martes, 8 de julio de 2014

EL CEDRO Y EL GARAJONAY





Josefa Falcón Abreu

Hablar de la isla de La Gomera es hablar del Cedro, del Garajonay, de verde, de barrancos, de caserios, de silbo, de fortalezas, de mar, de artesanía…Como pasa con todas nuestras islas, La Gomera enamora al visitante, es esa isla que al visitarla cuesta dejar atrás. La primera vez que la vi me sentí atrapada por ella. Caminar por El Cedro y escuchar a la vez a los pájaros cantar y al agua correr por entre los árboles es algo de otro mundo, así imagino que, si existe el paraíso, debe parecérsele mucho. Bajar a Valle Gran Rey y contemplar todo ese inmenso palmeral es algo que impresiona, es mágico. Y qué decir del lenguaje del silbo…algo tan único y tan especial de esta isla, es todo un arte y un don que solo los gomeros tienen. A La Gomera, a su paisaje, a su silbo, a los gomeros, a toda ella también quiero dedicarle mi modesto homenaje:


ISLA DE LA GOMERA
Sentí una inmensa ternura

al verte por vez primera,
isla del Garajonay,
islita de La Gomera.
Oí un silbo allá, a lo lejos,

clamaba para tus tierras
el agua para su sed,
el pan para su sustento.
Dentro del Garajoay
oí ¿O tal vez soñé?...
como el sonar de unas chácaras,
por entre la laurisilva,
con sones de Tajaraste
me daba la bienvenida.
¿O quizás fue el viento…?
Ese viento que en tus montes
rompe silencios de alturas
y desciende hasta los valles
envolviendo su hermosura.
Valles llenos de poesía,
de soberbia majestad
y barrancos imponentes
desde la cumbre hasta el mar.
La Gomera huele a cedro,
a palmera y platanal,
a laurisilva y a mango,
La Gomera huele a mar.
Isla que con el silbido
cuentas alegrías y penas,
isla del Garajonay,
islita de La Gomera. (Josefa Falcón)…Tamaragua amigos…
Julio de 2014.

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