se tuvo que vacunar a todos los presos aunque algunos tuvieron que procurarse la vacuna por parte de familiares.
La última victima del fascismo colonial ofrecida en holocausto al dios de las orgías de sangre fue a las 6 de la madrugada del 19 de octubre de 1959, en el patio de la antigua prisión de Barranco Seco, en la capital grancanaria, fue  ejecutado a garrote vil, el matriota Juan García Suárez “el corredera” el último preso ejecutado por el franquismo en Canarias, y el último sentenciado a muerte en la colonia por causa directa de la guerra civil de los españoles.

(1) Bando de Estado de Guerra de 18 de julio de 1936, Santa Cruz de Tenerife

Don Francisco Franco Bahamonde, General de División Comandante Militar de las Islas Canarias,
HAGO SABER:
Que de conformidad con lo prevenido en el artículo 36 y sus concordantes, 7, nº 1, 9, nº 3 y 171 del Código de Justicia Militar, declaro el ESTADO DE GUERRA en todo el Archipiélago y en su virtud
ORDENO Y MANDO
Art. 1.º Se prohíbe la formación y circulación de grupos de tres o más personas. Los que se constituyan serán disueltos inmediatamente por la fuerza, si desobedecieran o resistieran la primera intimación.
Art. 2.º Queda terminantemente prohibido aproximarse, sin causa justificada a las líneas de energía eléctrica, conducciones de agua, gas, estaciones telefónicas, cuarteles, polvorines, dependencias militares, establecimientos fabriles o industriales, bancos, hospitales, asilos y cualquier edificio público. Lo que lo hicieren lo verificarán individualmente y si no justificasen la causa de su presencia serán detenidos en el acto.
Art. 3.º No podrán celebrarse reuniones, manifestaciones, conferencias, espectáculos o cuantos actos supongan reunión pública de personas en número superior a tres, sin permiso previo de la Autoridad.
Art. 4.º Serán sometidos a mi propia censura, y como requisito indispensable para circular, tres ejemplares de cualquier impreso o documento destinado a publicidad.
Art. 5.º Quedan destituidos los Gobernadores Civiles y Delegados del Gobierno, Ayuntamientos, Cabildos, Mancomunidades interinsulares y cuantas Juntas de cualquier clase dependan de dichas Corporaciones. Los destituidos integrantes de ellas se abstendrán en el desempeño de su cometido a partir del instante de la publicación de este Bando y la contravención del mismo en este sentido se reputará como suficiente para considerarlos incursos en el delito de rebelión.
Con el objeto de no dejar desatendidos los servicios y finalidades de aquellos organismos, los Secretarios de estos conservarán su documentación manteniéndose las necesidades carácter urgente, hasta tanto se persone ante ellos los representantes de mi Autoridad, quienes lo harán acompañados de las correspondientes instrucciones a fin de normalizar con toda urgencia y personal civil la vida de dichas entidades.
Art. 6.º Queda prohibido terminantemente el cierre de establecimientos, fábricas, talleres, oficinas y cualquier otra manifestación de actividad. La cesión de ella, la rebaja de salarios concedidos, los pactos que impliquen disminución de los otorgados, la alteración de las bases de trabajo, los despidos sin justificación y cualesquiera otras contravenciones se estimarán como actos sediciosos, ya lo sean aislada o conjuntamente cometidos y sus autores sometidos a juicio sumarísimo. Del mismo modo se apreciarán las declaraciones de huelga, abandono del trabajo, incitación a aquellas o a este, realización de paros y cualesquiera otras actitudes que entorpezcan las jornadas obreras. La comisión de los hechos antes anunciados, motivará el inmediato encarcelamiento de sus autores, juntas directivas, comités y demás personas que aún sin relieve corporativo pudieran considerarse como provocadores del movimiento, así como la clausura de Asociaciones patronales u obreras causantes de tales actos.
Art. 7.º En el plazo de doce horas a partir de la publicación de este Bando los tenedores de armas cortas y largas de fuego, sustancias explosivas, armas blancas de usos distintos a los domésticos, agrícolas o industriales, estén o no provistos de licencia, deberán entregarlas en los Puestos de la Guardia Civil del domicilio del poseedor, por cuyos Comandantes se les refrendará la documentación, o les será expedida, en su caso, de acuerdo con las instrucciones que tienen recibidas, procediendo a la recogida, reseña o inventario de las que ocuparan. Pasado este plazo los tenedores de armas de fuego dentro o fuera del domicilio serán considerados como rebeldes y en igual forma los que lo fueron de sustancias explosivas, incendiarias o corrosivas.
Art. 8.º Quedan sometidos a la jurisdicción de Guerra y juzgados en procedimiento sumarísimo, todos los autores, cómplices o encubridores de cuentos delitos se previenen contra el orden público en los Códigos Penal Ordinario de Justicia Militar y Ley de Julio de 1933.
Art. 9.º Quedarán a mi disposición y a mis inmediatas órdenes o a la de los Comandantes Militares de las Plazas en su caso, todas las fuerzas armadas que dependan de otras Autoridades teniendo desde este momento las que no lo tuvieran con anterioridad la consideración de fuerza armada. Los funcionarios públicos y demás Corporaciones civiles que no se presten al inmediato auxilio que mis subordinados les reclamaran para el restablecimiento del orden, serán suspendidos en el acto de empleo, cargo y sueldos o gratificaciones anexos, sin perjuicio de las responsabilidades en que incurrieron.
Art. 10.º Serán considerados como presuntos reos de sedición, las personas que se encuentren o hubieran estado en sitio de combate, y asimismo aquellos que fueren aprehendidos huyendo o escondidos, después de haber estado con los estimados como rebeldes o sediciosos y cuantos propalen noticias o informaciones tendenciosas.
Art. 11.º  Hasta nueva orden queda prohibido el tráfico por carretera y en el interior de las poblaciones por medio de vehículos de tracción mecánica o animal, ya sean de propiedad particular o de servicio público, excepción hecha de los autobuses, tanto urbanos como interurbanos y tranvías. Los automóviles, motocicletas, bicicletas y demás medios de locomoción que precisaren circular lo harán previa autorización que se les expedirá en las respectivas Comandancias Militares.
A los efectos de términos legales se hace la publicación de este Bando a las cinco horas del día de hoy.
Santa Cruz de Tenerife, 18 de julio de 1936.

CAPITULO III
Desde los inicios de la invasión y conquista del archipiélago por las tropas mercenarias castellanas, las islas han sido una fuente de extracción de riquezas para la corona española la cual percibía el quinto de los canarios capturados y vendidos como esclavos en los mercados de Valencia, Barcelona o Sevilla, además de los ganados, orchilla y cuantos productos pudieran ofrecer un determinado valor económico, la iglesia católica por su parte recaudaba de manera forzosa el diezmo de los productos y frutos de la tierra y de otras actividades.

Posteriormente, la corona española comenzó a grabar con impuestos y estancos las actividades económicas en la colonia  sin la menor preocupación en revertir en la misma la menor contrapartida, al contrario, incluso los gastos de defensa de la isla frente a otros posibles depredadores europeos corrían por cuenta de los Cabildos coloniales, además de abrumar a los canarios y criollos con la petición de frecuentes “donativos” con los que sufragar las guerras iniciadas por la corona en Europa e incluso las bodas reales. Además del “Tributo de Sangre” con obligaba al pueblo canario a poblar otras colonias en América, a cambio, la corona distinguía a colonos y criollos concediéndoles estampitas, es decir, con supuestos honores y títulos de villazgos o nobiliarios, naturalmente y como es habitual,  siempre a cambio de buenos ducados.

Ante los frecuentes ataques a la colonia por parte de los enemigos europeos de la corona española, esta se vio obligada a construir algunos baluartes defensivos en las islas, los cuales con las casas de Aduanas fueron las únicas “obras públicas” desarrolladas por la metrópoli en esta colonia. De hecho, incluso en situaciones de  catástrofe, cuando las frecuentes  hambrunas o epidemias asolaban las islas, la corona española jamás dejo de exigir sus impuestos a aún cuando la más absoluta miseria se adueñaba de la colonia.

Por ello, el motor económico de las islas siempre estuvo en manos de extranjeros no españoles, ya que la corona se limitaba solamente a extraer sus impuestos y a imponer sus altivos y prepotentes empleados coloniales, los que para más escarnio debían –y debemos-sostener los colonizados.

Los europeos promotores económicos en la colonia desde el siglo XVI hasta  la época moderna han sido franceses, portugueses, alemanes, belgas- a quienes entre otras muchas iniciativas debemos la instalación del alumbrado, el gas y el tranvía en Tenerife- de irlandeses e ingleses, siendo estos últimos quienes han desarrollado una mayor actividad, de ello es testigo la abundante bibliografía sobre el particular, en torno los contactos mantenidos en la colonia  y que han sido importantísimos para su desarrollo económico, social y cultural, en contra partida al secular abandono por parte de la metrópoli.
La presencia extranjera no española contribuyó a que se experimentase un gran progreso en el nivel de vida, y se beneficiaban los canarios de los modernos adelantos que los británicos iban introduciendo y de las nuevas fuentes de riqueza que éstos promocionaban (comercio, agricultura de exportación, transportes marítimos etc.).
Según expone la investigadora María Isabel González Cruz: “Aunque se ha constatado la presencia de representantes de los intereses británicos en todas las islas exceptuando el Hierro, está confirmado que, debido a sus mayores posibilidades financieras, fueron las islas de «Gran Canaria y Tenerife, por este orden, las que albergaron a un mayor contingente de extranjeros residentes» (Hernández Gutiérrez, 1995:195). En concreto, son Las Palmas de Gran Canaria y Puerto Orotava (hoy Puerto de la Cruz) los núcleos poblacionales que contaron con la presencia más activa de sus respectivas colonias de británicos.
La construcción de los puertos de La Luz y de Las Palmas y de Santa Cruz de Tenerife incrementó el interés británico por Canarias, a causa de su estratégica posición en un punto intermedio para sus incursiones al continente africano, verdadero objetivo del Imperio. Las islas servirían como escala para el avituallamiento de los buques, y como plataforma para el entrenamiento climatológico y el reposo de sus soldados y de todo el personal de tránsito hacia las colonias africanas, y la exploración del Nuevo Mundo. El presupuesto para la construcción de La Luz Port, que empezó en febrero de 1883, provino del erario público, pero fue la compañía británica Swanston & Co. la que obtuvo la concesión de las obras, para las que se utilizaron materiales e ingenieros británicos. Por tanto, desde el punto de vista técnico.” (M.ª  Isabel González Cruz).
Conflictos externos que pudieron haber cambiado la historia moderna de la colonia
“Días antes de finalizar la guerra civil de los españole se firmaba en Burgos, con Jordana como ministro de Asuntos Exteriores, el Pacto Anti Komintern, acuerdo político contra la Internacional Comunista. También, el 31 de marzo de 1939, se suscribió el tratado de amistad hispano-germano, que colocaba a España en la condición de asociada a Alemania en condiciones harto ventajosas para dicho país. Tiempo después se retiraba España de la Sociedad de Naciones, «ese antro podrido de la democracia» al decir de la prensa de la época. Simultáneamente se establecían bases de cooperación con el Vaticano.
No, no se trataba de poner una vela a Dios y otra al diablo. Las cruces, la gamada y la del papado, cuyas tendencias totalitarias eran más que manifiestas, podían perfectamente servir a un régimen que trataba de revivir las épocas del esplendor de Trento, de la España martillo de herejes. Fascismo y clericalismo eran las dos caras de una misma moneda. Los teólogos de combate, que habían movilizado tanto la Iglesia española como el Vaticano contra la República española, venían a plantear el mismo o parecido discurso que en Berlín planteara Goebbels: Por el imperio hacia Dios.” (Santiago Álvarez, 1996)
Así, aviones y submarinos alemanes repostaban en puertos y aeródromos españoles así como en la colonia de Canarias. Las policías de Hitler y Mussolini adiestraban a toda suerte de policías españoles, ya fueran oficiales u oficiosas, en los métodos represivos de la época.
Durante el verano de 1940, mientras los respectivos ministros de Asuntos Exteriores de Franco y Hitler hacían de mensajeros, ambos jefes de Estado se cartearon personalmente. En la confianza de sentirse del mismo lado, Hitler escribió a su apreciado Caudillo para advertirle de que, desde su punto de vista, España ya estaba en guerra, que debía invadir Gibraltar y que los británicos no se atreverían a atacar la Península Ibérica. España era necesaria para batir al enemigo inglés. El Dictador español estaba de acuerdo con las apreciaciones de Hitler y así se lo hizo saber en su carta de respuesta, guardada celosamente en los archivos del ministro de Asuntos Exteriores alemán Joachim Von Ribbentrop.
El 18 de septiembre de 1940 Hitler escribió a Franco ofreciéndole todo tipo de ayuda para España, a la que ya consideraba en guerra, mostrando su deseo de expulsar a  los ingleses del Mediterráneo para solucionar definitivamente el problema de aprovisionamiento español, al tiempo que entrando España en la guerra haría que la guerra fuese muy difícil para Inglaterra, que “se vería forzada a entregarse", escribió Hitler

El 23 de octubre de 1940 en Hendaya tiene lugar un encuentro entre el Führer Adolf Hitler y el Dictador fascista Francisco Franco, entre los temas tratados tres cosas eran prioritarias para Hitler: Gibraltar, Marruecos y Canarias, se discutieron los detalles del plan “Operación Félix” era el nombre dado para un plan hispano-alemán propuesto para tomar Gibraltar durante la Segunda Guerra Mundial. De este modo se interceptaría las líneas de comunicación marítima de Gran Bretaña. Había sido programado para el 10 de enero de 1941 pero nunca fue ejecutado.
Respecto a Canarias, Hitler indicó que podían ser tomadas por los Estados Unidos e influir en la guerra submarina. Franco le responde  que las islas no tenían un armamento eficiente para defenderse. Hitler le responde diciendo que Alemania enviaría baterías de costa y los técnicos necesarios para montarlas y enseñar su manejo.
Por su parte los ingleses, estaban informados por el espionaje  de lo que se pretendía hacer en Canarias y de ahí la elaboración de la Operación Pilgrim, en un principio había sido denominada Puma. Los jefes militares británicos no dudaron en planificar la ocupación de la isla de Gran Canaria y el resto del archipiélago para impedir que las potencias del Eje bloquearan la navegación en el Mediterráneo y hacia el África Atlántica.
En junio de 1940, la Junta de Jefes del Estado Mayor del Ejército Británico prepara un plan para invadir Gran Canaria. 25.000 soldados fueron acantonados en Inveraray (Escocia) preparados para asaltar el Archipiélago.

Dentro de los preparativos de la invasión de las dos islas principales del Archipiélago, Gran Canaria, que sería el recambio natural de base naval si Gibraltar hubiese caído en manos alemanas y Tenerife, donde se concentraba la mayor parte de la guarnición militar, una treintena de comandos que fueron preparados para saltar en paracaídas y sabotear instalaciones de vital importancia, en el caso de Tenerife, la Refinería y el aeropuerto de Los Rodeos.

El Join Staff del Gabinete de Guerra presidido por Churchill, convencido de que la ocupación de la Península Ibérica a manos de los alemanes, operación Félix-Isabella, se iba a producir de un momento a otro, movieron a que el Almirantazgo británico preparase la invasión del Archipiélago.

"En cualquier momento Hitler puede obtener bases aéreas en el sur de España o en el norte de África, desde las cuales inutilizar la bahía de Gibraltar para nuestra flota. En cuanto esto ocurra, puesto que estamos seguros que ocurrirá, enviaremos nuestras fuerzas expedicionarias, preparadas desde hace tiempo y esperando a ser embarcadas para ocupar Gran Canaria, las islas de Cabo Verde y una de las Azores". (Winston Churchill.)

La noche del 1 al 2 de julio de 1941 estaba previsto el ataque al Puerto de la Luz, al aeropuerto de Gando en Gran Canaria y al resto de todas las islas. Para ello se utilizaría a 25 mil hombres, 52 tanques, 1200 vehículos y 93 buques. Para ello se fijó la salida desde el Reino Unido de la flota naval para el día 22 de mayo de 1941.
Tomarían parte cuatro portaviones, con aviones Hurricane; 4 barcazas desembarcarían en Gando con 30 lanchas de desembarco. Otras barcazas del tipo Maracaibo llevarían 24 tanques cada una.
Trasatlánticos de la Unión Castle fueron transformados para transportar 14 mil soldados. En total 30 buques.
En caso de que el ataque al Puerto de la Luz encontrase fuerte oposición por las baterías de costa, se atacaría con un bombardeo desde el acorazado "Rodney" y el crucero "Exeter" y a continuación actuarían los barcos de desembarco, 3 destructores y 2 dragaminas. En Gando, el "Hydra" y el "Karanja" y otros barcos desembarcarían comandos en el aeropuerto.
Winston Churchill comunicó a los EE UU que pensaba invadir Canarias a mediados de septiembre de 1941. Ante ello, Franco había decidido el 9 de julio de 1940 que el general Ricardo Serrador Santés fuese nombrado General Jefe de todas las Fuerzas de Tierra Mar y Aire e Inspector de las tropas del África Occidental Española (AOE).

Finalmente, el 5 de agosto de 1941 se creó el Mando Económico y Militar del Archipiélago, que recayó primeramente en el propio Serrador Santés y a su fallecimiento le sucedió en el mando de la colonia el general García Escámez.

Durante los dos años que duró la amenaza de invasión de Canarias por parte de Inglaterra se levantaron numerosas construcciones defensivas en Las Palmas de Gran Canaria y Tenerife principalmente. Como prueba de ello están las casamatas que pueblan las estribaciones de la capital tinerfeña desde la costa de San Andrés hasta la montaña de Paso Alto, donde se situaban cinco búnkers de observación que servían no sólo de vigía sobre el puerto tinerfeño, sino que corregían el tiro de las baterías de costa, las antiaéreas, así como los dos reflectores de los que todavía queda como mudo testigo la galería donde se ocultaban y los raíles por donde se les hacía circular para sacarlos al exterior.

La defensa de Tenerife estaba basada en la protección de las zonas por donde podía producirse un desembarco anfibio. A saber, Güímar, El Médano, Los Cristianos, Guía de Isora, la playa de San Marcos, en Icod y Puerto de la Cruz.

Numerosos emplazamientos de artillería fueron colocados a lo largo de la Isla. Así en Los Moriscos, San Andrés, el Bufadero, el barranco del Hierro, Almeida, Paso Alto y la Quinta Roja, en Santa Úrsula fueron los lugares elegidos.

Informe alemán

Los ingenieros militares determinaron que los nidos de ametralladora en donde hubiese cañones debían de abrir fuego cuando los lanchones de desembarco se encontrasen a 600 metros de la orilla. Los nidos debían ser capaces de resistir impactos directos de 150 milímetros. Si aún el enemigo lograba sortear estas defensas se encontraría con una segunda donde pozos de tirador, puesto de mando y trincheras servirían para detener el avance de los británicos. Al final quedaron divididas en posiciones defensivas, donde se colocó una posición de resistencia, mientras que las otras fueron de vigilancia y de observatorio.

El apoyo alemán llegó a las islas en forma de piezas de artillería y junto a ellas vino una comisión técnica alemana, que pronto se dio cuenta de la escasez defensiva que presentaba el Archipiélago Canario. Alemania solicitó a España la cesión de una de las islas, todo ello con el pretendido disimulo de garantizar su defensa en caso de un ataque contra Gibraltar.
En agosto de 1943 fueron paralizadas las operaciones del Plan Pilgrim ante la declaración de neutralidad de España que en principio había sido de no beligerancia.
A partir de la segunda mitad del siglo XX la actitud política seguida por las potencias europeas con imperios coloniales respecto a sus colonias, va a tener el doble carácter, por un lado, de ser consecuente con la tendencia general a favor de la descolonización, y por otro, de actuar como causa y favorecedora de las independencias coloniales.
Con la necesidad de adaptarse a las nuevas realidades se adoptaron y establecieron por los gobiernos europeos un conjunto de normas y medidas sobre la administración colonial que fueron preparando la marcha hacia la independencia política. Gran Bretaña consiguió crear un modelo nuevo de estructura imperial, con originales y perdurables relaciones entre la metrópoli y los territorios coloniales, y Francia promulgó una variada legislación con la Unión Francesa en 1946, la Ley Marco en 1956 y la Comunidad Francesa en 1958. Por su parte, Holanda y Bélgica intentaron tardíamente establecer esas nuevas relaciones. Y por último, España y Portugal, países opuestos a la descolonización, realizaron una errónea política de provincialización que desembocó en la ruptura y los conflictos coloniales.
El 12 de marzo de 1986, en el referéndum convocado por el gobierno español para su integración en el Tratado del Atlántico Norte (OTAN), la colonia de Canarias por imposición legal participo en dicho comicios votando mayoritariamente NO. A pesar de ello la metrópoli nos introdujo “con calzador” en dicha organización haciendo gala una vez más del desprecio que siempre ha mostrado hacía la decisiones de los canarios.
En Canarias, la Base Naval de Las Palmas y la Base Aérea de Gando pasaron a ser bases de la OTAN en nuestro territorio, que se convirtió inmediatamente en escenario de maniobras militares de la alianza militar imperialista, las cuales han causado daños irreparables en entorno natural de las Islas con total desprecio de sus habitantes.
Otras agresiones

Quienes propugnan la supuesta españolidad de Canarias, olvidan con aviesa intención que hasta la década de  1970 de siglo XX, los canarios que viajaban a España tenían que pasar por la aduana española como cualquier otro extranjero inglés, Finlandés o turco, e incluso cuando algún artista canario exponía su obra en la metrópoli estas debía  registrarse en la aduana española, y se vendía alguna pagaban los derechos como cualquier extranjero, e incluso los vehículos canarios debían estar provisto de la correspondiente tarjeta para circular por la carreteras españolas.

Los funcionarios de la metrópoli destinados en la colonia disfrutaban del Plus colonial, posteriormente enmascarado como “Plus de Residencia”, aún vigente.

Las principales marcas fabriles y comerciales europeas y americanas tenían representación en Canarias totalmente diferenciadas de la española. En el Ralli internacional Camel Trophy participaban independientemente uno de otro los equipos canarios y españoles.

Las exportaciones de productos españoles a Canarias gozaban de excepciones fiscales (primas a la exportación) exactamente igual que los exportados a cualquier otro país extranjero.
A partir de los años setenta del pasado siglo comenzó por parte de la metrópoli un brutal y sistemático plan de desmantelamiento del tejido industrial, comercial y financiero de la colonia, bajo el silogismo de reconversión económica comenzó la destrucción inmisericorde la economía productiva en canaria, en beneficio del nuevo monocultivo impuesto por los intereses españoles, el turismo de masas, de alpargatas o mochila, que si bien era de modesto poder adquisitivo suponía una importansima fuente de ingresos en divisas para las siempre exhaustas arcas del Estado español, además de una excelente válvula de escape para el excedente de la mano de obra española que encontraba en la colonia una “Nueva América”. De hecho, este sector terciario de la economía de la colonia en la actualidad representa el 74,6%, en detrimento del desarrollo del sector industrial el cual representa solamente el 7-8% del PIB canario.
El latrocinio comenzó con el desmantelamiento y traslado a España de las principales industrias conserveras y de salazón instaladas en el archipiélago, destrucción de la flota pesquera canaria en beneficio de las gallegas u otras españolas, con especial incidencia a partir de la venta del Sahara, la metrópoli una vez más aplica el timo de la estampita a los canarios y engatusa al sector pesquero con un supuesto plan de reconversión de la flota artesanal, reconversión pesquera que en Canarias nunca llegó a la flota autóctona.
En este aspecto según recoge el investigador Antonio Rodríguez de León: “Es historia de que los barcos nuevos reconvertidos con las ayudas europeas barcos canarios se los adjudicaba el armador gallego Manuel Freire, muy amigo de juventud del expresidente de Canarias Manuel Hermoso Rojas […] Cualquier persona o empresa española que obtuviera un contrato de opción de compra de compra sobre un barco de pesca canario, era suficiente para la nueva ley de pesca a la reconversión. Sólo tendría que trasladar la sede social de la empresa a Canarias. Antes de publicarse la ley, Manuel Freire ya tenía en su poder el 90% del tonelaje de pesca canario. (Antonio Rodríguez de León, 2001).
La perdida de frigoríficos de almacenaje canarios cayó brutalmente, causando el despido de centenares de trabajadores canarios, especialmente en el Puerto de Las Palmas.
Paulatinamente se fueron eliminando las empresas canarias, las de trasformación alimentaria, pastas, café, chocolates, galletas, harineras e incluso industrias de la piel, calzados textiles, destilerías, transformado lácteos etc., que habían subsistido conjuntamente con productos similares importados de Inglaterra, Francia u Holanda, pero que no pudieron resistir el rodillo aplanador de la intervención española, en cuanto vislumbró las posibilidades de un mercado cautivo de unos catorce millones de consumidores, siendo actualmente el cuarto mercado de España.
El golpe de gracia asestado a la industria canaria dirigido desde la metrópoli fue al sector tabaquero canario, el cual mediante una de las tanta “reconversiones” dictadas desde Madrid prácticamente desapareció en beneficio de la estatal Tabacalera española, dejando en al calle a miles de empleados canarios, y redirigiendo los capitales hacía el sector turismo.
Las obras publicas de cierta relevancia son concedidas a grandes empresas española, las cuales las realizan mediante subcontratas que también suelen ser españolas.
El sector eléctrico canario pasó a manos de la multinacional española Endesa en régimen de monopolio, los servicios de suministro de agua potable y recogida de residuos sólidos de las principales poblaciones canarias han pasado de la gestión municipal a empresas españolas, el alumbrado publico es igualmente gestionado por empresas de la metrópoli.
Las principales marcas fabriles y comerciales históricamente establecidas en Canarias fueron absorbidas u obligadas a establecer sus representaciones en Madrid.
España jamás ha permitido la creación de un Banco de Canarias, el desarrollo entidades crediticias, financieras ni aseguradoras netamente Canarias, absorbiendo o eliminando a aquellas que habían tomado cierta entidad, incluso a las Cajas de Ahorros Canarias se las ha obligado a fusionarse con otras del Estado español. En fin, la lista de latrocinios cometidos en esta colonia sería prácticamente interminable, aunque lo peor aún está por venir.
Paralelamente, se inicia un proceso de culturización y manipulación de la sociedad canaria con especial incidencia en la juventud, mediante los medios de comunicación de masas desplegados por la metrópoli en la colonia, despersonalizando y uniformando la manera de pensar e incluso de vestir, creando sentimientos de españolidad y europeización en los jóvenes e incluso fomentando el concepto de “ciudadano del mundo” es decir, de ninguna parte, en contraposición con los ancestrales sentimientos de canariedad, consiguiendo así que un amplio sector de la juventud e incluso de los menos jóvenes tengan un profundo complejo de endofobia, y sientan cierto grado de repugnancia hacia nuestra cultura ancestral.
Aún hoy recién iniciada la segunda década del siglo XXI, el futuro de la colonia es incierto, los canarios continuamos siendo moneda de cambio en manos del reino imperialista y mercantilista de España, quien continúa utilizándonos como peones en el inmenso tablero de ajedrez que conforman los intereses imperialistas internacionales.
Seis siglos de brutal sometimiento y obnubilación están concluyendo, el pueblo canario está despertando de su ancestral modorra, está iniciando el camino que inevitablemente nos ha de conducir hacía la descolonización e independencia, y con ellas ocupar el puesto que por Derecho nos corresponde en el concierto de las naciones libres del mundo, en paz con el universo y como referente de  justicia social para el resto de la humanidad.
Concluyo con una pregunta dirigida a los españoles y españolistas fieles cancerberos de esta colonia española en el noreste de África: ¿Si Canarias es España y por consiguiente Europa como es que en nuestro territorio no se aplica el impuesto denominado IVA? Impuesto de aplicación exclusiva en la Comunidad Económica Europea.
Diciembre de 2011.

Fuentes consultadas:

Antonio Rumeu de Armas
Canarias y El Atlántico: Piraterías y ataques navales
ISBN.: 84-7947-013-5
Varios Organismos. Madrid 1991.

Germán A. de la Reza

El Congreso Anfictiónico de Panamá. Una hipótesis complementaria sobre el fracaso del primer ensayo de integración Latinoamericana

En: Araucaria Revista Iberoamericana de Filosofía, Política y Humanidades,   Año 5, Nº. 10. Segundo semestre de 2004.

*Seudonimo de: Eduardo Pedro García Rodríguez.

Felipe Enrique Martín Santiago

La independencia de Canarias bajo la tutela de la Gran Colombia (1819-1830).

Extraído de: www.bienmesabe.org
Descolonización y tercer mundo
En: html.rincondelvago.com/descolonizacion-y-tercer-mundo_2.html
Javier Ponce Marrero, En: Mgar.net
Fet y de las Jons en Canarias en la década de 1940
Ricardo A. Guerra Palmero
En: hispanova.rediris.es

M.ª Isabel González Cruz
Las relaciones anglocanarias
Universidad de Las Palmas.

Santiago Álvarez
 Historia Política y militar de las Brigadas Internacionales
Madrid. Compañía Literaria S.L. 1996.



































No hay comentarios:

Publicar un comentario