jueves, 2 de febrero de 2012

ORALIDAD Y FOLKLORE GUANCHE

Lo que se muestra a continuación es un humilde estudio que hemos realizado acerca de la oralidad y el folklore narrado y cantado del pueblo canario. Nuestra intención es transmitir estos conocimientos adquiridos a través de la lectura de libros bastante difíciles de conseguir, y pensamos que es del interés de todos los canarios conocer más profundamente las formas que tuvieron nuestros antepasados de transmitirnos su asombrosa sabiduría.

0. INTRODUCCIÓN.
Muy al contrario de lo que se nos ha hecho creer a los canarios actuales, los canarios precoloniales eran portadores de una cultura milenaria de la cual tuvieron memoria hasta tiempos muy posteriores a la declaración de conquista. Que los canarios precoloniales no tenían memoria histórica ni noticias acerca de su origen, es una falacia muy popularizada entre los intelectuales canarios al servicio del colonialismo, que para nada tiene justificación ni argumento.

1. NUESTRA CULTURA ESTABA INSTITUCIONALIZADA.
La existencia de centros educativos en la sociedad precolonial canaria está más que demostrada a través de la oralidad recogida por las crónicas, que en su mayoría son posteriores a la conquista. En estas universidades se transmitía la cultura y la historia de nuestra nación a través de cantos y refranes que, entendidos y memorizados, darían las pautas para poder conocer y desarrollar la vida el medio en que vivían.
Tanto Sedeño, como Escudero y Marín nos hablan de la existencia de estas escuelas, y de la forma oral de aprendizaje que transmitían.
1. Sedeño.
“[...] Los maestros eran mujeres para niñas i hombres para enseñar a los muchachos. No conocieron las letras ni caracteres (aunque se valían de pintura tosca). La doctrina eran historias como corridos i jácaras de valientes, de sus reies i hombres señalados, linajes, i otras cosas de campo de plantar, sembrar i lluias, i sañales de los tiempos como pronósticos en refrancitos”.
2. Escudero.
“No tenían libros, ni historias; sólo mandaban a la memoria cantares y corridos de hazañas de sus antepasados, i sabíanlos los de aquellas familias. Tenían maestros para esto, i maestras para las niñas a enseñarles cantares i coser pieles i hacer thamarcos [...]”.

3. Marín y Cubas.
“Estas casas o sitios de adoración las regaban con leche de cabras, que todo el año reservaban un ganado para esto señalado; había hombres que vivían en clausura a modo de religión; vestían de pieles, largo el ropón hasta el suelo; barruntaban lo porvenir y eran Faisajes; observaban algunas moralidades y en corrido sabían de memoria la historia de sus antepasados, que entre ellos se quedaban; contaban consejas de los Montes Claros de Atlante en África en metáforas de palomas, águilas; éstos eran maestros que iban a enseñar muchachos a los lugares; había nobles para nobles y villanos para enseñar lo que conviniese a los villanos, y si había niños hábiles los enviaban a Humiaya como a mayor Universidad, si no es que fuesen de fuerza y ánimo para la guerra, porque éste era su primer instituto; eran para maestros los pusilánimes y débiles para el trabajo”.
Analizando estas tres crónicas podemos sacar las siguientes conclusiones:

• La cultura de los canarios precoloniales estaba institucionalizada en maestros y centros educativos: “Los maestros eran mujeres para niñas i hombres para enseñar a los muchachos” (1). “Tenían maestros para esto, i maestras para las niñas” (2). “Los enviaban a Humiaya como a mayor Universidad” (3).
• Se trataba, sin duda, de un aprendizaje transmitido de forma oral y cantada: “La doctrina eran historias como corridos i jácaras [...] comopronósticos en refrancitos” (1). “Mandaban a la memoria cantares y corridos” (2). “Barruntaban lo porvenir [...] y en corrido sabían de memoria la historia de sus antepasados” (3).
• Dependiendo del sexo o la clase social, se tenía acceso a distintos conocimientos: “Eran mujeres para niñas i hombres para enseñar a los muchachos” (1). “Tenían maestros para esto, i maestras para las niñas” (2). “Había nobles para nobles y villanos para enseñar lo que conviniese a los villanos” (3).
• Esta forma de transmitir la historia era desconocida y, por ende, despreciada por los invasores europeos: “No conocieron las letras ni caracteres” (1). “No tenían libros, ni historias” (2). Marín y Cubas no dice nada al respecto, probablemente porque como canario coetáneo al Seiscientos no le resultaba extraña esta forma de doctrina y aprendizaje. Pues se valió de los testimonios orales y cantados de los canarios de esa época para elaborar su Historia de las Siete Islas de Canaria.
• La alfabetización era una labor continua e importante dentro de las instituciones canarias precoloniales: “Iban a enseñar muchachos a los lugares [...] y si había niños hábiles los enviaban a Humiaya como a mayor Universidad (3).
• Los canarios tenían conciencia de su origen, y además eran portadores no sólo de la historia y cultura insular, sino también de la continental: “Contaban consejas –fábulas- de los Montes Claros de Atlante en África” (3).
• Los maestros tenían prestigio personal y político dentro de las instituciones canarias precoloniales, al poseer cierta habilidad para predecir el futuro: “Barruntaban lo porvenir y eran Faisajes; observaban algunas moralidades” (3). “Sañales de los tiempos como pronósticos en refrancitos” (1).


La transmisión oral de la historia en forma de cantares, danzas y refranes, fue propia de los pueblos africanos y americanos precoloniales. Para transmitir la historia, las instituciones de nuestros antepasados se sirvieron de maestros y maestras que por su habilidad reconocida, eran designados para alfabetizar al pueblo. Los sabios más destacados pasaban a formar parte de la nobleza como consejeros de los nobles más poderosos. En cada isla poseían un nombre distinto, aunque sus funciones eran muy similares.

En el momento de la conquista, estas personas eran vistas a los ojos de los colonialistas españoles como a brujos, por el hecho de que poseían cierta habilidad para barruntar lo porvenir. También son designados como personalidades religiosas. Pero lo cierto es que eran los portadores de la sabiduría popular de la sociedad precolonial canaria, los responsables del aprendizaje de los canarios precoloniales sobre las formas de pensar, sentir y actuar en el medio insular.
2.-LA CONTINUIDAD DE LA TRANSMISIÓN ORAL DE LA CULTURA.

La continuidad de estos cantos históricos en la época colonial fue palpada por viajeros extranjeros que pasaron alguna temporada en las islas. A principios del siglo XVIII, el viajero inglés Bory de St. Vincent recoge testimonios importantísimos acerca de la continuidad de los cantos históricos de los descendientes de los canarios precoloniales:

4. Bory de St. Vincent.
“Unas veces se les veía aplaudir los sonidos que un joven pastor extraía de una flauta de caña. Otras, sus cantos hacían resonar los ecos del relato de sus amores, raramente de sus penas y con frecuencia de su felicidad, o de algún rasgo histórico de sus antepasados; era por medio de esos cantos como se transmitía la historia”.

Este importantísimo relato, nos revela la continuidad, después de tres siglos de la toma pirática del archipiélago, de las formas de transmisión de la cultura de los canarios precoloniales.

Como afirma Bory, la temática de las endechas canarias del siglo XIX era amorosa, jubilosa o histórica. Al contrario de los testimonios orales o musicales que recogieron autores como Marín y Cubas, Torriani y Abreu Galindo en el siglo XVI, que nos hacen ver a la endecha como un canto de sentir triste y penoso.
Todo ello apunta a que la endecha es un canto histórico que refleja no sólo la cultura de un pueblo, sino el estado de ánimo de éste. Lógicamente, en el siglo XVI, durante el comienzo del periodo de aculturación colonial, la situación moral de los canarios precoloniales era deprimente. Se trataba de un pueblo que había sido vencido, humillado, marginado y usurpado de su entorno natural ya esquilmado.
Tres siglos más tarde, con el tiempo y el consecuente el amoldamiento a la sociedad colonial de los descendientes de los canarios precoloniales, el tono del canto histórico canario tornó a la felicidad. Aunque es más que probable que toda la tristeza con la que se transmitió el hecho histórico de la conquista se conservase en los núcleos rurales más alejados de las ciudades.
Hay que mencionar que Bory de St. Vincent recogió episodios históricos completos de las islas de Tamaran y Chinet que han sido completamente ignorados por los investigadores acérrimos al colonialismo cultural. Algunos de ellos hablan sobre la navegación y los viajes interinsulares que muy probablemente nuestros antepasados precoloniales emprendieron. También existen gran cantidad de antropónimos guanches que fueron recogidos de su obra.
La tradición oral de los canarios precoloniales continúa aún hoy en los cantos llamados “romances” de las islas. Así pues, Lorenzo Perera, gran investigador y erudito de la etnología y el folklore musical de nuestro pueblo, afirma:
5. Lorenzo Perera.
“[...] Por medio de romances se narran acontecimientos trascendentes, criticando actuaciones que atentan contra la moral tradicionalmente constituida y respetada, o relatando alguna desgracia.
Con suma facilidad y con expresiones tales como “eso es viejo”, los mismos habitantes de El Hierro diferencian perfectamente entre los romances antiguos y los más recientes. Algunos de los pertenecientes al primer grupo son coetáneos, e incluso anteriores, a la época de la conquista y primitiva colonización de la Isla (1402-1403), y por lo general están relacionados con personajes de alta alcurnia. Como romances modernos podemos denominar a las composiciones realizadas hasta nuestros días en el seno insular, narrando, la mayoría de las veces, acontecimientos extraordinarios, acaecidos durante el desenlace de la vida cotidiana”.
Estos romances tienen gran similitud con los cantos históricos de los canarios precoloniales, y como podemos ver, dura en la memoria de los canarios de hoy pese al paso de los siglos y a la aculturación.
Los romances canarios son tanto cantados como narrados. Se encuentran arraigados actualmente en casi todas las islas, sobretodo en Eseró, Gomera y Benahoare. Si se cantan los romances, lo hace generalmente una mujer mayor acompañada de un tambor canario.

6. Lorenzo Perera.
[...] El intérprete, generalmente una mujer, comienza tocando el tambor con un tono monótono que se mantiene a lo largo de toda la composición.,para inmediatamente cantar el estribillo o responder, haciéndolo tras ella el coro [...].
Vemos como la mujer juega un papel muy importante en la doctrina de aprendizaje del romance. También se palpa en los testimonios orales recogidos en pueblitos rurales de la isla de Eseró.
7. Testimonios orales recogidos por Lorenzo Perera
“Me enseñaba mi madre, llenándome las cañuelas yo, porque ella acostumbraba a tejer; pa que no me marchara, me enseñaba los romances pa que le siguiera ayudando [...]”.

“Lo aprendía con las muchachas; íbamos a guardar y lo cantábamos las muchachas”.

“Lo aprendí en casa, que lo decía él (su padre). Usted sabe que yo no sé leer nada. Mi padre me lo decía de palabra, como se lo estoy diciendo a usted”.
De los textos 5 y 6 podemos sacar las siguientes conclusiones:
• Los romances son la continuidad de los cantos o relatos, históricos, morales y didácticos, que nos transmitieron nuestros antepasados precoloniales. “Son coetáneos, e incluso anteriores, a la época de la conquista y primitiva colonización de la Isla (1402-1403)” (6).
• Tanto en los romances como en las endechas se relatan o cantan hechos históricos relacionados con personalidades importantes de la época. “Eran historias como corridos i jácaras de valientes, de sus reies i hombres señalados (1). “Se narran acontecimientos trascendentes [...] por lo general están relacionados con personajes de alta alcurnia” (6).
• En los romances, como en las endechas, se intenta predicar alguna doctrina moral o criticar cierta norma de conducta desarraigada en la sociedad. “Observaban algunas moralidades” (3). “Criticando actuaciones que atentan contra la moral tradicionalmente constituida y respetada” (6).
• Su forma de aprendizaje es oral. “Usted sabe que yo no sé leer nada. Mi padre me lo decía de palabra, como se lo estoy diciendo a usted” (7). “No tenían libros, ni historias; sólo mandaban a la memoria cantares y corridos” (2). “No conocieron las letras ni caracteres (aunque se valían de pintura tosca). La doctrina eran historias como corridos i jácaras” (1). “En corrido sabían de memoria la historia de sus antepasados” (3).
• Su aprendizaje y ejecución están relacionados con las labores diarias cotidianas. “I otras cosas de campo de plantar, sembrar i lluias” (1). “Tenían maestros para esto, i maestras para las niñas a enseñarles cantares i coser pieles i hacer thamarcos” (2). “Íbamos a guardar -el ganado- y lo cantábamos las muchachas” (7). “Me enseñaba los romances pa que le siguiera ayudando” (7). Así mismo, podemos citar la letra de los estribillos o responderes de algunos romances, que indican aspectos relacionados con las actividades cotidianas: “verde no se arranca el lino, ni se cocina amarillo”, “te vi lavar, linda dama tu linda pierna en el agua”...etc.
• La mujer juega un papel importantísimo en la transmisión del aprendizaje oral: “Me enseñaba mi madre” (3). “El intérprete, generalmente una mujer” (6). “Lo cantábamos las muchachas” (6). Los maestros eran mujeres para niñas” (1). “I maestras para las niñas a enseñarles cantares” (2).
2.- LAS ENDECHAS CANARIAS. UNA HERENCIA AMAZIGH.
La existencia de los cantos históricos, el papel de la mujer en la transmisión de la cultura y las formas orales de aprendizaje, nos conectan directamente con nuestro continente. Los conservadores efímeros de nuestra cultura precolonial, los Amahakes o Tuareg, poseen una forma idéntica de divulgar su historia y su cultura a través de cantos o narraciones orales.
El amasikólogo Hanoteau recogió parte de estos cantos en 1851, cuya métrica nos recuerda a las célebres endechas canarias, recogidas por los cronistas después de la conquista, entre la tradición oral de nuestros antepasados precoloniales. A continuación mostramos una:
“Isákkamarén u égen eyén,
u lín ul allágen tégeduín,
u lín ul arúnen ét terikín”

“Los Isakamar no tienen valer,
de hierro ni palo lanzas no tién,
ni de camellos sillas y aperos”.
Las primeras endechas documentadas en Canarias fueron rescatadas por el erudito Álvarez Delgado, y recogidas por los cronistas durante los finales del Quinientos y principios del Seiscientos de entre la oralidad de un pueblo que, pese a estar derrotado y humillado por el colonialismo, conservaba sus cantos y narraciones como forma de transmitir la historia a sus descendientes. La métrica general de las endechas canarias, al igual que la de los cantos históricos de los Amahakes, son versos de tres estrofas, decasílabos, rimados en asonante. Aunque también encontramos, entre los cantos Amahakes y las endechas canarias, dísticos monorrimos, como es el caso de la endecha de “la fórmula ritual de Idafe”.
Aquí vemos como se corresponde la métrica Amahak con la métrica de una conocida endecha precolonial herreña.

¿Mi-meráhan-ád zinú zinuhá?
¿Ahemén aténm aharán d-huad,
zud Agáraf ú fenn éreg nuzzág?

“¿A qué nos traen para eso llevar?
¿Qué me importa leche, ni agua ni pan,
si Agarfa no quiere para mí mirar?.

Lo mismo ocurre con las endechas antes nombradas de dísticos monorrimos:

“¿Yí güída yí üán Idaféh?
-¡Que güéretéd i ú an taró!”

¿Es que caerá, dicen Idafe?
-¡Lo que traes da, y no caerá!

“Mess íneg illán afús ihegrín
itággen isúf iyúyabenín”.

Tiene nuestro Dios dadivosa mano
está siempre dando abundante don.

Los investigadores actuales del folklore musical y de la literatura de los canarios precoloniales han ignorado –consciente o inconscientemente- la existencia de un archivo documental de endechas canarias, recogidas de la tradición oral de los esclavos canarios exiliados forzosamente a España durante la conquista. El documento se titula “Endechas de Canaria muy Buenas” consta de 142 endechas, rescatadas por Pedro de Lemos, “vezino de la ciudad del Toro (España)”. Estas endechas, pese a ser traducidas, conservan su métrica original antes citada, y son un testimonio inequívoco de la africanidad y la precolonialidad de las endechas canarias.
Hay una gran cantidad de ellas que relatan la situación histórica de esclavitud y exilio que sufrieron en España una buena parte de nuestros antepasados, que tras ganar su libertad volvieron “a casa”, tal como reflejan las escribanías del Cabildo de Tenerife.
“Preguntáisme quién son mis enemigos
digo´s que son mis ojos mismos,
que fueron libres y vienen cautibos”.

“Preguntáisme qué vida es la mýa:
es como captivo de Verbería,
que espera rescate cada día”.

“Estrangero soy, no lo quiero negar,
mas de mis amores haré una mar:
por ellos a mi tierra yré aportar”.

“A mi coraçón no le deis penas
ni desterréis por tierras agenas,
porque no está para pasar por ellas”.
Las endechas canarias eran profundamente apreciadas por los españoles amantes de la literatura, debido a su gran belleza, al mensaje histórico que transmitían, a la temática que contenían: la tristeza, las ansias de libertad, el anhelo de la patria...Son sin duda unos cantos hermosísimos que nos hacen recordad las penas que tuvieron que soportar nuestros antepasados al verse esclavizados en tierras ajenas, humillados por los esclavistas godos en los circos de sus poblachos de mala muerte.
Para el que aún tenga dudas de la inequívoca africanidad de nuestras endechas, la lírica popular española deja constancia de la gran influencia que causó este género literario en la España del siglo XVI.
8. Álvarez Delgado.
“Se introdujo la moda de hacer canciones del tono y del ritmo de las endechas de Canarias totalmente distintas de las italianas y las castellanas de versos de seis y siete sílabas”.

9. Juan Mal Lara. Filosofía Vulgar. Sevilla. 1568.
“La gente natural de las Islas Canarias, no teniendo otra sciencia de música más de la que la naturaleza les enseñava, inventaron cierto género de cantar tan apacible que en Castilla lo usan como una de las mejores sonadas que en ella han sido recibidas, y llámanla por este nombre endechas de Canaria, y juntamente con ser la sonada graciosa, y suave la letra destas endechas, sin tener artificio trae consigo una gracia y un peso de gran admiración, y aunque algunos en Castilla han provado a contrahacer aquéllas, no ygualan en ninguna manera a las que son propias y nativas de las islas”.
2.-LA IMPORTANCIA DE LOS SABIOS EN LA SOCIEDAD PRECOLONIAL CANARIA.

Sabido es que en la sociedad precolonial canaria existían lo que los cronistas denominaron “hombres a su modo letrados” (Sedeño). Los textos 1, 2 y 3 dejan bastante claras las funciones de estos sabios y sabias: “vivían en clausura a modo de religión; vestían de pieles, largo el ropón hasta el suelo; barruntaban lo porvenir y eran Faisajes; observaban algunas moralidades y en corrido sabían de memoria la historia de sus antepasados” (3).
Podemos saber más acerca de estos sabios con las siguientes crónicas:
10. Marín y Cubas.
“Cada Rey tenía seis capitanes llamados Zigoñe, y cuatro Guañames o Consejeros eran a modo de brujos que barruntaban futuros contingentes o cosas apartadas”. (Chinet).
11. Marín y Cubas.
“Y si no llovía enviaban a un adivino a la cueva de Asteheita [...] y entrando invocaba a los ídolos”. (Eseró).
12. Marín y Cubas.
“Egeide; fue su padre grande adivino y agorero que pronosticó muchas cosas por venir y las ruinas que había de hacer un volcán”. (Benahuare).
Esta existencia de instituciones culturales personalizadas en la figura de un sabio, adivino o maestro es propia de todas las islas. A los ojos del etnocentrismo español y el teocentrismo cristiano, inmerso en la mentalidad inquisidora de los cronistas, estos sabios eran vistos como brujos o adivinos al barruntar lo porvenir.
Existían también mujeres sabias, como es el caso de Atidamana o Atmedeyacorán –la maestra de las harimaguadas- en Tamaran. De la primera, dicen las crónicas: “tenía en sus palabras tanta fueza, que movía a lo que ella quería a los naturales” (Galindo). También Tibiabín y Tamonante en Erbani, las cuales fueron descritas por los cronistas como “mujeres fatídicas y de mucho saber” (Torriani).
Pese a la persecución política de estos sabios y sabias –o brujos y brujas- durante la época de la conquista y la época colonial, ha continuado en los pueblos rurales de las islas la figura del sabio, adivino o brujo, que, entre otras muchas erudiciones, barrunta lo porvenir. Muchas veces dan “sañales de los tiempos como pronósticos en refrancitos”
(1) heredados directamente de nuestros antepasados precoloniales. Tal es el caso de las cañuelas o cabañuelas, nombradas por el investigador africanista canario Áfrico Amasik, y arraigadas en los pueblos rurales de las islas:
13. Áfrico Amasik.
“Podemos hablar de los aberruntadores ordinarios, relacionados con el tiempo y las cosechas y que son personajes importantes en toda ecocultura de pastores, pescadores y agricultores. Esta cultura se ha mantenido hasta hoy en las imágenes, dichos y rimas de las llamadas cabañuelas o cañuelas”.
Un ejemplo de una cabañuela es el que sigue:
14. Testimonio oral recogido a Luis Mesa González. Guía de Isora. Tenerife.
“Cuando el roque de Agando estaba cagando (con bruma) era seña de lluvia”.

3.-CONCLUSIÓN.

La iglesia, el órgano principal del colonialismo español para emprender la labor de aculturación de nuestro pueblo, reprimió duramente la tradición oral de nuestra cultura y acabó con las instituciones culturales canarias –humanas y estructurales-. Con el Santo Oficio de la Inquisición, los sabios canarios precoloniales fueron diezmados o esclavizados, y se vieron obligados a acallar sus voces para no acabar en la hoguera: “Los guanches viejos no quieren hablar nada de sus antiguas costumbres para que no los tengan por menos” (Galindo).
Un caso particular de esta labor de aculturación fue la quema de la Universidad de Humiaya, máxima institución cultural del Guanartemato de Telde, por el obispo Juan de Frías.

Con este humilde estudio podemos entender como el colonialismo español no nos trajo la civilización, no nos sacó de la supuesta “barbarie”, ni mucho menos nos formó intelectualmente. El aparato colonialista español jamás se preocupó por transmitir a nuestros antepasados precoloniales esa cultura que nos ofrecían como panacea a nuestra “barbarie” durante la conquista. Como todo colonialismo, su único interés era el meramente económico, pues, muy al contrario de lo que generalmente se piensa, la sociedad canaria permaneció sumida en el analfabetismo más radical hasta bien entrado el siglo XX. Analfabetismo entendido desde un punto de vista eurocéntrico, ya que la tradición oral del pueblo canario, como hemos demostrado, continúa hasta hoy.

Este problema de analfabetismo, o falta de asimilación de la cultura imperialista española por los canarios, persiste en la población actual canaria. Así vemos que es en Canarias donde se dan los índices de analfabetismo mayores del Estado Español.
(Cabrero, 11-6-2004)

1 comentario:

  1. ¿Por qué hablas de "nuestra" cultura cuando obviamente los canarios somos el producto de la fusión de muchos pueblos? Como historiador, usted ya está fallando por la falta de objetividad y por estar influenciado por el independentismo como ideología, un historiador de verdad es objetivo y carece de elementos anacrónicos. Afirmar ser parte de un cultura extinta como es la indígena canaria, es un error fatal, sus trabajos no tendrían validez en ninguna universidad.

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